Redacción (ALN).- La familia de Yaelvis Santoyo Sarabia, el bebé venezolano muerto a tiros por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago, quiere permanecer en ese país caribeño pese a la tragedia.
De acuerdo con un reporte del diario T&T Guardian, el abogado Blaine Sobrien, actuando en nombre de la familia Santoyo Sarabia, ha pedido al Ministerio de Interior trinitense que acepte al grupo de venezolanos en calidad de refugiad, puesto que sus vidas correrían peligro si fueran deportados a Venezuela.
«No pueden regresar a Venezuela», dijo Sobrien al T&T Guardian. «Algunos de ellos son miembros de las Fuerzas Armadas y si regresan a Venezuela pueden enfrentar la cárcel o la muerte. El resto de la familia también está en riesgo si regresa, como muchos venezolanos que buscan el estatus de refugiados en este país», agregó.
Asimismo, el abogado señaló que a la familia le gustaría reunificarse en Trinidad y Tobago, donde ya vive el padre del niño asesinado.
El bebé Yaelvis Santoyo murió a tiros el pasado sábado después de que la Guardia Costera de Trinidad y Tobago dispara una veintena de veces desde un patrullero contra el peñero en que se traladaban migrantes venezolanos, entre ellos varios integrantes de la familia Santoyo Sarabia.
«La muerte de un niño venezolano, que junto a su madre huía de la dictadura, nos duele en el alma como país. Los disparos realizados por la Guardia Costera de Trinidad y Tobago no tienen justificación, lo mataron (…) pedimos justicia», dijo tras conocese la noticia el líder opositor venezolano Juan Guaidó.
Maniobras peligrosas
Según un comunicado de la Guardia Costera, citado por el medio local Newsday, la embarcación con migrantes «era más grande» que los dos patrulleros trinitenses, realizó maniobras peligrosas y embistió a los navíos de la isla, por cuanto creyeron que la vida de los oficiales estaba en peligro.
Por ello, y «siguiendo todos los protocolos», la Guardia Costera afirma que intentó disuadir a la embarcación, que transportaba una veintena de migrantes venezolanos, haciendo uso de un megáfono y disparando al aire.
Disparos «contra el motor»
Luego, en un intento por detenerla, los oficiales trinitenses dispararon contra el motor de la embarcación, que eventualmente se detuvo.
«Solo entonces se descubrió que había inmigrantes ilegales a bordo que habían permanecido ocultos y, por lo tanto, no habían sido vistos antes», señaló el ente.
En ese momento, también comprobaron que los disparos habían herido a un bebé venezolano y a su madre, quienes responden a los nombres de Yaelvis Santoyo Sarabia y Darielvis Sarabia, respectivamente.
Una ruta migratoria poco usada
La ruta migratoria hacia las diferentes islas del Caribe, la menos utilizada por los 6 millones de venezolanos que han salido del país según la ONU como consecuencia de la crisis, saltó a la palestra tras el naufragio hace un año de una embarcación en la que viajaban 41 venezolanos hacia Trinidad y Tobago.
Desde entonces, se han producido varios naufragios y los vecinos de la zona han denunciado la desaparición de embarcaciones que se dirigían hacia esas islas.
Con información de Efe y T&T Guardian.