María Rodríguez (ALN).- 75% de los empleos actuales en Guatemala y El Salvador podrían desaparecer en los próximos 10 años por la automatización. También estarían en riesgo más de 60% de los trabajos en Costa Rica, Panamá, Argentina y un largo etcétera. Así lo recoge el Banco Interamericano de Desarrollo en un informe, aunque matiza que una cosa es el potencial de automatización y otra si compensará a los empresarios hacerlo, por los altos costos iniciales que representa robotizar tareas.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recoge en un informe el posible efecto de la automatización global en el mercado de trabajo de América Latina y el Caribe. Lo hace citando varios estudios, entre ellos uno del Banco Mundial en el que se estima que 75% de los empleos actuales de Guatemala y El Salvador podrían desaparecer en los próximos 10-20 años producto de la automatización.
Y la lista sigue. 69% de los trabajadores ecuatorianos se encuentran en ocupaciones con alto riesgo de automatización. También 68% de los empleados costarricenses; 67% de los bolivianos; 65% de los panameños, nicaragüenses y argentinos; 64% de los paraguayos; 63% de los uruguayos y 62% de los trabajadores de República Dominicana. Unos porcentajes que distan más de 15 puntos del atribuido a los trabajadores estadounidenses: 47%.
En 1990, almacenar 10 gigabytes de información costaba 44.000 dólares. Ahora, para lo mismo sólo se requieren 0,2 dólares
No obstante, el BID matiza que es “altamente probable” que estos porcentajes “sobrestimen el impacto negativo de la automatización” en el empleo de los próximos años. “Una cosa es el potencial de automatización desde el punto de vista tecnológico y otra muy distinta es si realmente tiene sentido para los empresarios de América Latina y el Caribe, desde un punto de vista económico, reemplazar a humanos en las tareas que están haciendo y colocar en su lugar a un robot”, argumenta el organismo.
Y pone un ejemplo: un robot-obrero es capaz de colocar 1.000 ladrillos por hora. Trabajando con precisión milimétrica, sin pausas, puede construir los muros de una casa en sólo un día. ¿Quitará el empleo a los trabajadores de la construcción en lugares comoBogotá, Santiago de Chile y Ciudad de México? “No parece probable, principalmente por el costo de este tipo de máquinas, unos 400.000 dólares”, detalla el BID.
Ahora bien, ¿qué pasará cuando las tecnologías hoy millonarias acaben siendo asequibles? “En 1990, almacenar 10 gigabytes de información costaba 44.000 dólares. Ahora, para lo mismo necesitamos 0,2 dólares”, reseña este banco multilateral.
“La tecnología va a ir redefiniendo las tareas de la región. En periodos más largos de tiempo la tecnología creará, destruirá y redefinirá ocupaciones enteras”, recuerda Matías Busso, especialista líder del Departamento de Investigación del BID. Y añade: “Los efectos sobre el empleo total son inciertos y van a depender de la velocidad del cambio, de los empleos destruidos versus los empleos creados, de la flexibilidad de los mercados y de la capacidad de trabajadores y empresas para adquirir nuevas tareas y habilidades”.
Barreras ante el “tsunami tecnológico”
En América Latina y el Caribe, existen barreras importantes que hacen difícil que la región pueda absorber tan rápido el “tsunami tecnológico” que se vive a nivel global, tal como precisa el BID.
Moisés Naím, colaborador de ALnavío, sostiene en un artículo de El País que “hay quienes argumentan que esta vez es distinto y que el shock tecnológico será más amplio y más veloz (a nivel global). De ser así y, en efecto, se nos viene encima un tsunami de desocupación laboral, ¿qué hacer?”.
El BID: “Los países de América Latina no están preparados para el envejecimiento”
Para el caso de Latinoamérica, esto se debe a que, “en comparación con los países desarrollados, la región no cuenta con las capacidades, habilidades e infraestructura necesarias para dar una cabida plena a esta revolución tecnológica”, recoge el informe del BID. Y destaca cinco puntos:
1– “Los niveles de preparación de la mano de obra en la región suponen un freno para la adopción de nuevas tecnologías”.
2– “El menor costo de la mano de obra hace que, para las empresas, resulte menos atractivo incorporar innovaciones tecnológicas”.
3– “Que la mayoría de las firmas en la región sean pequeñas agrega restricciones a la innovación”.
4– “Los gobiernos de América Latina y el Caribe también enfrentan limitaciones, tanto de financiamiento como de capacidades técnicas, para diseñar y llevar a cabo las transformaciones digitales necesarias”.
5– “El acceso a banda ancha es menor en la región comparado con el de los países desarrollados”.
A todo ello se suma la evolución de la pirámide poblacional. “Los países de América Latina no están preparados para el envejecimiento. Los actuales sistemas de seguridad social están lejos de cumplir la labor que se les encomienda”, precisa el BID. Señala que la cobertura de estos instrumentos es muy escasa y las pensiones son, a menudo, insuficientes. “Todos estos desafíos serán difíciles de resolver si no disminuyen los altos niveles de informalidad que caracterizan a los mercados laborales latinoamericanos”, concluye el informe.