Antonio José Chinchetru (ALN).- El reto independentista está lastrando la inversión extranjera en Cataluña, una región que además está siendo castigada con una constante fuga de empresas. Los acontecimientos de las últimas semanas pueden agravar la situación.
La inestabilidad política y jurídica creada en Cataluña por el reto independentista tiene un costo económico. Los buenos datos registrados por España desde 2014 han supuesto que durante los últimos ejercicios la inversión extranjera en el conjunto del país haya aumentado. Cataluña no ha sido una excepción, hasta ahora, según reflejan los datos de la Secretaria de Estado de Comercio. Pero la situación ha cambiado. En el segundo trimestre de 2017 se registró en esa región una caída del 10,19% interanual. Esto contrasta con un crecimiento del 12,69% a nivel nacional y, sobre todo, con un espectacular aumento del 92,86% en la Comunidad de Madrid.
La caída de la inversión extranjera en Cataluña ha tenido lugar en el segundo trimestre del año, coincidiendo con la aceleración del reto independentista. Las estadísticas de la Secretaría de Estado de Comercio reflejan que, en el acumulado del año, han llegado a esa región 1.571,86 millones de euros (1.871,55 millones de dólares), un 20,65% más que en los seis primeros meses de 2016. Este crecimiento se debe al primer trimestre. En el segundo, los inversores foráneos destinaron a esa comunidad autónoma 706,8 millones de euros (842,1 millones de dólares), frente a los 786,99 millones de euros (937,97 millones de euros) del año anterior.
Esta evolución resulta especialmente negativa si se compara con la que se registra en el otro gran motor económico español, la Comunidad de Madrid. La inversión extranjera en esta región alcanzó en el primer semestre del año 5.990,69 millones de euros (7.137,44 millones de dólares), un 45,68% más que los 4.112,21 millones de euros (4.897 millones de dólares) de los seis primeros meses de 2016. El crecimiento fue especialmente marcado entre abril y junio, justo cuando se produce la caída en Cataluña. En esos meses llegaron desde fuera de España 3.497,98 millones de euros (4.166,73 millones de dólares), lo que supone casi duplicar los 1.813,72 millones de euros (2.160,43 millones de dólares) que entraron en el mismo periodo del año anterior.
La inversión extranjera en Cataluña en el segundo semestre fue de 706,8 millones de euros, frente a los 786,99 millones de euros del año anterior
Aunque a un ritmo inferior que el registrado en la Comunidad de Madrid, la inversión extranjera en el conjunto de España también registra una evolución positiva. Durante los primeros seis meses del año fue de 11.615,36 millones de euros (13.850,35 millones de dólares), frente a los 8.669,11 millones de euros (10.337,86 millones de dólares) del mismo periodo en 2016. Esto supone un incremento de 33,98%, muy por encima del 12,69% de Cataluña y por debajo del 45,68% madrileño.
De abril a julio alcanzó 5.734,1 millones de euros (6.836,43 millones de dólares), un 12,69% más que los 5.088,41 millones de euros (6.067,94 millones de dólares) de los mismos meses del ejercicio anterior. Este incremento es muy inferior al 92,68% registrado en Madrid, pero un dato mucho más positivo que la caída del 10,19% de Cataluña.
Fuga de empresas
Estos datos son un preludio de lo que puede ocurrir en un futuro inmediato. ALnavío ha conversado con Carlos Rivadulla, vicepresidente de Empresaris de Catalunya (que agrupa a 400 empresarios opuestos al independentismo). Ha señalado que el impacto económico del reto independentista ha sido menos visible hasta el verano que lo que va a ocurrir a partir de ahora. Ha recordado que el PIB español ha crecido una media anual del 3,2%, lo que, unido a que muchos empresarios e inversores no se tomaban en serio la amenaza, disminuía los efectos sobre la economía.
Sin embargo, señala Rivadulla, “ha habido un coste de oportunidad que nunca conoceremos. Nunca podremos demostrar cuánto mejor estaríamos sin el proceso independentista, sin los recursos empleados en él”. A pesar de eso sí que hay datos significativos. Entre 2012 y el primer semestre de 2017, el número de empresas que han abandonado Cataluña para instalarse en otros lugares supera en 1.691 al de las que han hecho el recorrido inverso.
Uno de los casos más conocidos es el de Naturhouse, grupo de alimentación y dietética presente en más de 20 países. Esta compañía anunció este verano que trasladaba su sede social de Barcelona a Madrid. Lo hacía, en palabras de su presidente, Félix Revuelta, “por razones estratégicas y también de sentido común”. Otro ejemplo destacado, en febrero de 2016, fue el de la química Solvay, cuya facturación en el ejercicio anterior había sido de 240 millones de euros (286 millones de dólares).
Esta fuga de empresas beneficia especialmente a tres regiones, que son las que han tenido un saldo más positivo en esta materia. Se trata de Madrid, el otro gran motor económico español, Aragón y la Comunidad Valenciana. Estas últimas son limítrofes con Cataluña, y el incremento de compañías en su territorio se debe precisamente a que son el destino de muchos empresarios que huyen de la inseguridad jurídica y económica que genera el reto independentista.
Rivadulla ha relatado a ALnavío que la mayor parte de los empresarios que trasladan su sede social fuera de Cataluña no suelen anunciarlo, si bien lo cuentan en privado. Pone el ejemplo de muchos que tienen sus compañías en Lérida (Cataluña) y que han optado por mantener su actividad ahí pero fijar su sede social en Huesca (Aragón). Y no sólo trasladan sus sedes, sino que también cambian la domiciliación de las cuentas bancarias de sus empresas de una provincia a la otra.
La fuga de empresas de Cataluña beneficia sobre todo a Madrid, Aragón y la Comunidad Valenciana
El vicepresidente de Empresaris de Catalunya señala que esta fuga de empresas se va a acelerar tras los acontecimientos de las últimas semanas. Además, apunta, muchos fondos y multinacionales están paralizando sus inversiones en la región y buscando otro destino para estas. Se muestra convencido de que los efectos se harán notar en semanas o, a lo sumo, meses.
Caída en Bolsa, una gripe pasajera
Las que se han visto castigadas duramente por los últimos acontecimientos han sido las grandes compañías con sede en Cataluña que cotizan en Bolsa. Tras aguantar sin problemas durante las primeras semanas de septiembre, las firmas catalanas del IBEX vieron caer su capitalización bursátil en 1.700 millones de euros (2.026,7 millones de dólares). Las más castigadas fueron el Banco Sabadell, con una caída por encima del 3%, y CaixaBank, con una bajada del 2%.
El economista Daniel Lacalle ha señalado a este periódico que la caída es un episodio pasajero y que pronto volverán a la normalidad. Ha añadido que los acontecimientos en Cataluña han precipitado las decisiones de venta de numerosos inversores, pero que esto tendría que ocurrir tarde o temprano, debido a que la Bolsa está demasiado alta. Para él, por lo tanto, el escenario no es preocupante para la evolución futura en el parqué de estas compañías.