Redacción (ALN).- A comienzos del año 2000 Ecuador adoptó el dólar estadounidense como moneda oficial. Atrás quedaron 116 años conviviendo con el sucre. Una grave crisis económica derivada de una inflación galopante empujó al Gobierno a dar el salto. Este cambio de divisa ayudó a estabilizar la situación macroeconómica del país, aunque el poder adquisitivo de los ecuatorianos cayó.
El 9 de enero del año 2000, hace 18 años, Ecuador abandonó la que hasta entonces fue su moneda nacional, el sucre, para “dolarizarse”, es decir, adoptar de manera oficial la moneda de Estados Unidos, el dólar, según recoge Notimérica.
El sucre había entrado en vigor el 22 de marzo de 1884, con lo que se mantuvo circulando en Ecuador 116 años. Sin embargo, el país se vio obligado a hacer un cambio de moneda debido a la gran crisis económica derivada de una inflación galopante que sufrió en la década de los 90. Tan grave era la crisis que la tasa de cambio adoptada fue de 25.000 sucres por dólar, tal como apunta la agencia.
El sucre entró en vigor el 22 de marzo de 1884 en Ecuador y circuló durante 116 años
La creciente inestabilidad política, un sistema con la corrupción tremendamente enquistada, las relaciones conflictivas con Perú y el inmenso agujero fiscal son algunas de las claves para entender la crisis del país.
Las malas prácticas de los bancos también fueron determinantes para la decadente situación económica ecuatoriana. Muchas entidades se vieron obligadas a cerrar, lo que derivó en la extracción de capitales de forma masiva por la desconfianza y la consiguiente quiebra de otras.
La crisis se trasladó a toda velocidad al sector público y Ecuador se vio obligado a dejar de pagar la deuda externa, lo que generó su descrédito en la economía internacional.
Ante este escenario, el país decidió solucionar parcialmente los problemas económicos con un cambio de divisa, adquiriendo así el dólar estadounidense. El cambio de moneda ayudó a estabilizar la situación macroeconómica, pero supuso una disminución del poder adquisitivo de los ecuatorianos.
Las ventajas de esta nueva moneda fueron la disminución de costes a la hora de pagar las importaciones, el fortalecimiento de la estabilidad económica gracias a las remesas de los emigrantes -sobre todo de Estados Unidos y Europa– y el alto precio del petróleo. Como desventaja del nuevo sistema, Notimérica cita la disminución de la economía familiar, lo que ha truncado sectores como el turismo interno, así como la pérdida de soberanía monetaria.