Antonio José Chinchetru (ALN).- Por primera vez en 40 años de democracia, la carrera por ocupar la jefatura del Ejecutivo español es cosa de tres. Mariano Rajoy, Albert Rivera y, en menor medida, Pedro Sánchez tienen opciones reales de llegar a la Presidencia del Gobierno en 2020. Lo único que parece seguro es que Pablo Iglesias ha quedado descartado como ‘presidenciable’.
En contra de la opinión generalizada, en los 40 años de democracia en España no ha existido el bipartidismo, a lo sumo ha habido lo que se conocía tradicionalmente como ‘bipartidismo imperfecto’. Nunca ha habido menos de 11 partidos representados en el Congreso de los Diputados y la cantidad de grupos parlamentarios jamás ha bajado de cinco (mínimo alcanzado en la segunda legislatura, entre 1982-1896). Sin embargo, sí es cierto que la lucha por el Gobierno siempre se ha dirimido entre dos: PP y PSOE (o ni eso, durante el largo predominio de los socialistas en los años 80 y la primera mitad de los 90).
Incluso con la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el Congreso en las elecciones del 20 de diciembre de 2015, que dieron pie a la más breve legislatura de la Historia de España, y las del 26 de junio de 2016, el juego seguía siendo entre dos. Por primera vez había cuatro grandes grupos parlamentarios en vez de sólo un par acompañado de una miríada de bancadas menores, pero tan sólo los líderes del Partido Popular y el PSOE podían aspirar a la jefatura del Ejecutivo. Las encuestas señalan que eso podría cambiar de aquí a 2020, cuando están previstas las próximas elecciones generales (si es que Mariano Rajoy no sorprende y convoca unos comicios adelantados).
A principios de este mes, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejaba que el PP sigue liderando la intención de voto, pero con un importante hundimiento del 33% al 26,3%. Según este barómetro, el PSOE se mantiene en el segundo lugar (con un 23,1%), y Ciudadanos crece del 13% al 20,7%. Este barómetro es el sondeo más conservador, en el sentido de que predice menores cambios. Otros suponen giros mucho mayores. Hasta el punto de que varios dan por vencedor al partido de Albert Rivera.
Es el caso de la encuesta de Metroscopia publicada por El País el 10 de febrero. Predice que Ciudadanos obtendría el 28,3% de los votos, frente al 21,9% del PP y el 20,1% del PSOE. El 21 de enero, la firma Simple Lógica reflejó un panorama que supondría un auténtico terremoto político en España. No sólo la formación naranja sería la más votada (con un 21,4% de los sufragios). Además, el PP se vería relegado a una tercera posición (con el 21,8%) al ser superado por el PSOE (23,4%).
Al margen de las disparidades en los sondeos, la realidad es que la competición electoral se presenta muy ajustada en España
El último sondeo publicado, elaborado por My Word y dado a conocer por la Cadena SER este martes, refleja un escenario menos sorprendente: el Partido Popular lograría el 24,5% de las papeletas, frente al 22,1% de Ciudadanos y el 21,3% de los socialistas.
Al margen de las disparidades de resultados en los sondeos, la realidad es que la competición electoral se presenta muy ajustada en España. De los cuatro grandes partidos tan sólo uno, Podemos, figura claramente rezagado. Pablo Iglesias no parece un presidenciable. Hay, además, otra evidencia: la gran estrella ascendente es Ciudadanos, que se ha visto impulsado por su reacción ante la crisis política desatada por el separatismo en Cataluña.
Líderes fuera de toda duda
Donde no parece haber duda es en quienes liderarán esas tres fuerzas políticas cuando llegue la hora de enfrentarse en las urnas. En los últimos meses, Mariano Rajoy ha dicho en varias ocasiones que se ve “con fuerza” para volver a ser el candidato del PP. La suya es una formación muy disciplinada, que él dirige con mano de hierro. Una vez que ha expresado su voluntad resultará muy complicado que nadie ose disputarle el liderazgo, por mucho que cada vez genere menos confianza entre los votantes y los militantes del partido. Suenan nombres como el del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, pero resulta más que dudoso que se atreva a dar el paso si el también gallego Rajoy no expresa antes su deseo de retirarse.
En Ciudadanos el liderazgo es todavía más indiscutible. Tan sólo una persona goza de una popularidad similar o incluso mayor que la de Albert Rivera. Es Inés Arrimadas, cuya figura se ve agrandada tras haber conducido a la formación a la victoria en las elecciones autonómicas catalanas. Sin embargo, no parece que tenga intención de dar el salto de Barcelona a Madrid. El reparto de papeles entre los dos co-líderes de la formación naranja parece estable.
En el PSOE la situación no parece muy distinta. Aunque los bandazos de Pedro Sánchez en las peores semanas de la crisis catalana amenazaban con pasarle factura, en última instancia no lo han hecho. El desgaste no ha sido lo suficientemente profundo como para que alguien se atreva a disputarle el poder dentro del partido, que recuperó mediante unas elecciones primarias.
Dado el sistema electoral español, no es descartable que Ciudadanos logre vencer en votos pero el PP se imponga en número de escaños
Si no hay grandes sorpresas, la lucha por La Moncloa a partir de 2020 se dirimirá entre Rajoy, Rivera y Pedro Sánchez, si bien este último aparece como el peor situado en la competición. Los principales contendientes serán muy probablemente los líderes del PP y Ciudadanos.
Hace unos meses nadie dudaba de que Rivera tendría en su mano decidir si sus diputados servirían para hacer presidente del Gobierno a Rajoy o a Sánchez. Ahora mismo, no es descartable que tenga que decidirse por uno u otro como apoyo parlamentario para ser él el jefe del Ejecutivo. Puede incluso darse una situación difícil de resolver. Dado el sistema electoral español, no es descartable que Ciudadanos logre vencer en votos pero el PP se imponga en número de escaños. El debate sobre quién está más legitimado para ocupar La Moncloa sería entonces muy enconado.