Antonio José Chinchetru (ALN).- Luiz Inácio Lula da Silva va a convertirse en el segundo expresidente de América Latina que cumplirá pena de prisión tras haber sido condenado por corrupción. El único antecedente que existe es el de Alberto Fujimori, actualmente en libertad tras haber sido indultado por Pedro Pablo Kuczynski. Los paralelismos entre ambos exmandatarios van más allá de su ingreso en la cárcel.
El Tribunal Supremo Federal (TSF) de Brasil rechazó este miércoles el habeas corpus solicitado por los abogados de Luiz Inácio Lula da Silva, por lo que el expresidente brasileño entrará en prisión tras haber sido sentenciado en segunda instancia a 12 años de privación de libertad. Sigue así los pasos de Alberto Fujimori, quien hasta ahora era el único exmandatario latinoamericano que había sido condenado y que cumplió pena de cárcel por corrupción.
Existe un antecedente remoto en Venezuela, el de Carlos Andrés Pérez, si bien presenta diferencias significativas. Fue destituido por el Congreso en 1993 para que siguiera en marcha un proceso contra él bajo la acusación de malversación de fondos. Estuvo en prisión condicional pero pasó a estar recluido en su casa a la espera de que terminara el juicio. En 1996 fue condenado a dos años y cuatro meses de arresto domiciliario. De esta manera, sí cumplió pena de privación de libertad, pero no en prisión.
La semana pasada, el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre ratificó la pena de 12 años de prisión que le había sido impuesta a Lula da Silva por corrupción y lavado de dinero. En un intento de evitar que entrara en prisión, los abogados del expresidente solicitaron que la condena no se hiciera efectiva hasta que instancias judiciales superiores la confirmaran. La decisión del TSF ha sido, sin embargo, la contraria. Al ser una sentencia en segunda instancia, el fallo de la semana pasada supone en teoría la inhabilitación automática de Lula da Silva para presentarse a un cargo público. La última palabra la tendrá, sin embargo, la Justicia Electoral, que valorará las diferentes candidaturas el próximo mes de agosto.
Por su parte, el peruano Alberto Fujimori fue condenado a siete años y medio de prisión por peculado doloso, apropiación de fondos públicos y falsedad ideológica en agravio del Estado en 2009, dos años después de haber sido sentenciado por otros delitos de lesa humanidad. Salió en libertad en diciembre del año pasado, cuando el entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski, le otorgó el indulto humanitario.
El hecho de ser expresidentes que han pasado por prisión, o vayan a hacerlo, no es el único paralelismo entre Lula da Silva y Fujimori. Se trata de dos exmandatarios con una gran fuerza simbólica en sus países. Ambos han creado corrientes políticas en torno a ellos que han superado su etapa en el Gobierno. El fujimorismo es uno de los movimientos más pujantes en Perú, si bien no ha logrado volver al poder.
En el caso de Lula da Silva, también existe un antes y un después de él en la política brasileña. El Partido de los Trabajadores, que fundó en 1980, es el depositario de su legado político y se mantuvo en el poder hasta la destitución de Dilma Rousseff en octubre de 2016.
Brasil y Perú son los países latinoamericanos con mayor cantidad de expresidentes vivos investigados por casos de corrupción
Brasil y Perú son los países latinoamericanos con mayor cantidad de expresidentes vivos investigados por casos de corrupción (Ver más: 19 expresidentes latinoamericanos están investigados por corrupción). Cinco de los siete mandatarios brasileños que han gobernado desde 1985 están bajo investigación en la actualidad por el caso Odebrecht o Petrobras. Se trata de Lula, Rousseff, Fernando Collor de Mello, José Sarney y Fernando Henrique Cardoso. Tan sólo Michel Temer ha salido indemne, después de que el Tribunal Supremo Electoral le exonerara en septiembre de los cargos de financiación ilegal de su campaña electoral.
En Perú la situación es similar. Los cinco hombres que han ocupado la Presidencia tras ganar unas elecciones han tenido problemas con la Justicia por corrupción. Fujimori fue condenado, se investiga a Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, este último en prisión preventiva. Kuczynski había logrado evitar la acción de los tribunales hasta ahora, pero tras su renuncia la situación también se vuelve compleja para él.
El Ejército presionó para que Lula entre en prisión
El día anterior a que el TSF tomara su decisión sobre Lula da Silva, un nuevo actor entró en el siempre complejo terreno de juego donde se cruzan la política y la justicia en Brasil. El jefe del Ejército, el general Eduardo Villas Bôas, publicó en Twitter mensajes que se han interpretado como presiones a los magistrados. En uno de ellos dijo: “Aseguro a la nación que el Ejército brasileño cree compartir el anhelo de todos los ciudadanos de repudiar la impunidad y el respeto a la Constitución, la paz social y la democracia, además de vigilar sus misiones institucionales”.
Otros altos mandos castrenses respondieron a los mensajes de su superior. Según informa The New York Times, el general Antonio Miotto escribió: “¡¡¡Estamos juntos en las trincheras!!! ¡¡¡Pensamos igual!!! ¡¡¡Brasil por encima de todo!!!”. El exprocurador general Rodrigo Janot se mostró muy crítico con el mensaje de Villas Bôas. En la misma red social publicó: “Esto definitivamente no es bueno. Si es lo que parece, sería inaceptable otro 1964”. Se refería al último golpe de Estado que vivió el país, que dio inicio a una dictadura que se prolongó hasta 1985.