(EFE).- La degradación forestal en la Amazonía brasileña causada por el fuego y la extracción de madera abarcó un área de 36.379 kilómetros cuadrados el año pasado, un salto de 497 % en comparación con 2023, según un estudio divulgado este viernes.
Es el mayor dato de degradación registrado en la Amazonía brasileña en los últimos 15 años, desde 2009, según el Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon).
Hasta ahora, la peor marca negativa se había registrado en 2017, cuando se degradaron 11.493 kilómetros cuadrados, según la ONG.
A diferencia de la deforestación, que es una destrucción de la superficie cubierta de bosque, la degradación ambiental ocurre cuando se deterioran las características físicas, químicas o biológicas de un ecosistema, con la destrucción de su vegetación nativa o de la fauna, o se pierde la capa de suelo fértil.
Según Imazon, el «significativo» aumento del área degradada en la región amazónica se debió al incremento de los incendios, principalmente en agosto y septiembre del año pasado.
«En esos dos meses, la degradación aumentó más de 1.000 %», señala Larissa Amorim, investigadora de Imazon.
Los incendios desatados en 2024 fueron ocasionados por la sequía extrema que se vivió en la región, un fenómeno que también ocurrió en 2023, lo que aumentó la vulnerabilidad de los bosques frente a las llamas.
De acuerdo con el estudio, la degradación en la Amazonía brasileña se dio pese a la caída de la deforestación.
Imazon, que utiliza una plataforma equipada con inteligencia artificial para indicar áreas bajo riesgo de destrucción en la Amazonía, apunta que la deforestación del bioma, entre enero y diciembre de 2024, cayó un 7 % frente a 2023.
Sin embargo, los datos oficiales, basados en las alarmas emitidas por el sistema DETER de imágenes satelitales, señalan que la caída de la deforestación fue de un 18,8 % entre enero y diciembre del año pasado.