Zenaida Amador (ALN).- En una sesión cargada de acalorados discursos y consignas revolucionarias, los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente de Nicolás Maduro aprobaron la remoción de la inmunidad parlamentaria de Juan Guaidó, a fin de que pueda avanzar un juicio penal en su contra y que finalmente vaya preso o, como llegaron a gritar en la sesión, enfrente el “paredón”. Se trata de un nuevo intento ilegal del régimen de Maduro por anular políticamente a Guaidó y así cerrar los últimos resquicios democráticos que quedan en el país.
En la última semana Nicolás Maduro le ha subido el tono a la presión contra Juan Guaidó. Lo ha acusado de ser miembro de una célula terrorista, de estar detrás de los ataques al sistema eléctrico nacional, de encubrir planes magnicidas, de robar dineros públicos y de traición a la patria. La razón es que Maduro no está dispuesto a ceder el poder y ha decidido utilizar toda su artillería para tal fin, lo que implica no sólo neutralizar a Guaidó sino acabar con la Asamblea Nacional (AN).
Para ello ha recurrido a las instituciones y a los funcionarios que ha impuesto de manera irregular, como el contralor general, el fiscal general, el propio Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), sin dejar de ejecutar en paralelo acciones de amedrentamiento y persecución a través de cuerpos policiales especiales y grupos civiles armados.
Alerta internacional
El Presidente de la Comisión de Política Exterior, Soberanía e Integración de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, Dip. Francisco Sucre desea dirigirse a la opinión pública nacional e internacional para alertar a la Sociedad Internacional sobre la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia que despoja de su inmunidad parlamentaria al Presidente de la Asamblea Nacional y Presidente Encargado de Venezuela, Dip. Juan Guaidó y los actos de amedrentamiento e intimidación que está sufriendo de parte de Grupos Armados paraestatales vinculados a Nicolás Maduro y a su régimen usurpador y forajido.
Solicitamos a todos los pueblos y gobiernos en el mundo, amantes de la libertad, que permanezcan alertas y solidarios con la causa venezolana y dispuestos a elevar aún más la presión sobre el régimen forajido y usurpador de Nicolás Maduro que pretende perpetuarse en el poder a toda costa, aun cuando ello signifique la violación sistemática de los Derechos Humanos de nuestro pueblo y a iniciar acciones de violencia contra la disidencia política y de criminalización de la misma que alteren la paz de Venezuela, de América y el mundo.
Este martes dio un paso más en el camino hacia el eventual encarcelamiento de Guaidó, porque necesita quitarle la inmunidad parlamentaria de la que goza como diputado de la Asamblea Nacional en atención a lo solicitado por el TSJ para enjuiciarlo. La ANC se dio a la tarea de analizar el tema y celebró una sesión cargada de simbolismos y discursos revolucionarios para cumplir la tarea encomendada por Maduro.
María León, integrante de la ANC, interrogó a sus compañeros acerca de qué debía ocurrirle a Guaidó por “traicionar” a la patria, ya que a su juicio allanarle la inmunidad parlamentaria luce “poco” como castigo. La respuesta fue un coro de voces que gritaba “¡paredón, paredón, paredón!”, lo que entusiasmó a León para sugerir que en la nueva Constitución se deben crear tribunales populares para que el pueblo decida “qué hacer con los que traicionan a la patria”, pues “quien traiciona la patria no merece llamarse venezolano”.
De forma unánime se aprobó el Decreto Constituyente que autoriza la continuación de la investigación penal contra el diputado Juan Guaidó por parte del TSJ lo que, según Diosdado Cabello, presidente de la ANC, permitirá “buscar la paz en Venezuela”.
Pero, en realidad, ¿qué significa todo esto en medio de la crisis política venezolana?
Lo primero que se debe tomar en cuenta es que, en medio de una crisis institucional sin precedentes en la historia contemporánea del país, la AN se mantiene como la única institución legítima que queda en Venezuela.
