Leticia Núñez (ALN).- Un estudio calcula que el PIB de Nicaragua caerá a 1,7% en 2018 frente al crecimiento de 4,5% en 2017 y que se destruirán 20.000 empleos. Todo condicionado a que Daniel Ortega y Rosario Murillo dejen el poder como mucho en julio. Si se aferran al cargo, las consecuencias económicas serían mucho peores: la economía retrocedería a -2% y se perderían 150.000 puestos de trabajo.
La represión de Daniel Ortega en Nicaragua tiene un costo. Humano y económico. 127 personas han fallecido en menos de dos meses, cuando estallaron las protestas sociales en contra del régimen, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). En los últimos 15 días, el baño de sangre se recrudeció: 51 ciudadanos fueron asesinados por efectivos policiales y grupos paramilitares. También hay datos del impacto económico: si el Gobierno acepta una salida negociada del poder, el crecimiento se reduciría a 1,7% frente al 4,5% de 2017. Pero si Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, se aferran al cargo, entonces el desplome sería de -2%.
Así lo vaticina la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), una institución independiente especializada en la investigación y análisis de políticas de desarrollo socioeconómico, en un informe publicado este jueves. En una carta enviada a Ortega, le piden adelantar las elecciones y “garantizar la justicia y los derechos humanos de la población”.
Funides sostiene que “no puede haber crecimiento sostenible sin instituciones sólidas” y critica la “irracional” y “violenta” respuesta del régimen de Ortega a las protestas sociales. Plantea dos escenarios. El primero es que el Gobierno acepte una salida negociada e implementada a más tardar a finales de julio.
“El modelo que traía el país se agotó”, señaló Carlos Pellas Chamorro
En tal caso, la tasa de crecimiento de la actividad económica en 2018 se reduciría a 1,7%, en comparación con 4,5% que aumentó en 2017. Cabe destacar que, según datos del Banco Mundial, Nicaragua creció 4,9% en 2015 y 4,7% en 2016. Por lo que la caída es más que significativa. Antes de las protestas, el organismo pronosticó que el país centroamericano crecería 4,4% tanto en 2019 como en 2020 (Ver más: Los países pequeños impulsarán el crecimiento de América Latina en 2018).
Además, según Funides, el país registraría 404 millones de dólares de pérdidas en valor agregado y se destruirían 20.000 empleos hasta finales de año.
En el segundo escenario la institución asume que el gobierno de Ortega no tiene voluntad política para buscar una salida negociada a la crisis y ésta se prolonga e intensifica por el resto del año.
En tal supuesto, calculan que la economía nicaragüense caería hasta -2%, “lo que representa una pérdida de 916 millones de dólares en valor agregado”. En términos laborales, habría una pérdida de hasta 150.000 puestos de trabajo al concluir el año.
Según Funides, cualquiera que sea el escenario, las pérdidas económicas son cuantiosas porque los sectores más afectados son el comercio, el turismo y la construcción, pilares de la economía de Nicaragua. No obstante, señalan que estas consideraciones son “bastante optimistas” porque asumen que “el sector agropecuario y el sector financiero no tienen un impacto significativo en este contexto”.
En cuanto a la causa principal de tales perjuicios, la institución apunta “la falta de gobernanza mostrada en la represión ilegítima y desmesurada, así como la inexistencia de instituciones que hagan justicia de forma independiente y soberana”. Pese a ello, dejan claro que “cualquier vida humana es más importante que las pérdidas materiales”, y solicitan el fin inmediato de la represión y elecciones anticipadas.
Los empresarios también pidieron al presidente que adelante los comicios. Incluido el más influyente de Nicaragua, Carlos Pellas Chamorro. “El modelo que traía el país se agotó”, señaló, tal como informó el periódico La Prensa. Por su parte, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) pidió a Ortega en una carta publicada en Twitter que adelante las elecciones “antes de que nos veamos inmersos en una situación aún más trágica” (Ver más: Ya Daniel Ortega le compite a Nicolás Maduro en muertos y represión).
Finalmente, Funides realiza una estimación del costo que tendría un eventual paro nacional. Las pérdidas ascienden a 18 millones de dólares diarios. 127 millones de dólares cada semana de paro. Alrededor de 1% del PIB. Todo ello tomando en cuenta “los efectos de la inmovilidad en la logística de bienes, el cierre de servicios de transporte público y privado, así como la suspensión de operaciones”.