Caleb Zuleta (ALN).- “La incertidumbre se está convirtiendo en la nueva normalidad” de la economía mundial, dice Kristalina Georgieva. La directora Gerente del Fondo Monetario Internacional señala esto cuando este fin de semana se celebra el Riad, Arabia Saudita, la reunión de los gobernadores de los bancos centrales de los países que integran el G-20.
Escribe la jefa del FMI que “la economía mundial dista mucho de hallarse en tierra firme. Si bien algunas incertidumbres se han disipado, han surgido algunas nuevas. La verdad es que la incertidumbre se está convirtiendo en la ‘nueva normalidad”’.
Resulta que el coronavirus es una de esas incertidumbres. Una más. Una nueva. Y no una cualquiera. Una incertidumbre que afectará la economía de China, y en consecuencia, repercutirá sobre la economía mundial. Todo depende de cuán rápido se disipe la amenaza del virus. Si es pasajero, el impacto se sentirá en los índices del PIB en el primer trimestre. Pero si se extiende, entonces el asunto más grave.
“Un brote más grave y de larga duración se traducirá en una desaceleración más acusada y prolongada del crecimiento en China. Su impacto mundial se verá amplificado por trastornos más sustanciales de la cadena de suministro y por una caída más persistente de la confianza de los inversionistas, especialmente si la epidemia se extiende más allá de China”.
Georgieva es clara. “El coronavirus es nuestra incertidumbre más apremiante: una emergencia sanitaria internacional que no habíamos previsto en enero. Es un recordatorio sombrío de la forma en que acontecimientos imprevistos pueden poner en peligro una reactivación frágil”.
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La directora General del FMI se refiere a la forma como cerró la economía mundial en 2019 y las perspectivas para 2020 y 2021. Todo estaba listo para el despegue, cuando entonces ocurre un evento de esta naturaleza, el coronavirus, que nadie podía prever.
“Tras el decepcionante crecimiento en 2019, comenzamos a ver indicios de que la economía mundial se está estabilizando y los riesgos se están reduciendo, incluida la Fase 1 del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China”.
Ahora, sin embargo, aparece el virus y la incertidumbre de en qué tiempo logrará ser atajado. Porque en China, hasta esta semana, seguían aumentando los casos y los muertos.
Señala la directora Gerente del FMI que “incluso en los escenarios más positivos, se proyecta que la tasa mundial de crecimiento seguirá siendo reducida en demasiadas regiones del mundo. Y a mediano plazo, se prevé que el crecimiento económico se mantenga por debajo de los promedios históricos. En este contexto, si bien algunas incertidumbres, como las enfermedades, están fuera de nuestro control, no deberíamos crear nuevas incertidumbres donde podemos evitarlo”.
Apuntó que “en enero, el FMI proyectó que el crecimiento económico se fortalecerá, de 2,9% en 2019, a 3,3% en 2020 y 3,4% en 2021. Este aumento que se prevé del crecimiento está sujeto a la mejora del desempeño en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo”.
Es concluyente cuando afirma que “el horizonte económico que los ministros de Hacienda y los gobernadores de bancos centrales del Grupo de los 20 países industrializados y de mercados emergentes (G-20) enfrentarán esta semana en sus reuniones en Riad es incierto”.