(EFE).- Hace dos años el mundo se puso de acuerdo y adoptó el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal para frenar la pérdida de naturaleza y proteger el 30 % de los recursos terrestres y marinos pero la gran duda es cómo se financiarán estas metas, algo que se negociará en la COP16 de Cali sin grandes expectativas de acuerdo.
«Uno de los asuntos más difíciles (de la cumbre) va a ser la discusión sobre financiación», admitió el pasado mes de septiembre la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, anfitriona de la reunión.
Las finanzas para la biodiversidad engloban el conjunto de gastos e inversiones que contribuyen a la conservación, al uso sostenible y a la restauración de la biodiversidad, y se negociarán en los segmentos de alto nivel de las delegaciones enviadas por los más de 190 países que estarán presentes en Cali.
En este sentido, la financiación es un tema muy amplio que incluye desde la cooperación internacional para el desarrollo, fiscalidad internacional o «deuda por clima», hasta fondos basados en riqueza forestal, según Muhamad.
Una de las principales fuentes de financiación serán los propios Estados, a partir de las estrategias y planes de acción nacionales en materia de biodiversidad, herramienta que se comprometieron a adoptar en el Marco Mundial de Biodiversidad.
La estrategia general para la movilización de recursos incluye una fase intermedia (2023–2024) y una fase de mediano plazo (2025–2030).
Las necesidades de «financiación climática» a nivel mundial se estiman en 10 billones de dólares anuales entre 2030 y 2050, según el grupo de estudio Climate Policy Initiative. Este mismo informe recogió que entre 2021 y 2022 la media de financiación climática fue de 1,3 billones de dólares.
En Kunming-Montreal los países se comprometieron a movilizar al menos 200.000 millones de dólares anuales.
Progresos
El marco de Kunming-Montreal se adoptó en la COP15 celebrada en Canadá, y uno de los capítulos, el 15/7, hace referencia a la financiación.
En este se determinó «la importancia de aumentar de forma urgente la movilización de recursos financieros procedentes de todas las fuentes, nacionales o internacionales, públicas o privadas, con miras a reducir el déficit de financiación de la biodiversidad, y de proporcionar oportunamente recursos suficientes y previsibles para la implementación eficaz del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal».
A pesar de lo extenso de la materia, a Cali llegan las delegaciones con algo de trabajo adelantado ya que en la reunión técnica celebrada en Nairobi en mayo se acordó un primer borrador, con muchas partes entre corchetes, que será el punto de partida para las dos semanas de cumbre en Cali, que arranca el 21 de octubre y se extenderá hasta el 1 de noviembre.
En este borrador se incluye la preocupación por la «falta de contribuciones financieras voluntarias» para financiar el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Expectativa mundial
«No debe haber una esperanza tan grande como para pensar que la COP16 va a definir y va a decidir sobre la gran necesidad de fondos que tiene el convenio», explicó a EFE Margarita Flórez, directora de la Asociación Ambiente y Sociedad (AAS).
En este contexto, Flórez resaltó que el de Kunming-Montreal es un convenio «muy disminuido en recursos que no ha suscitado lo que suscitó el Acuerdo de París (sobre cambio climático), por ejemplo», para el que se destinan muchos más recursos.
A esto se suma que «hay posiciones divergentes» entre los países y que aunque será «una buena oportunidad para empezar a discutir» con las guías marcadas en Nairobi, este es un documento «que todavía está lejos de ser decisiones concretas».