María Rodríguez (ALN).- “Faltan medicamentos y suministros médicos en casi todas partes. Las embarazadas no reciben control prenatal. Los niños vienen sin vacunas y con enfermedades crónicas”. Así describe Andreas Lindner, jefe de la Cruz Roja de Alemania en Bogotá, la emergencia sanitaria en Venezuela en una entrevista con Deutsche Welle.
Alemania sigue destapando el rostro más inhumano de Nicolás Maduro. Primero fue Daniel Kriener, embajador de Alemania en Venezuela. Esta semana afirmó que “la situación en Venezuela requiere una atención humana urgente”. Ahora se pronuncia Andreas Lindner, jefe de la Cruz Roja de Alemania en América Latina, con sede en Bogotá. En una entrevista con Deutsche Welle, Lindner denuncia que “el sistema sanitario en Venezuela se encuentra, prácticamente, en la quiebra”.
“Faltan medicamentos y suministros médicos en casi todas partes. Las embarazadas que llegan a Colombia no han recibido control prenatal. Los niños vienen sin vacunas y con enfermedades crónicas para las cuales nuestras instalaciones básicas de salud no están equipadas”, describe Lindner.
El jefe de la Cruz Roja alemana afirma que la mayoría de los venezolanos que pasan la frontera “ni siquiera tienen dinero para comprar un simple boleto de autobús”. Explica que ahora tienen “muchas clínicas de salud móviles” para atender a estas personas. “Les curamos las ampollas de los pies, les damos paquetes de alimentos y productos sanitarios y les brindamos orientación sobre cómo legalizar su estadía en Colombia y otros países”, responde Lindner en la entrevista con DW.
¿Y cómo son esas instalaciones sanitarias móviles de la Cruz Roja en la frontera con Venezuela? “Son carpas o contenedores que rentamos y equipamos. Allí trabaja un médico con dos o tres enfermeras, y a veces, psicólogos”, responde Lindner.
Alemania destapa el rostro más inhumano de Nicolás Maduro
Pero aún hay más trabajo. “Las ambulancias móviles también están patrullando las calles para proporcionar primeros auxilios, por ejemplo, para enfermedades respiratorias o diarreicas”, comenta. Distribuyen medicamentos de forma gratuita, e incluso convirtieron un autobús turístico en una ambulancia flotante en el río Orinoco, frontera sur entre Venezuela y Colombia. “Allí también llegan indígenas en sus canoas para ser atendidos”, explica el jefe de la Cruz Roja alemana en Bogotá.
Un panorama que el régimen de Maduro intenta ocultar. Según Kriener, desde el gobierno de Maduro le sugirieron “que la crisis humanitaria no era nada más que una invención”. Y no lo insinuaron una sola vez. “Lo hicieron muchas veces en el pasado”. Pero al embajador alemán no le engañan. Conoce el terreno. Le ha visto el rostro a la pobreza. Ha escuchado los dramas humanos.
Como el que el lunes le narró una profesora del barrio La Vega. Una zona marginal de Caracas donde los jesuitas llevan años tratando de ayudar a la población. Una población que vive en chabolas cuyo tejado no es otro que una plancha de metal. Antes tenían algo para llevarse a la boca. Pero es que ahí ya ni comer se puede.