Daniel Gómez (ALN).- Las previsiones del Banco de España indican que el PIB crecerá 3,1% este año. Un ritmo que será más lento en los ejercicios venideros. Como consecuencia, la creación de empleo no tendrá la intensidad de antaño, estimando para 2019 una tasa de paro superior al 13%.
La economía española acelera. Las proyecciones del Banco de España indican que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá 3,1% en 2017, tres décimas por encima del ritmo estimado en diciembre de 2016. Una tendencia que, sin embargo, se ralentizará en los ejercicios posteriores. La entidad anticipa un crecimiento del 2,5% para 2018 y del 2,2% para 2019.
El arranque del ejercicio fue modesto, según indicó el banco, pero mejoró gracias a las medidas correctivas en los desequilibrios financieros. “En particular, en la mejora de la competitividad y en la reducción del endeudamiento privado que configuran un contexto propicio para la prolongación de la actual fase de crecimiento de la actividad y el empleo”.
Los indicadores invitan al optimismo. Tanto, que el ministro de Economía, Luis de Guindos, presumió de ellos este lunes en el Congreso de los Diputados, un día antes de que el Banco de España publicara sus previsiones. “Va a ser difícil que la economía crezca por debajo del 3% este año”, dijo. No se equivocó, aunque la tendencia para 2018 y 2019 sea inferior.
“Va a ser difícil que la economía crezca por debajo de 3% este año”, dijo De Guindos
En los dos próximos ejercicios, el PIB caminará por debajo de los tres puntos, según el Banco de España: “El cambio de orientación de la política presupuestaria y la expectativa de que el grado de laxitud de las condiciones financieras y monetarias no se intensifique a lo largo del horizonte de proyección darían lugar a una moderación del ritmo de expansión”.
Por componentes, la demanda nacional seguirá tirando de la economía. Y eso que tiende a desacelerar. En 2017, la contribución al crecimiento es de 2,5%, seis décimas por encima de lo que se calcula que ocurrirá en 2019. Por otro lado, la demanda exterior creció una décima (0,6%), para luego bajar y mantenerse en 0,3% hasta dentro de dos años.
Sobre el paro, una de las lacras históricas de España -en la actualidad la tasa es del 16,5%-, el banco señala que la creación de empleo mantendrá un buen ritmo, “aunque cada vez menor en el horizonte de proyección”. El porqué: “La previsión de una cierta suavización del ritmo de avance del producto y de unas tasas de crecimiento muy modestas de la productividad aparente”. Como resultado del frenazo, los indicadores señalan que la tasa de paro será de un 13,2% a finales de 2019.
La inflación, medida con el índice de precios al consumo (IPC), aumentará en 2017 más de dos puntos. Esto, según la entidad, se debe a la rápida aceleración del costo de la energía. Un aumento que dará marcha atrás en 2018 y 2019, quedando el IPC, según previsiones, en 1,3% y 1,6%, respectivamente. No obstante, el organismo regulador alerta que un encarecimiento del petróleo cambiaría el panorama.
De Donald Trump al ‘Brexit’
Por último, el Banco de España habla de los riesgos que acechan a la economía. Del exterior preocupa el endurecimiento de las condiciones económicas globales tras los vientos proteccionistas que soplan en Estados Unidos, la incertidumbre del Brexit en Reino Unido y las próximas citas electorales en algunos de los principales países de la zona euro, como Alemania.
En el ámbito interno, la institución se muestra preocupada porque no existe una mayoría parlamentaria. Por ello, teme que no salga adelante una consolidación fiscal, así como la aplicación de reformas estructurales.
“El elevado endeudamiento público subraya la necesidad de retomar la senda de la consolidación fiscal, aprovechando el contexto actual de crecimiento elevado y tipos de interés reducidos, de cara a moderar los costes financieros futuros asociados a la deuda pública, reducir la vulnerabilidad de la economía ante un eventual endurecimiento de las condiciones de financiación y restablecer una cierta capacidad de maniobra de la política fiscal ante eventuales perturbaciones”, concluye el Banco de España.