(EFE).- El presidente de EE.UU., Joe Biden, se enfrenta a uno de los momentos más delicados desde su llegada a la Casa Blanca tras el caótico repliegue de Afganistán y el rápido ascenso de los talibanes, pese al apoyo mayoritario de los estadounidenses a la retirada de las tropas tras 20 años de guerra.
Si bien la salida de Afganistán cuenta con el respaldo de siete de cada diez estadounidenses, según la última encuesta del laboratorio de ideas Chicago Council on Global Affairs, las imágenes de centenares de afganos agolpados en el aeropuerto de Kabul tratando de acceder de forma desesperada a los aviones estadounidenses arroja sombras sobre la capacidad de liderazgo mundial de Washington.
Con estas escenas, el mandatario ha perdido «mucho respeto y credibilidad», indicó Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa, en declaraciones a Efe.
«Creo que después de esta semana a EE.UU. le va a costar más conseguir aliados. ¿Quién va a confiar en Estados Unidos ahora?», remarcó Schmidt, quien subrayó el «enfado» entre el sector más progresista del Partido Demócrata por haber «abandonado» a las mujeres afganas a merced de los fundamentalistas.
MALOS PRESAGIOS
Biden, que llegó a la Casa Blanca prometiendo el regreso de Washington a la esfera internacional tras el aislacionismo de su predecesor Donald Trump (2017-2021) ofreció el pasado lunes un discurso en el que reafirmó su decisión de salir de Afganistán, ya que el objetivo, dijo, «nunca» había sido crear una democracia en el país asiático.
Culpó, además, de lo sucedido a las fuerzas y al Gobierno afgano y, sin atisbo de autocrítica, remarcó que ya no estaba en los intereses de Estados Unidos mantener la presencia en Afganistán, donde Washington invirtió más de dos billones de dólares y más de 2.300 estadounidenses perdieron la vida en las dos décadas de guerra.
«No ofrece buenos presagios para el resto de su Presidencia. El mundo ha visto cómo un presidente ha retratado la rendición como un acto de valentía política, y la retirada como sabiduría estratégica», subrayó el diario conservador Wall Street Journal en su duro editorial del martes.
Por su parte, Trump, quien negoció el pacto de retirada con los talibanes, cargó contra Biden y aseguró que la salida de Afganistán es el «resultado militar más vergonzoso en la historia de EE.UU.»
HARTAZGO DE LA GUERRA EN EE.UU.
Consciente del cansancio y hartazgo entre la población estadounidense, Biden parece dispuesto a asumir las críticas y buscar centrarse en su ambiciosa agenda de reestructuración de la economía nacional.
«El discurso del presidente sobre Afganistán fue efectivo porque remarcó que la guerra más larga de la historia de EE.UU. debe terminar y que nunca será un buen momento para hacerlo. Esto conectó con la mayoría de la gente, de los que el 70 % quiere acabarla ya», indicó Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, en su cuenta de Twitter.
El respaldo es, además, bipartidista con más de un 70 % de los demócratas e independientes a favor de la salida, y un 56 % de los republicanos de acuerdo, indica el sondeo del Chicago Council on Global Affairs.
Otro analista del Centro de Política de la Universidad de Virginia, Kyle Kondik, pronosticó que a medio plazo «el público pasará página» y recalcó que el «foco» de la Administración de Biden siempre ha sido la política doméstica.
«El evento más comparable es la caída de Saigón en 1975, que no tuvo una presencia prominente en las elecciones de 1976. Y el compromiso militar en Vietnam entonces – y como consecuencia el interés público – era mucho mayor en su momento álgido que el compromiso en Afganistán», señaló.