Daniel Gómez (ALN).- La inteligencia artificial permite que las máquinas aprendan solas mediante algoritmos. Eso las vuelve más productivas, y productividad es lo que necesita ahora mismo Latinoamérica. Así lo dice el BID en un reciente informe en el que analiza el impacto de esta tecnología. En este caso, las oportunidades superan a las amenazas.
Los agricultores latinoamericanos pueden incrementar 30% el rendimiento por hectárea. Los médicos, alcanzar una precisión casi absoluta en los diagnósticos. Y los comerciantes, ofrecer servicio al cliente todos los días y a todas horas sin costo alguno.
Son las ventajas que trae la ventaja artificial. Lo asegura un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaborado por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe y 40 expertos internacionales.
El informe dice que, en el mediano plazo, la economía de América Latina puede acelerar un punto (de 3% a 4%) sólo por la incidencia de la inteligencia artificial. También precisa que 50% de ese aumento se deberá a un incremento de la productividad.
¿Por qué es esto posible? La inteligencia artificial consigue que las máquinas aprendan solas y automaticen procesos gracias a una serie de algoritmos. EstoI posibilita que los agricultores mejoren los sistemas de videovigilancia y cultivo, que los médicos potencien los aparatos de medición y que los comerciantes instalenchatbots en sus puntos de venta online.
Como pasa con cualquier cambio tecnológico, el empleo es el principal amenazado. El argumento del informe es que, gracias a la inteligencia artificial, “los trabajadores podrán concentrarse en tareas de mayor valor agregado”. Pero para eso hacen falta políticas que adapten a la población a las necesidades del mercado.
En este sentido, el informe indica que la irrupción de la inteligencia artificial en América Latina amenaza con la automatización al 39% del empleo existente. Por eso el BID habla de “recalibrar” el escenario desde “un criterio humanista” e insisten en que “es esencial diseñar políticas públicas para manejar con cuidado la transición tecnológica de trabajadores desplazados hacia nuevos empleos”.
Los riesgos de la inteligencia artificial
Los expertos que participaron en el informe -prestigiosos académicos de la talla de Peter Diamond, Premio Nobel de Economía; Dave Donaldson, profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets; y Karim Lakhani, investigador de la Universidad de Harvard y colaborador de la NASA– también hablan de los riesgos de estos algoritmos.
Y es que aparte de ventajas hay amenazas. Las máquinas también se equivocan. Dependen de una estabilidad cibernética. Su capacidad de aprendizaje tampoco les libra de aprender malas prácticas. Incluso “técnicas maliciosas” que pongan en jaque el rendimiento de los procesos de producción. Por no hablar de los riesgos sociales, como la pérdida del empleo y la proliferación de trabajadores desplazados, inadaptados a estas nuevas exigencias.
La irrupción de la inteligencia artificial en América Latina amenaza al 39% del empleo existente
Pero hay una amenaza mayor, según el informe. Que América Latina no se adapte a esta revolución. Aunque la inteligencia artificial pueda acelerar 1% la economía regional, es cierto que este impacto es tres o cuatro veces menor que en economías desarrolladas. Así lo advierte el BID.
Esto deriva en un nuevo bache que rezagaría aún más a la región respecto a economías potentes como Estados Unidos, Canadá, China y la Unión Europea. “La nueva brecha haría incluso más difícil la convergencia en el desarrollo y da cuenta del riesgo que implica cierto rezago en apuntalar las condiciones necesarias para afianzar la inteligencia artificial y su uso para lograr aumentos de productividad”.
De ahí que Gustavo Beliz, director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe, tenga prisa. “Es urgente incorporar estas nuevas tecnologías a nuestra matriz productiva y a nuestra canasta exportadora para no quedar rezagados con respecto a las economías más desarrolladas”.