Redacción (ALN).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se enfrenta este miércoles a una prueba de fuego. Un tribunal de apelaciones decidirá si ratifica su condena por corrupción, lo cual dificultaría su proyección electoral, o le absuelve, dando vía libre a un probable regreso al Palacio de Planalto.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se enfrenta este miércoles a una prueba de fuego. Un tribunal de apelaciones decidirá si ratifica su condena por corrupción, lo cual dificultaría su proyección electoral, o le absuelve, dando vía libre a un probable regreso al Palacio de Planalto. El pasado 13 de julio, el juez federal Sergio Moro, en cuyas manos recae la macrocausa de Petrobras, donde se investiga una red de cobro de sobornos a cambio de jugosos contratos de la petrolera estatal, condenó a Lula a nueve años y seis meses de cárcel por los delitos de blanqueo de capitales y corrupción pasiva. Moro consideró probado que el líder izquierdista recibió un tríplex de lujo en Sao Paulo como pago de la constructora brasileña OAS a sus favores políticos. Lula siempre ha negado que fuera un soborno, esgrimiendo que fue una inversión familiar. Lula, de 72 años de edad, recurrió la sentencia argumentando que “está desprovista de cualquier elemento probatorio” porque sólo se basa en “el relato aislado” del expresidente de OAS Leo Pinheiro sobre “una fantasiosa caja general de sobornos”. Los tres jueces que forman el Tribunal Federal de la Cuarta Región de Brasil, con sede en la ciudad de Porto Alegre, deben decidir si confirman o tumban la condena, un fallo que impactará de lleno en las elecciones presidenciales previstas para el próximo 7 de octubre.