Alonso Moleiro (ALN).- El presidente de Colombia ha sabido tomar los cruces correctos cuando las circunstancias se lo exigen. El ganador del Nobel de la Paz no ha podido dejar de enviarle algunas invectivas al Gobierno de Venezuela. Parte de su éxito ha consistido en mantener la distancia adecuada con Maduro. Algunos elementos formales de la cuenta del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, forman parte de lo que podemos llamar “los clásicos” que, en materia de lineamientos, suelen otorgar los “community manager” a líderes políticos, candidatos y presidentes como él.
Una cuenta con variedad temática; institucional en el tono; en la cual se puede apreciar, a veces, una buena suma de comentarios y declaraciones por día. Mucho de lo que acá se dice y comenta forma parte de su rutina de trabajo. Sucede con otros políticos encumbrados. La foto que domina su perfil: Santos en una gran foto, rodeado de niños, aparentemente en procura de un autógrafo. Su cuenta lo identifica únicamente como “Presidente de Colombia”. Los poco más de cuatro millones de seguidores le ofrecen un seguro margen de audiencia: ese árbol de seguidores ha sido “regado” con sus 13.000 y tantos tuits.
Por estos días, Santos documenta una visita oficial a Paraguay. Se reuniría con el presidente de ese país, Horacio Cartes; ambas naciones concretaron varios acuerdos de cooperación e inversiones. Esto dijo, entre otras cosas, el 23 de abril, a propósito de su visita:
https://twitter.com/JuanManSantos/status/856521028243267585
Antes y después de aquello, Santos pudo ser visto atendiendo algunas contingencias relativas a problemas de la naturaleza, de orden interno, en las regiones de Chocó, Manizales y Mocoa:
https://twitter.com/JuanManSantos/status/855846694692540416
Santos acompaña sus comentarios con el respectivo despliegue fotográfico, que atestigua su presencia en la zona de desastres y su trabajo para tomar correctivos.
A diferencia de lo que sucedía en sus años en la oposición, el Juan Manuel Santos que está en el poder se desplaza con una enorme prudencia y mucho sigilo frente a los temas más delicados, esto es, los que le pueden echar a perder la obra, la popularidad o la imagen que tiene tiempo queriendo edificar. Para algunos observadores, ahí reside parte de su éxito político.
Entendamos por “delicados” la pacificación definitiva del país; las relaciones con las guerrillas; los embates de Álvaro Uribe; y las relaciones con Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro.
Santos se desplaza con una enorme prudencia frente a los temas más delicados
Este Santos moderado, pacifista, que intenta parecer razonable, incluso con sus incómodos vecinos del Gobierno de Venezuela, es el que pudo finalmente alzarse con ese discutible Premio Nobel de la Paz que en este momento ostenta.
Santos, ante todo un político que se anotó no hace mucho en la causa de la paz, logró convencer a muchos de que, en materia de paz, es un auténtico apóstata. Los amagues beatíficos de Santos han confundido a mucha gente, y le han permitido avanzar hacia donde debe llegar todo político que esté en el poder: a la obtención de resultados.
Así las cosas, lo que en su cuenta personal podamos encontrar de noticioso guarda relación con esas inflexiones en las cuales envía algunos pellizcos disimulados a sus rivales. Esto decía el pasado 21 de abril, en calidad de “mensaje a García”, mientras atendía las emergencias en Mocoa:
https://twitter.com/JuanManSantos/status/855486577216278528
Pero un día antes, el 20 de abril, decía:
https://twitter.com/JuanManSantos/status/855013576528080897
Este inusual tuit provocó, además, una reacción irritada de Caracas: Maduro respondió entonces con una de sus clásicas estridencias, manifestando que si Santos se seguía metiendo con Venezuela, él iba a revelar los secretos más delicados de las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y los guerrilleros.
Por lo demás, la cuenta de Santos, como la de todo presidente en ejercicio, es una puesta en escena de la corrección. Si un periodista consigue acá material para el escándalo, el chisme o el título de portada, será contra la voluntad de su autor:
https://twitter.com/JuanManSantos/status/855090173339738115
La cuenta de Twitter de Juan Manuel Santos es como sus pasos en política: controlada por el sigilo. Parece que Santos siempre quiere escoger qué pelea, en cuál terreno y en qué terminos, se va a decidir a cazar. No le está yendo mal. Ni la él, ni a los colombianos.