Zenaida Amador (ALN).- Uruguay es uno de los últimos reductos que le quedan al chavismo en América del Sur. Las gestiones que adelanta ayudan a ganar tiempo a Nicolás Maduro y a darle piso político a pesar del rechazo del pueblo venezolano y de buena parte de la comunidad internacional. La vinculación genera ruidos internos y salpica al presidente Tabaré Vázquez, que ahora también podría estarle abriendo margen a Maduro para que se oxigene financieramente.
Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, fue claro en su denuncia: Uruguay sería el destino de unos 1.200 millones de dólares que Nicolás Maduro está tratando de movilizar en medio del cerco internacional. “En este momento el régimen trata de seguir robándonos el dinero, están tratando de mover desde el Bandes 1.200 millones de dólares a Uruguay”, denunció Guaidó. Hizo un llamado enérgico a ese país con el fin de “que no se presten para que roben el dinero” de los venezolanos.
Este tema centra la atención internacional, ya que desde la Asamblea Nacional -que es considerada la única institución legítima en Venezuela- se ha girado internacionalmente una solicitud de apoyo a la protección de los activos del Estado venezolano de los que puede intentar disponer Maduro. La respuesta ha sido favorable en varios países y ahora los reflectores se posan en Uruguay, cuya actitud ante el régimen de Maduro despierta suspicacias.
Juan Guaidó fue claro en su denuncia: Uruguay sería el destino de unos 1.200 millones de dólares que Nicolás Maduro está tratando de movilizar en medio del cerco internacional. “En este momento el régimen trata de seguir robándonos el dinero, están tratando de mover desde el Bandes 1.200 millones de dólares a Uruguay”
Mientras el grueso de las naciones del continente desconoce al gobierno de Maduro y considera como legítima la presidencia interina de Guaidó, Uruguay ha tomado otra dirección. El mandatario uruguayo Tabaré Vázquez juega en línea con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a darle margen a Maduro para entrar a un nuevo ciclo de conversaciones y negociaciones que conduzca a una salida concertada a los problemas políticos y sociales de Venezuela, alargando la coyuntura e intentando diluir el conflicto actual que exige su inmediata salida del poder.
Esto ya es costumbre en Vázquez. En marzo de 2017 Montevideo guardó silencio sobre las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia venezolano contra la Asamblea Nacional (el llamado golpe a la Asamblea) hasta que Unasur se pronunció, y luego se abstuvo de pertenecer al Grupo de Lima (que se formó ante las violaciones a los derechos humanos en Venezuela).
En Uruguay las acciones de Vázquez a favor de Maduro no son bien vistas, especialmente porque el soporte que le ha dado se asocia a temas distintos a la conexión ideológica o a la simpatía política. Por eso han vuelto a estar sobre el tapete viejas historias de corrupción en las profundas relaciones entre los líderes uruguayos y el chavismo, que le añaden peso en el ala a Vázquez, algo crucial ya que en octubre de este año Uruguay celebrará elecciones presidenciales.
El diputado de la Asamblea Nacional venezolana Armando Armas afirma que “Tabaré Vásquez y el partido Frente Amplio han convertido a Uruguay en un paraíso fiscal para lavar el dinero sucio proveniente de la corrupción que ha imperado en Venezuela durante los períodos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro”. A su juicio, todo está claro. Vázquez es “cómplice de la corrupción y el lavado de dinero en la que se sustenta la dictadura de Venezuela, por ello no se opone a que permanezca en el poder, aun sabiendo que (Maduro) es un usurpador”.
Por su parte Luis Almagro, secretario general de la OEA, cree que “sería muy conveniente” para el Gobierno de Uruguay aclarar mejor sus negocios con Venezuela.
Tejiendo la red
El Bandes (Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela) nació en 2001 como uno más de los bancos (Banco de la Mujer, Banco del Pueblo, Banco de la Fuerza Armada, etc.) que Hugo Chávez creó para implantar un sistema alterno a la banca privada, que nunca funcionó. Así, el Bandes jamás logró un rol de importancia para la economía, pero sí sirvió como instrumento financiero y político del Gobierno, para hacer movimientos con los bonos de la deuda y préstamos cruzados con PDVSA, e incluso como bandera en la internacionalización del chavismo.
No hay que olvidar que en el Bandes fueron directivos personajes como Alejandro Andrade, quien a fines de 2018 aceptó en EEUU cargos por lavado de dinero al participar en un esquema de sobornos por 1.000 millones de dólares mientras cumplía funciones en la administración pública. Y, más recientemente, Simón Zerpa, quien ha usado al Bandes para triangulaciones financieras y como plataforma ideológica en la región, y que fue sancionado por el Departamento del Tesoro de EEUU como parte de una lista de funcionarios venezolanos ligados a casos de corrupción.
La conexión del Bandes con Tabaré Vázquez data de 2006, cuando recién comenzaba su primer mandato presidencial. Fue entonces cuando Chávez apareció como una opción para relanzar a Cofac, una cooperativa financiera uruguaya en crisis, y con una inyección superior a los 10 millones de dólares se dio paso al Bandes Uruguay, cuyo capital es esencialmente del Estado venezolano.
Ese Gobierno también dio inicio a una relación petrolera entre PDVSA y la uruguaya Ancap, que recibía suministros en condiciones altamente ventajosas.
Aunque la situación económica de Venezuela cambió y se debilitó el músculo para seguir alimentando acuerdos de esta naturaleza, con Uruguay se mantuvo una relación política estrecha, en especial de la mano de José Mujica, quien gobernó entre 2010 y 2015.
Luego, con Vázquez de regreso a la Presidencia, fueron varios los convenios que se firmaron para enviar a Venezuela -que ya mostraba indicios de una severa crisis económica- alimentos a cambio de petróleo.
La caja negra del sur
Pero Vázquez tiene una conexión muy cercana con algunos pactos. En su primer Gobierno se firmaron acuerdos con empresarios uruguayos en áreas como ganado lechero, casas prefabricadas y software, que se sumaron a los crecientes negocios binacionales. Entre los empresarios favorecidos se cuenta Javier Vázquez, hijo del mandatario, quien estuvo vinculado con la fallida Corporación Venezolana de Guayana-Telecom (CVG Telecom) ideada por Chávez.
No hay que olvidar que en el Bandes fueron directivos personajes como Alejandro Andrade, quien a fines de 2018 aceptó en EEUU cargos por lavado de dinero al participar en un esquema de sobornos por 1.000 millones de dólares mientras cumplía funciones en la administración pública. Y, más recientemente, Simón Zerpa, quien ha usado al Bandes para triangulaciones financieras
De sus Núcleos de Desarrollo Endógeno en Telecomunicaciones e Infocentros nada queda, aunque la empresa tuvo una inversión inicial que rondaba los 60 millones de dólares, un monto similar al costo que -según se maneja en Uruguay- tuvo el software vendido por mediación de Vázquez.
Este tema fue recordado días atrás por el excanciller mexicano Jorge Castañeda, quien aseguró que Javier Vázquez “está embarrado hasta el cuello con las transas venezolanas”, razón por la cual su padre mantiene una actitud laxa frente a Maduro, pues “hay un problema personal muy complicado” de por medio.
Tabaré Vázquez se limitó a responder que estos señalamientos forman parte de una “operación cruel e infundada” para desprestigiar a su hijo, quien compareció en 2008 en tribunales, donde negó que hubiera tráfico de influencias en los acuerdos con Venezuela.