Daniel Gómez (ALN).- La filial Santander Río es el banco privado más importante de Argentina. Eso no impide que se vea afectada por la “la alta inflación” en 2018. El beneficio en el ejercicio fue de 84 millones de euros, impactado por un ajuste monetario de 193 millones, más el impacto de los tipos de cambio de 46 millones.
Banco Santander se resiste a hablar de hiperinflación en Argentina. Prefieren el término “alta inflación” para un país que en 2018 vio cómo los precios se dispararon 47,7%.
La “alta inflación” provocó un impacto negativo de 239 millones de euros en las cuentas de Santander, que globalmente ganó 7.810 millones de euros en 2018, un incremento de 18% respecto a 2017.
Santander, que presentó las cuentas anuales este miércoles, recuerda que Argentina apenas significa 1% del beneficio total. Y eso que la filial es la entidad privada más importante del país.
Pese a todo, Santander Río, como se llama la subsidiaria, ganó dinero: 84 millones de euros. El impacto negativo de 239 millones se desglosa en un ajuste monetario de 193 millones, más el impacto de los tipos de cambio, que restó 46 millones.
Cómo impactó la inflación al negocio
Santander apunta que sólo perdió dinero en el tercer trimestre, pero reconoce que muchas variables del negocio se vieron afectadas. Estas son algunas:
– El margen de intereses subió 52% apalancado en mayores volúmenes en un entorno de mayor inflación y de tipos de interés más altos.
– Las comisiones suben 47% impulsadas por una mayor actividad de compraventa de moneda extranjera en un entorno de volatilidad de tipo de cambio y por comisiones relacionadas con depósitos en efectivo.
– El crecimiento de costes refleja las inversiones en iniciativas de digitalización, la revisión automática de los acuerdos salariales por el aumento de la inflación y la depreciación del peso frente al dólar.
– Las dotaciones para insolvencias suben por el segmento de particulares, especialmente en rentas medias y bajas.
– El ratio de mora aumenta al 3,2% y la cobertura pasa del 100% al 135% en el año.
Confianza en la macroeconomía
Pese a los daños en el negocio, Santander confía en Argentina. Uno de los motivos es el apoyo financiero de casi 50.000 millones de euros que le brindó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Con la ayuda financiera del FMI, la economía argentina empieza a mostrar signos de estabilización, con una incipiente moderación de la inflación, una importante consolidación fiscal y relativa estabilidad cambiaria. El PIB se contrae un 2,4% en el año, pero con expectativas de gradual recuperación en 2019”, dice Santander.
Otro punto que invita al optimismo es que el grupo cumplió los objetivos estratégicos. Estos eran el crecimiento, control de riesgos, excelencia operativa y experiencia de cliente a través de la vinculación y la digitalización, con nuevos productos y servicios.