Daniel Gómez (ALN).- “América Latina y el Caribe requieren de manera urgente el desmantelamiento de la cultura de los privilegios que aún impera y que se manifiesta, por ejemplo, en los altos niveles de evasión tributaria y corrupción existentes”, destacó Alicia Bárcena, máxima responsable de la Cepal, en Davos.
Igualdad e integración. Fueron dos de los temas clave en el Foro Económico Mundial que se celebró la semana pasada en Davos, Suiza. Dos asuntos que América Latina y el Caribe deben encarar con urgencia. Y es que, mientras la economía mundial se expande a un ritmo del 4%, la región latinoamericana supera por poco el 2%, según los últimos datos del Fondo Monetario Internacional.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), fue la más crítica al respecto. Lo dejó patente en sus intervenciones en el Foro de Davos. “La igualdad debe ser el motor del crecimiento económico y el desarrollo sostenible para la región”, apuntó.
Es cierto que en el continente se ha avanzado en materia de desigualdad. Sin embargo, en los últimos años ese auge ha perdido velocidad. Entre 2002 y 2008, el promedio del índice de Gini (coeficiente que mide la desigualdad) se redujo a una tasa de 1,5% por año. Los siguientes cuatro la reducción fue del 0,7% anual. Mientras, entre 2014 y 2016, el promedio Gini “se redujo en sólo” 0,4%.
En esta línea, Bárcena subrayó: “América Latina y el Caribe requieren de manera urgente el desmantelamiento de la cultura de los privilegios que aún impera y que se manifiesta, por ejemplo, en los altos niveles de evasión tributaria y corrupción existentes”.
Salvo excepciones -como la del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien volvió a hacer gala de su mensaje proteccionista- los líderes políticos y empresariales lanzaron mensajes de unidad, integración y libre comercio. Esos son, para ellos, los motores que carburan la buena salud de la economía mundial.
La integración, una materia pendiente
Aunque el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y su homónimo brasileño, Michel Temer, defendieron en Davos una apuesta firme por el libre comercio, Latinoamérica y el Caribe aún tienen asuntos pendientes en esta materia.
En ese contexto, Bárcena resaltó la necesidad de buscar espacios con el fin de potenciar el comercio en toda la región. Algunos de estos son la Alianza del Pacífico y el Mercado Común del Sur (Mercosur). También las relaciones con China.
Sobre este último punto recordó que, según estimaciones de la Cepal, el comercio bilateral de América Latina y el Caribe se multiplicó con China por 22 veces entre 2000 y 2013 y en 2017 alcanzó los 266.000 millones de dólares. “Esto significa un avance del 53% respecto de la meta a siete años para alcanzarla”, afirmó Bárcena.
La desigualdad en América Latina y el Caribe “se redujo en sólo” 0,4% por año entre 2014 y 2016
A estos problemas de igualdad e integración, se une un tercero que es la urgencia. Como reseñó en una columna de El País de Madrid el economista venezolano Moisés Naím: “No está claro de dónde vendrá la mala noticia que acabará con la bonanza, ni cuándo. Tampoco es seguro que llegue. ¿Quién sabe? Quizás no ocurra la catástrofe que descarrile este tren”.
No obstante, si algo provocó desconfianza a Naím esas fueron las nuevas tecnologías. “El impacto de las tecnologías digitales se va a acentuar y expandir. Antes, las empresas necesitaban capital financiero, capital humano, capital tecnológico y capital reputacional para tener éxito. Dinero, gente, tecnología y buena reputación. De aquí en adelante también necesitarán capital digital. Esta también es una tecnología. Pero, tal como estamos descubriendo, sus usos y consecuencias son aún muy inciertos”.