Juan Guaidó no sólo es el presidente de la AN, sino que además asumió las facultades ejecutivas de la República para propiciar el cese de la usurpación de la Presidencia de Venezuela, dar paso a un Gobierno de transición y convocar a elecciones libres que restituyan el hilo democrático en el país tomando en cuenta que el período constitucional de Gobierno de Maduro culminó en enero y que, aun así, emprendió un segundo mandato por vías írritas.
Por ley la AN ha debido aprobar los nombramientos de los jueces del TSJ, del fiscal y del contralor, pero no ha sido así porque Maduro, en su intento por anularla porque no tiene su control político, creó su propia Asamblea Nacional Constituyente, que hace las veces de un cuerpo legislativo y, en simultáneo, avanza en la creación de una nueva Constitución a la medida de las necesidades políticas de Maduro.
Por ello, la ANC no tiene facultades para allanarle la inmunidad parlamentaria a Guaidó. De hecho, no es legal el allanamiento de la inmunidad parlamentaria para enjuiciar a un diputado sin autorización previa de la Asamblea Nacional.
Además, el artículo 138 de la Constitución indica que “toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”. Pero aunque la medida es ilegal eso no indica que no se aplicará.
¿Por qué esta arremetida?
La reciente embestida de Maduro es su respuesta a las acciones que viene desplegando Guaidó en el país para reconectar el descontento popular con la lucha política, en un intento por ejercer mayor presión social sobre los grupos de poder que permiten el sostenimiento de Maduro, como es el caso de la Fuerza Armada.
En línea con esto Guaidó ha convocado, desde el 6 de abril, a las primeras fases de la llamada “Operación Libertad” de la mano con todos los sectores de la vida nacional para exigir el cese de la usurpación por parte de Maduro, lo que implica paralizaciones de actividades, principalmente del personal que trabaja en entidades públicas, protestas de pequeña y gran escala, hasta dar paso a una gran movilización de calle que en algún momento se identificó como “la toma de Caracas”.
Desde las filas del chavismo se ha señalado que esto es un golpe de Estado velado, por lo que Maduro convocó en paralelo a la “Gran Operación en Defensa de la Libertad”, que viene acompañada por sus “Cuadrillas de paz”, donde conviven grupos irregulares y círculos de civiles armados, cuya misión es contener las protestas.
En este contrapunteo Maduro avanza en su intento por neutralizar a Guaidó y ya ha arrestado a miembros de su círculo más cercano.
No en vano Fabiana Rosales, esposa de Juan Guaidó quien se encuentra en medio de una gira internacional, señaló que la vida de su marido “corre peligro”. No obstante, ratificó que en esta lucha por la democracia “no hay vuelta atrás”.
Guaidó, por su parte, respondió a la decisión de la ANC señalando que tiene “el compromiso con Venezuela de seguir adelante pase lo que pase”. Así que reiteró el llamado para que todos salgan a las calles a manifestar, especialmente ahora ante el colapso de los servicios públicos, porque esto “es una respuesta política de unos cobardes que no le pueden dar respuesta al agua, a la luz”.
¿Se atreverá Maduro?
En la coyuntura actual no es descartable que en los próximos días Maduro pueda arriesgarse a encarcelarlo, como ha hecho con muchos otros líderes opositores, aun cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares de protección sobre Guaidó y gobiernos como el de Estados Unidos han dejado claro que tomarán acciones contundentes en caso de que se actúe sobre Guaidó y su familia.
Se trataría de la última frontera por cruzar para Maduro en su estrategia de aniquilar los últimos resquicios democráticos que quedan en el país, pero con ello escalaría la crisis venezolana a otro nivel en la geopolítica global.
Por eso el planteamiento de Guaidó fue contundente ante el riesgo de ser encarcelado: “Si se atreven a secuestrar al presidente de la República, si dan el golpe de Estado, tendrán que responder también ante los 60 países del mundo que me reconocen”.