Antonio José Chinchetru (ALN).- La empresa española de infraestructuras Pecsa comenzó a interesarse por trabajar en Chile en 2005. No lo hizo hasta 2010, después de haber estudiado varias posibilidades. El consejero delegado de la firma, Ignacio Juan-Aracil, contó en la Casa de América en Madrid que incluso llegaron a plantearse poner un criadero de mejillones gigantes. Descartaron esa idea y optaron por trabajar en el sector que dominan, el de la construcción pública y privada. Tras aprender “de nuestros errores” están sólidamente asentados en el país suramericano.
La española Pecsa desembarcó en Chile en 2010 “con un poco de soberbia y un poco de prisa”, según reconoció el consejero delegado de la empresa, Ignacio Juan-Aracil, en una jornada sobre Infraestructuras en América celebrada en la Casa de América de Madrid. En la actualidad, tras aprender “de nuestros errores”, la firma ha construido colegios, bibliotecas, complejos judiciales y hospitales. Al margen de los contratos públicos, ya ha finalizado ocho edificios con más de 600 viviendas y tiene en desarrollo otras 300 en Santiago de Chile.
Juan-Aracil dijo que llegaron al país suramericano de la mano de un socio que había sido compañero suyo de estudios en un máster del Instituto de Empresa de Madrid. Antes de decidir a qué actividad se dedicarían en Chile, estudiaron varias posibilidades, incluso se plantearon entrar en el sector de la producción de mejillones. Contó: “Los mejillones allí se llaman ‘choros’ y hay unos que se llaman ‘choros zapatos’, os podéis imaginar el tamaño, e incluso pensamos en montar un criadero de estos ‘choros zapatos’. Pero al final, seguimos la filosofía de la empresa y aplicamos eso de zapatero a tus zapatos”.
Siguiendo esta filosofía, Pecsa decidió no criar esos mejillones gigantes (pesan unos 250 gramos y miden 20 centímetros) y optó por dedicarse en Chile al sector en el que ya tenía una dilatada experiencia previa en España: la construcción pública y privada. Aunque el interés por desembarcar en el país suramericano comenzó en 2005, el inicio de la actividad en ese mercado no arrancó hasta 2010, cuando “las cosas iban peor aquí (en España)”, según dijo Juan-Aracil.
Ignacio Juan-Aracil: “El marco regulatorio en España es pro empresa, pero en Chile las regulaciones son bastante difusas”
El consejero delegado de Pecsa afirmó: “Pecamos un poco de soberbia y un poco de prisa. Empezamos en 2010 a concursar”. Explicó: “El marco regulatorio en España es bastante claro y diría que incluso pro empresa. Sin embargo, allí las regulaciones son bastante difusas. Nos creímos que sólo con expertise (experiencia), con ganas e inyectando dinero se podían montar allí nuestras infraestructuras”.
Fue un arranque muy ambicioso. Primero se adjudicaron un centro cultural en Santiago de Chile. Le siguió uno de salud a 150 kilómetros al norte y un colegio a 400 kilómetros al sur de la misma ciudad. A continuación, llegó otro centro de salud a 600 kilómetros al norte de la capital chilena, “en pleno desierto”. Juan-Aracil señaló: “Cuando nos quisimos dar cuenta la realidad es que teníamos 11 obras a lo largo de toda la geografía chilena, separadas por 1.000 kilómetros unas de las otras, teníamos en plantilla 300 o 400 personas, y nos encontramos con que el cliente no era uno sino siete”.
Aprender de los errores y claves para acertar
“Tras numerosos errores”, dijo, “se nos encendió la bombillita” y comenzaron a ver soluciones. Decidieron que “teníamos que llevar más caja” para mantener el principio de que “Pecsa cumple” y hacer frente a los compromisos. También se dieron cuenta “de que el control desde aquí era mucho más importante. Y no un control de meros papeles, sino un control personal”.
Por otro lado, empezaron a “aprender de nuestros errores”. Esto implicó que “seleccionamos mucho más a nuestra gente” y “nos centramos en no dispersarnos geográficamente”.
“Hay que ser humildes, no ir creyéndonos que lo sabemos todo. Muchas veces es verdad, pero hay cosas que ellos saben mucho mejor que nosotros”
El consejero delegado de Pecsa ofreció las que para él son las claves que debe tener en cuenta una empresa española en Chile. Dijo que “hay que ser humildes, no ir creyéndonos que lo sabemos todo. Muchas veces es verdad y hay cosas que podemos abordar, pero hay cosas que ellos saben mucho mejor que nosotros”.
Además, agregó: “Por otra parte, el análisis previo es mucho más importante allí que aquí en infraestructuras, porque el marco regulatorio es a precio cerrado”, y en caso de duda todo lo que le pase a la obra lo asume el contratista.
Insistió en la importancia que tiene “el control real y efectivo desde España” y en que es fundamental contar con “un buen socio local” y actuar “sin prisas”. Para Juan-Aracil, “el tema es la comunicación. Es que engaña muchísimo” (Ver más: Las empresas españolas de infraestructuras desvelan 3 grandes problemas en América Latina). Concluyó: “Yo he salido de múltiples reuniones pensando que nos había ido fenomenal y le preguntaba a mi socio y me decía que fatal. No es un tema de que no se expresen bien, es que la forma de expresarse es distinta y la comunicación es diferente”.