Redacción (ALN).- Una anciana cruza en brazos de otro joven emigrante el Río Bravo y entra de manera ilegal a Estados Unidos, donde es asistida por la patrulla fronteriza. El fotógrafo Go Nakamura, de la agencia de noticias Reuters, registra el suceso, que en cuestión de minutos da la vuelta al mundo y vuelve a poner el dedo sobre la llaga que representa la masiva migración venezolana.
Esta imagen se repite casi cada día a lo largo de los bajos del río, pero, hace unos meses, solo se veía a mexicanos y centroamericanos.
Ahora, cientos de venezolanos están intentando entrar de esta forma a Estados Unidos, donde piden asilo en vista de la severa crisis política y económica que atraviesa el país caribeño, considerado hace algunas décadas como uno de los más ricos de la región.
En las redes sociales, la mujer fue indetificada como Irma, de 80 años, y oriunda del petrolero estado de Zulia, donde la crisis de Venezuela se siente con rigor. Allí son constantes los cortes eléctricos, la escasez de combustibles y los altos precios de los alimentos.
En Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden anunció a principios de marzo un estatus de protección temporal (TPS, en sus siglas en inglés) a los venezolanos que estaban indocumentados en esa fecha por la “crisis humanitaria” que vive su país bajo el Gobierno de Nicolás Maduro, una medida que les permitiría residir de forma legal y trabajar.
Según la Casa Blanca, el programa beneficiará a unos 320.000 ciudadanos que ya estaban en suelo estadounidense cuando se aprobó la medida, pero excluye a los llegados a partir de esa fecha.