Daniel Gómez (ALN).- Representantes de Chevron y Realiance Industries han mantenido reuniones virtuales con funcionarios del gobierno de Joe Biden. Mientras la petrolera estadounidense quiere garantizar su presencia en Venezuela, la firma india insiste en reanudar los canjes de petróleo por diésel.
Se supone que la petrolera estadounidense Chevron tiene hasta junio para cerrar las operaciones en Venezuela.
En abril de 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, les obligó a retirar las operaciones del país. En principio debían hacerlo en diciembre, pero en el último instante Trump les extendió otra licencia por seis meses.
Chevron nunca ha escondido que su compromiso es quedarse en Venezuela. Y ahora está aprovechando la presidencia de Joe Biden, que ha prometido revisar su política de sanciones, para no verse obligada a abandonar el que, pese a todo, es el mercado con mayores reservas de crudo probadas del mundo.
Rat Fohr, portavoz de Chevron, dijo a la agencia Bloomberg que “mantiene conversaciones regulares” con agencias del gobierno de Estados Unidos para asegurar su presencia en Venezuela más allá de junio.
“Seguimos comprometidos con la integridad de nuestros activos de las empresas conjuntas [con la estatal Petróleos de Venezuela, PDVSA]; la seguridad y el bienestar de nuestros empleados y familias; y con los programas sociales y humanitarios de la empresa durante estos tiempos difíciles”, dijo Rat Fohr.
Mejorar la situación humanitaria
La agencia Bloomberg descubrió que el grupo indio Realiance Industries también mantiene conversaciones con funcionarios del Departamento de Estado del nuevo gobierno.
Una de las prioridades de Realiance es restablecer los canjes de petróleo por gasolina, prohibidos por Trump el pasado octubre.
Esta medida supuso un duro golpe para el gobierno de Nicolás Maduro, pero también para el venezolano de a pie. La capacidad de refino de PDVSA es escasa. Sus plantas acusan fallas por las dos décadas de mala gestión del chavismo. Y como no se puede generar diésel, resulta que no hay energía, no hay agricultura, no hay transporte público y tampoco hay redes logísticas para distribuir alimentos y medicinas.
Todo esto, además de un impacto en las cuentas de PDVSA, también repercute en la situación humanitaria de los venezolanos. Y el lado humanitario es el que está tocando Realiance para que Biden levante las restricciones, informó Bloomberg.
El problema con las sanciones secundarias
Los problemas de las multinacionales con Venezuela tienen que ver con el esquema de sanciones secundarias impuesto por la Casa Blanca durante el gobierno de Trump.
Si bien Washington no prohíbe hacer negocios con Venezuela, sí sanciona a las compañías que lanzan operaciones en el país latinoamericano y a su vez, mantienen algún negocio o filial en Estados Unidos.
Por tanto, las sanciones secundarias, como dijo el economista venezolano Francisco Rodríguez en una entrevista con el diario ALnavío, “son el principal impedimento para que Venezuela se relacione con el mundo”. De ahí que un cambio en esta política de Washington podría repercutir positivamente en el día a día del venezolano.
“Al final estas sanciones secundarias se convierten en una amenaza para que la mayoría de las compañías petroleras del mundo decidan no hacer negocios con Venezuela. En el momento que ellos dejen claro que no impondrán más sanciones secundarias, veremos a muchos actores como Repsol, China, Rusia, Noruega o Francia, dispuestos a comprarle petróleo a Venezuela. Si sobre esta base se recupera la producción, habrá más importaciones, y cuando aumentan las importaciones, la economía se recupera. No se acabará con la crisis, pero la situación mejorará con respecto al pasado reciente”, explicó Rodríguez.