Daniel Gómez (ALN).- ¿Desde cuándo la política exterior es un tema de política interior? Nada de esto es nuevo en España, apuntan a ALnavío los analistas. Como tampoco es nueva la guerra izquierda-derecha. Los partidos más conservadores, PP y Ciudadanos, acusan al gobierno del socialista Pedro Sánchez, apoyado por Podemos, de darle oxígeno a Nicolás Maduro. El PSOE, por su parte, responde que no es oxígeno. “Es sentido de Estado”. Mientras, Podemos se mantiene al margen y reniega del chavismo que un día puso como ejemplo. Saben que se acercan las elecciones regionales de mayo, y Venezuela será un tema de campaña. Por eso afilan los discursos.
El Congreso español pareció por un momento la Asamblea Nacional venezolana. La sesión del lunes estuvo plagada de reproches de uno y otro lado sobre la posición de España ante la crisis de Venezuela.
“Están dando oxígeno a Nicolás Maduro y a su régimen”, dijo en el Parlamento el diputado del PP, José Ramón García Hernández. “¿Por qué España está abandonando a un pueblo hermano como Venezuela?”, se preguntó Melisa Rodríguez, representante de Ciudadanos en el Congreso.
¿Por qué tanto fervor? ¿Por qué tanta insistencia? ¿Por qué PP y Ciudadanos son más beligerantes que el presidente encargado, Juan Guaidó? ¿Acaso cuestionan la posición de sus socios europeos Angela Merkel y Emmanuel Macron, en línea con Pedro Sánchez? Y una última pregunta: ¿Acaso Venezuela es un tema del día a día de la política española? Lo es. Y lo lleva siendo mucho tiempo.
Anna Ayuso, investigadora senior para América Latina del Centro de Información y Documentación Internacional de Barcelona (Cidob), se remonta al “¡¿Por qué no te callas?!” del rey Juan Carlos I al expresidente Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, realizada en Santiago de Chile en 2007.
“Ahí empezó todo. Y continuó con la irrupción de Podemos. Por los vínculos de algunos de sus fundadores, que no del partido, con el chavismo. Y esto es algo que la oposición sigue usando ahora que el gobierno del PSOE está sostenido por el apoyo de Podemos”, comenta Ayuso a ALnavío.
Hay una referencia anterior a todo esto. Es la del golpe de Estado contra Chávez en 2002. El gobierno de José María Aznar fue, junto a Estados Unidos, uno de los pocos en reconocer el golpe de inmediato, ya que muchos países se mantuvieron cautelosos a la hora de pronunciarse.
Al respecto, José María Marco, profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, advierte a este diario que esta situación que se vive en España “es una extensión del populismo latinoamericano”, consecuencia de la irrupción de Podemos, un partido que en sus primeros años ponía a Venezuela como ejemplo a seguir en Europa. Ya no es así.
Ahora Podemos se desmarca del chavismo
El líder de la formación morada, Pablo Iglesias, famoso por sus alabanzas al chavismo, reconoció hace un mes en una comisión del Senado que la situación en Venezuela “es nefasta”.
Íñigo Errejón, número dos de Podemos hasta que la semana pasada decidió abandonar el partido por sus discrepancias con Iglesias, reconoció este domingo en una entrevista para El País que reniega de su pasado.
A Iglesias y Errejón les persigue el fantasma del chavismo
“La situación en Venezuela me parece un desastre”, dijo. “Rectificar en política está bien”, agregó. “No quiero una situación como la que se vive en Venezuela para mi país o mi región”, sentenció.
Pero, ¿es esta actitud una línea para la campaña de las elecciones regionales de mayo, o una causa puntual? “Pienso que no. Lo que estamos viendo no es más que una disputa de las élites políticas. De cara a las elecciones de mayo el tema venezolano no será el que más preocupe a los españoles. Algo influirá, pero pienso que no será relevante”, apunta el profesor de Comillas.
Es la opinión de Marco. Pero hay una realidad: todos los partidos en España fijan un discurso frente a la crisis de Venezuela. Podemos reniega del chavismo. PP y Ciudadanos luchan por ser los más comprometidos con la causa venezolana. ¿Y el PSOE?
El PSOE transita por el camino intermedio. “Con sentido de Estado”, dijo este lunes en el Congreso el diputado del PSOE, Patxi López. Allí acusó al PP de usar la crisis de Venezuela para “ganar votos” con “mítines panfletarios”, lo cual, opina, “es lamentable”.
