Antonio José Chinchetru (ALN).- La holgada victoria de Iván Duque, que se ha convertido en el presidente más votado de la historia de Colombia, sobre Gustavo Petro confirma la hegemonía política y electoral del caudillo Álvaro Uribe en el país. Juan Manuel Santos también fue mentor de Duque, aunque este terminó enfrentándose a él. Sus otras victorias destacadas en las urnas han sido los dos comicios presidenciales a los que se presentó, las legislativas de 2018 y el referéndum sobre los acuerdos de paz con las FARC, donde lideró a la oposición.
En la que es una nueva muestra del predominio político y electoral de Álvaro Uribe en Colombia, Iván Duque venció este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Con una participación total de 53%, el candidato apoyado por los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana consiguió 53,9% de los sufragios emitidos, según los datos ofrecidos por la Registraduría Nacional del Estado Civil. Son 12,1 puntos de diferencia sobre el populista Gustavo Petro, que se quedó con 41,8% de los sufragios.
Más de 10,37 millones de papeletas con su nombre y el de Marta Lucía Ramírez, candidata a vicepresidenta, convirtieron a Duque en el presidente electo con mayor apoyo en las urnas de la historia del país. Duque ha superado la marca que mantenía su mentor político en 2010. En aquel año, Uribe logró casi 9,03 millones de votos (lo que supuso 69,1% de los sufragios). Ramírez, a la que apoyó Pastrana en las primarias para elegir candidato, va a ser la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta de Colombia.
Uribe sigue marcando la agenda política del país aunque dejó, tras dos mandatos, la Presidencia de Colombia en 2010
Uribe sigue marcando la agenda política del país aunque dejó, tras dos mandatos, la Presidencia de Colombia en 2010 (Ver más: La triple victoria que consolida el liderazgo de Álvaro Uribe en Colombia). En 2018, además de impulsar a Duque a la jefatura del Estado, se convirtió en marzo en el senador más votado de la historia colombiana. Desde la salida del poder hasta la actualidad, la carrera política de Uribe está plagada de éxitos.
Primero logró llevar a Juan Manuel Santos a la Presidencia. Después se enfrentarían, y Uribe se convirtió en el más terrible opositor del que ahora va a dejar la Casa de Nariño. El expresidente fundó en 2013 el Centro Democrático. Sólo año y medio después esta formación logró convertirse en el segundo mayor partido en el Senado con 20 curules (escaños), al obtener 14,29% de los votos, mientras que el Partido de la U de Santos caía de 28 a 21 escaños.
La gran victoria en las urnas de Uribe sobre Santos no fue, sin embargo, en unas elecciones. La más significativa derrota de la carrera del presidente saliente fue en el referéndum sobre los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), celebrado el 2 de octubre de 2016. Antaño rivales políticos muy enfrentados, Uribe y Pastrana (cuyas negociaciones con las FARC terminaron en fracaso) unieron fuerzas para liderar la campaña a favor del ‘no’ a lo acordado por el Gobierno y el grupo armado.
A pesar de que contaba con todos los recursos del Estado a favor de la campaña, y con el apoyo casi unánime de los medios de comunicación, Santos salió derrotado en el plebiscito. Los partidarios del ‘no’ se impusieron con 50,21% de los votos. Uno de los principales actores en la campaña de Santos y Pastrana fue precisamente Iván Duque, el uribista que resultó elegido presidente de Colombia este domingo.
Los compromisos de Duque
Iván Duque: “La seguridad tiene que volver a los campos de Colombia”
En su primera intervención tras saberse que había resultado elegido, Duque dijo que “Colombia unida debe llevar la corrupción a una derrota contundente en todo el territorio de la nación”, según informó El Tiempo. También sostuvo, en la línea de la idea de la “seguridad democrática” propugnada por Uribe, que “La seguridad tiene que volver a los campos de Colombia, la seguridad es un valor democrático que nos permite estar libres de miedo”. También hizo un llamamiento a “construir consensos para que Colombia tenga una justicia creíble, eficaz y cercana al ciudadano”.
Aunque Duque se opuso a los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmados por Juan Manuel Santos, no es partidario de desmantelarlos por completo. Apuesta por redefinir varios puntos. Rechaza que el narcotráfico esté considerado un delito político indultable y que los dirigentes de las FARC puedan presentarse a elecciones a cargos públicos. En su discurso del domingo por la noche, Duque dijo que la paz debe enfocarse “de verdad en las víctimas como el centro de toda atención” y “garantizar la reinserción de la base guerrillera”, lo mismo que la inversión social en zonas de violencia.
Gracias a una reforma electoral de 2015, Gustavo Petro dispondrá de un escaño en el Senado y su candidata a vicepresidenta, Ángela María Robledo, lo tendrá en la Cámara de Representantes. Con los cambios aprobados hace tres años, el aspirante a presidente que sea derrotado en la segunda vuelta de los comicios tiene derecho a un asiento en cada una de las Cámaras del Congreso. Petro, que logró poco más de 8,03 millones de votos, dijo: “Al Senado vamos a volver no a hacer lo que hicimos en el pasado, no a ver cómo se negocian los articulitos, sino para dirigirnos al país y recorrer las plazas públicas”.
Petro no va a limitarse a hacer oposición en las instituciones, sino que quiere ejercerla de manera permanente a través de movilizaciones callejeras. “Nuestro papel como senador será el eje fundamental de un movimiento que no se va a ir a dormir a la casa sin movilizarse permanentemente, para dirigir un pueblo que debe mantenerse activo, movilizado”, dijo.