Redacción (ALN).- Pobreza, desigualdad, pérdidas en aprendizaje, una recuperación que no llegará hasta 2024… Estos son algunos de los efectos duraderos que tendrá la pandemia en América Latina.
Latinoamérica fue la región del mundo más golpeada por el coronavirus. Tanto en lo sanitario como en lo económico.
Desde que comenzó la pandemia, se han registrado 50 millones de casos y más de un millón de muertes en la región. Esto impactó directamente en lo económico.
El PIB regional experimentó una contracción de 7% en 2020, casi cuatro puntos por encima de la media mundial, de 3,3%. Además, se prevé que en 2021 el crecimiento se sitúe en 4,6%, por debajo del 5,8% estimado para los países emergentes, según pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI también advirtió en su informe de abril que el ingreso per cápita de América Latina no retornará al nivel de antes de la pandemia hasta 2024. Y esto provocará pérdidas acumuladas del 30% respecto a la tendencia pre-pandemia.
Ante este escenario, los economistas del Fondo Alejandro Werner, Takuji Komatsuzaki y Carlo Pizzinelli han hecho un análisis de América Latina en el que advierten de “consecuencias duraderas” para la región por culpa de la pandemia.
Más pobreza y desigualdad. Los expertos apuntan que la cifra de personas que viven en condiciones de pobreza se ha incrementado en 19 millones, mientras que la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, ha aumentado un 5% si se la compara con los niveles anteriores a la crisis. En este sentido, recuerdan que “las mujeres y los trabajadores poco cualificados” son los que más dificultades han enfrentado. “En particular, las trabajadoras poco cualificadas perdieron más puestos de trabajo, o tuvieron que reducir sus horas de trabajo si permanecieron empleadas, ocasionando en ese grupo las peores pérdidas de ingresos”.
Pérdidas de aprendizaje. Apuntan que “la pandemia supondrá además un deterioro duradero del capital humano debido al cierre de los colegios, que fue más prolongado que en otras regiones”. El análisis indica que el ingreso de los estudiantes de edades comprendidas entre 10 y 19 años podría ser, en promedio, un 4% más bajo a lo largo de su vida si no se compensan los días de clase perdidos en 2020.
¿Cómo deben los países afrontar la crisis?
Como la pandemia sigue golpeando Latinoamérica, los expertos del Fondo piden a los países “que los sistemas sanitarios estén debidamente dotados de recursos y que todos tengan acceso a la vacuna”.
Por otro lado, están las medidas de política económica.
Las cuestiones fiscales y monetarias deben “seguir siendo acomodaticias en los países que disponen de suficiente margen de maniobra, mientras que los países con presupuestos limitados deben reorientar las prioridades de gasto hacia la salud y el apoyo a los hogares, y trabajar para crear espacio fiscal adicional”.
Explican que debido a la “fuerte factura que siguen pagando los trabajadores de bajo ingreso, estaría justificada la aplicación de ayudas focalizadas para facilitar la creación de empleo y la reconversión laboral”.
Si bien este tipo de medidas sirven para mitigar los efectos económicos del coronavirus a corto plazo, el futuro parece más complejo de resolver.
“Recuperarse de las secuelas a más largo plazo será más difícil y obligará a acelerar las reformas estructurales, mejorar el acceso a sistemas de educación y salud de calidad, ampliar las redes de protección social y mejorar el clima empresarial. Para revertir el efecto de los años de flojo crecimiento se necesita una transformación estructural más profunda, que podría ser facilitada por un pacto fiscal de gran alcance”, sentencian.