Pero es que, hablando de mítines, en uno en Valencia celebrado este domingo, el presidente, Pedro Sánchez, dijo que “utilizar el dolor del pueblo venezolano para atacar a un Gobierno [el suyo] que pide elecciones democráticas y libres en Venezuela” es “lamentable”.
PP y Ciudadanos apuntan contra la izquierda
El miércoles se cumple una semana de la juramentación de Guaidó. El intenso apoyo popular que recibió no fue exclusivo de Caracas. También se sintió en Madrid. De hecho, el 23 de enero la Puerta del Sol y las calles aledañas quedaron abarrotadas por venezolanos que pedían libertad.
A la causa venezolana se sumaron PP y Ciudadanos. El reconocimiento a Guaidó de estos partidos fue inmediato. Y como el gobierno de Pedro Sánchez no se dio tanta prisa, ya empezaron a cuestionarle. Que estaba apoyando a Nicolás Maduro. Que se rinde a sus socios de Podemos. Eso decían.
“Exigimos a Sánchez que reconozca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, tal y como están haciendo las principales potencias del mundo. El dictador Maduro ha usurpado el poder a costa de la miseria y la represión brutal a los venezolanos y debe abandonar de inmediato el gobierno”, clamó en Twitter el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, el 23 de enero.
“Están dando oxígeno a Maduro y a su régimen”, dijo este lunes en el Congreso el diputado del PP, José Ramón García Hernández. “¿Por qué España está abandonando a un pueblo hermano como Venezuela?”, se preguntó Melisa Rodríguez, representante de Ciudadanos en el Parlamento
“Pido al Gobierno de España que reconozca a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, como han hecho EEUU o Canadá, para que se abra paso una transición democrática que devuelva la libertad y la voz a los venezolanos. Tenéis todo mi apoyo”, agregó ese miércoles el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Tanta prisa se dieron PP y Ciudadanos que se les ocurrió llevar la causa venezolana a comunidades autónomas y ayuntamientos. ¿Se imagina a Murcia reconociendo a Guaidó? Pues eso hizo Murcia: reconocer a Guaidó y desconocer a Maduro.
La clave de todo es que los partidos de derecha utilizaron la causa para atacar a la izquierda española. Lo que ocurrió este lunes en el Parlamento fue una buena prueba de ello.
Los ataques a la izquierda se producen, aunque sus socios europeos de Francia y Alemania vayan con el gobierno de Sánchez. Madrid–París–Berlín conforman el eje que dicta la política respecto a la pugna Guaidó-Maduro. A este último le dan de plazo hasta el domingo para que convoque elecciones, o si no pasarán a legitimar al primero como presidente.
PP y Ciudadanos no tienen la responsabilidad de gobierno que sí tienen Merkel y Macron, y eso explica su incendiario discurso. Que sean más duros contra Maduro que el propio Guaidó también tiene sus motivos. Este último tiene mucho en juego.
“Guaidó quiere que la oposición esté unida. Que se mantenga unida. Mantiene un discurso moderado que incluso atrae a los chavistas descontentos con Maduro. Es un poco la fórmula que usó Henrique Capriles, quien casi gana a Maduro en la elección de 2013”, recuerda Ayuso.
Un gran universo de votantes
Hay que recordar que España es un destino habitual para el éxodo venezolano. Sobre todo Madrid, comunidad donde se cuentan más de 66.000 venezolanos de los casi 300.000 que han huido al país europeo.
A esto se suma una historia común. Españoles, sobre todo canarios y gallegos, migraron tras la Guerra Civil a una próspera Venezuela en busca de un futuro. Lo mismo ocurrió en los últimos años del franquismo. Entre los 60-70. Es como la situación de ahora, pero al revés.
Son lazos que se mantienen vivos. Y cientos de miles de españoles, quizá millones, saben de las andanzas de sus antepasados por tierras venezolanas. Abuelos, bisabuelos y tíos lejanos que todavía mantienen por allá. Gente por la que se preocupan a causa de la situación de carestía, pobreza y violencia que padece Venezuela.
De ahí la insistencia en el país latinoamericano ya que supone un universo de votantes muy nutrido. Más ahora, en este mismo instante, cuando los sentimientos están a flor de piel ante los últimos acontecimientos. No hay que olvidar que la política es sentimiento y en España la guerra es izquierda-derecha.