Leticia Núñez (ALN).- El presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento, Enrique García, aseguró que los accionistas del Banco de Desarrollo seguirán siendo los países de América Latina, el Caribe, España y Portugal: “Esto ha sido parte del éxito, así no hay interferencia política de ninguna clase”. Enrique García aceptó en 1991 ser presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento (CAF) con el único objetivo de aplicar “todo lo bueno” que había aprendido en sus 17 años como funcionario en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y evitar los errores que allí se habían cometido. Dejó atrás el Ministerio de Planeamiento en Bolivia y aterrizó en Caracas con tres premisas para el Banco de Desarrollo: expandirse, estar en los temas relevantes y tener independencia.
“Todos pensaban que no tenía futuro y que estaba perdido”, confesó este lunes el propio García durante un acto celebrado en Casa de América. Sus 25 años en el cargo han demostrado que la sinergia de esos tres elementos fue decisiva para que el banco pasara de cinco a 19 países miembros y preste en la actualidad 12.000 millones de dólares (aproximadamente 11.340 millones de euros) frente a los 400 con los que comenzó. El próximo 31 de marzo dejará la presidencia de la CAF, una de las principales fuentes de financiación multilateral para la región. Su sustituto será el peruano Luis Carranza.
Somos el banquero que saca el paraguas cuando llueve”, asegura García sobre la CAF
También resultó clave, como defendió García, no copiar el modelo de instituciones como el BID o el Banco Mundial y que la CAF fuera un banco propiedad de los países emergentes. Y es que, salvo España y Portugal, que tienen entre ambos un 6% del capital, el resto está en manos de países en desarrollo. “No era fácil, pero ha resultado un pacto de solidaridad que ha hecho que la institución vaya adelante”, manifestó. Un ejemplo: “En 46 años, no ha habido ningún país que haya hecho un default”.
Ni siquiera la creciente presencia de China en el mercado latinoamericano hace que la CAF se plantee invitarla como miembro. “Tenemos una excelente relación con muchos países, entre los que está China, pero no como miembros”, respondió García. En su opinión, “la decisión de mantener como accionistas a los países de América Latina, el Caribe, España y Portugal, es parte del éxito” de una corporación que continuará siendo una entidad multilateral regional. “Así no hay interferencia política de ninguna clase. Eso crea una lealtad y un compromiso muy diferente”, añadió al respecto.
“Ayudar al que está en desgracia”
Este es un compromiso que la CAF ha mantenido incluso en los momentos en los que la crisis económica azotó con mayor virulencia: “Somos el banquero que saca el paraguas cuando llueve, porque cuando hay sol no se necesita paraguas. Nuestro principio básico es ayudar al que está en desgracia. No hay ni un solo país que haya pedido prestado a la CAF y la CAF no le haya prestado”. Por eso, dijo, “queremos seguir siendo una entidad de propiedad regional”.
En el balance que efectuó sobre sus 25 años como presidente ejecutivo, también hubo tiempo para recordar algunas de las líneas maestras que han regido en el Banco de Desarrollo más importante de América Latina. “Tenemos una filosofía de ser respetuosos con las diferencias ideológicas y trabajamos con regímenes de diferente índole siempre que tengan unos proyectos sanos y transparentes a nivel técnico, económico y de medio ambiente”. Tampoco faltaron los tirones de oreja. Tras recordar que los países latinoamericanos “se endeudaron sin juicio en la era de los petrodólares”, García lamentó que “la región no utilizó suficientemente su ventaja en materias primas para dar un salto cualitativo, volviéndose más vulnerable y generando empleo de baja calidad”.
Ahora es consciente de que las previsiones económicas para la región en 2017 no son tan optimistas como le gustaría que fuesen. “Si uno mira las cifras generales, obviamente dan una impresión más dura de lo que es. América Latina ha tenido decrecimiento el año pasado pero cuidado, hay que ver que es sobre todo por Brasil, Venezuela y Argentina. Si quitamos estos países, el resto no está en situación crítica”, explicó. Por eso, se mostró confiado en que esta vez la región sí se tome en serio la importancia de las reformas estructurales para añadir valor al mercado de las materias primas y crear oportunidades en sectores de innovación.
“Hay que relanzar la integración regional”
Se despide del cargo, pero deja tres prioridades: inversión en educación “del siglo XXI” (“somos muchos abogados y economistas”, dijo), duplicar las infraestructuras del 3% al 6% y ganar institucionalidad para combatir la informalidad. Todo ello acompañado de unas dosis mayores de integración. “Es indispensable que América Latina sea competitiva y presente una sola voz en el contexto internacional. Los grandes problemas de la región necesitan consensos políticos”, aseguró.
Tenemos una excelente relación con muchos países, entre los que está China, pero no como miembros”
Pese al Brexit, el ‘no’ en el referéndum sobre el acuerdo de paz con las FARC celebrado en Colombia y el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, según García, “es un buen momento para mirar hacia dentro y volver a relanzar la integración regional”. Eso sí, de forma pragmática y seria. “El nivel de frustración es grande, hay mucho que pensar. Lo que hemos visto recientemente hace indispensable que América Latina, no solamente los bloques de Sudamérica, se vea en su conjunto con cosas pragmáticas. Más inversión, más infraestructura y un comercio entre la región para poder ser competitivos”. García espera que llegue ese momento. “He aquí el gran desafío de la integración regional”.