(EFE).- Los productos que componen la «cesta de la compra» del supermercado para un hogar (alimentación, productos de higiene y droguería) incrementaron su precio en España un 15,2 % de media de mayo de 2021 al mismo mes de 2022, la mayor subida en 34 años, cuando se pusieron en marcha los estudios de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Estas son las principales conclusiones del estudio anual que presentó este martes esta organización de consumidores, una de las más veteranas de España, que constata una subida del 95 % de los productos de los más de 200 que componen esa «cesta».
Además, esa tendencia al alza se ha mantenido durante los últimos tres meses, según un sondeo más reducido que han realizado.
Para el estudio del año visitaron 1.180 establecimientos en 65 ciudades, recogieron también datos de los supermercados «online» y analizaron precios de 239 productos de distintas categorías: alimentación fresca (frutas, verduras, carne y pescado) y envasada, pero también productos de higiene y droguería de marcas blancas y líderes.
Destaca el aumento del precio del aceite de girasol un 118 % y «no solo por la crisis de Ucrania, ya había subido», según la OCU; los plátanos (un 64 %), la pasta (un 56 %), el aceite de oliva (un 53 %), la harina con alzas de más del 50 %; y los huevos, un 47 %.
A pesar de todos estos datos, según la OCU, se puede ahorrar si se elige bien donde se compra. El ahorro medio nacional puede llegar a ser de 994 euros, un 18 % del presupuesto estimado para llenar la cesta de compra. No obstante, este ahorro es un 7,3 % inferior al del estudio anterior porque han subido más los establecimientos baratos que los caros y así se ha acortado la diferencia entre ellos.
Esta subida generalizada ha provocado que en los últimos meses aumente el número de personas que recurren al Banco de Alimento y a otras ONG, como Cruz Roja o Cáritas para conseguir comida, pero la situación se está agravando debido a que, en algunos casos, también se está produciendo un descenso del número de donaciones de alimentos con respecto a los primeros meses del año.
En Madrid, por ejemplo, el Banco de Alimentos ha visto reducir sus donaciones en un 40 % respecto a los meses previos al comienzo de la guerra en Ucrania.