María Rodríguez (ALN).- Los activos financieros de los hogares y empresas no financieras en España aumentaron 9% entre junio de 2016 y el mismo mes de 2017. En este resultado influyó la revalorizaron de las acciones en 80.000 millones de euros. Este hecho contrasta con el porcentaje de población española que aún se encuentra en riesgo de pobreza, 28%, y que sitúa a España en el top 10 de los países de la Unión Europea con tasas más elevadas.
La riqueza de las familias y empresas no financieras en España, resultado de restar a los ahorros las deudas acumuladas, se situó en 1.367 millones de euros (1.613 millones de dólares) al final del segundo trimestre de 2017. Es decir, 9,3% más que la registrada un año antes, según datos del Banco de España. En este resultado influyó la subida de la Bolsa, un escenario volátil pero cuyas acciones se revalorizaron en 80.000 millones de euros (94.400 millones de dólares) en el último año, tal como precisó la institución.
Y es que, a pesar de que los depósitos representan el 40% de los activos financieros de las familias, estos se redujeron en 2,2 puntos porcentuales respecto a junio de 2016 frente al aumento en 1,5 puntos de la partida bursátil, que representa el 25%. Tras estos activos se encuentran los seguros y fondos de pensiones (17%, con una reducción de 0,1 puntos), las participaciones en fondos de inversión (14%, con un ascenso de 1,3 puntos) y el resto de partidas (que representan el 4% y decrecieron 0,7 puntos).
El 28% de la población española está en riesgo de pobreza. Mientras, la riqueza de las familias aumenta 9%
Ahora bien, este incremento de la riqueza en los hogares no logra sacar a España de los primeros puestos de la Unión Europea (UE) con mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social. La UE considera que se da esta circunstancia cuando se incurre en uno de estos tres supuestos: los ingresos no alcanzan el umbral de la pobreza (el 60% del ingreso nacional medio después de pagar impuestos); cuando se está “severamente privado de medios materiales” o cuando se vive en un hogar con muy “baja intensidad laboral”.
Según los datos publicados por la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) esta semana, en 2016 la tasa de riesgo de pobreza en España fue de 27,9% frente a 23,4% de la media de los 28 países que conforman la UE. Además, sólo siete Estados miembros registraron el año pasado una tasa más alta que la española: Letonia (28,5%), Croacia (28,5%), Italia (28,7% según el último dato disponible, en 2015), Lituania (30,1%), Grecia (35,6%), Rumanía (38,8%) y Bulgaria (40,4%), el país europeo con mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza.
En el lado opuesto se situó República Checa con el 13,3% en riesgo, Finlandia (16,6%), Dinamarca (16,7%) y Holanda (16,8%).
España tampoco sale bien parada si se compara la tasa de 2016 con la de 2008, año de arranque de la crisis económica. En este periodo, el porcentaje de población en riesgo de pobreza aumentó 4,1 puntos, lo que sitúa a España como el tercer país donde más aumentó esta tasa en esos ocho años, por detrás de Grecia (7,5 puntos) y Chipre (4,4 puntos), tal como publica el diario El País.
La parte positiva está en que, aunque la tasa sigue alta, la tendencia es a la baja. Según datos de Eurostat, en 2014 el porcentaje de población española en riesgo de pobreza era de 29,2%, el sexto mayor de la UE. En 2015, la tasa española descendió hasta 28,6% (la novena mayor de la UE) y en 2016 volvió a reducirse en 0,7 puntos (la octava mayor, teniendo en cuenta el dato de Italia de 2015). Eso sí, aún lejos de la media de la UE, que también bajó de 24,4% en 2014 al23,8% en 2015 y a 23,4% en 2016.
Y aún hay más. En el informe Evitando la desigualdad en la vejez, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) compara la situación de los pensionistas españoles con los de la media de los países ricos y llega a una conclusión: mientras los primeros dependen casi totalmente de los ingresos que obtuvieron a lo largo de la vida laboral, en los otros países este vínculo es más débil. “Esto derivará en una mayor desigualdad en los ingresos de los futuros pensionistas”, asegura la institución en la ficha sobre España de este estudio y recuerda otros que sitúan a España en 2050 como el segundo país más longevo del mundo, tan sólo por detrás de Japón. Una circunstancia que, según la OCDE, dispararía la desigualdad.