(EFE).- Un juez de Ecuador denegó este lunes un recurso de habeas corpus solicitado por los abogados de Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, para que cumpliese bajo arresto domiciliario en la vivienda de su madre la pena de ocho años de cárcel que continúa purgando.
Durante la audiencia, Glas adujo ser víctima de condiciones de reclusión inapropiadas, entre las que mencionó haberse despertado en varias ocasiones con ratas en la cama.
El exvicepresidente se encuentra recluido en La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, desde que fue detenido en el asalto policial acontecido el 5 de abril a la Embajada de México en Quito para cumplir con una orden de detención en su contra y como respuesta al asilo diplomático que le había otorgado el Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Glas se había refugiado en la embajada mexicana desde el 17 de diciembre de 2023, antes de que la Fiscalía lo incluye como imputado por presunto peculado (malversación de fondos) en el caso de las obras de reconstrucción tras el devastador terremoto de 2016.
Tras ser detenido, volvió a prisión al no haber terminado de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas por corrupción (asociación ilícita y cohecho) emitidas en 2017 y 2020, de la que ya cumplió alrededor de cinco años de privación de libertad entre 2017 y 2022 hasta que recuperó la libertad gracias a una discutida resolución judicial.
Pese a las condenas y las nuevas imputaciones, Glas se declara inocente y víctima de persecución política y ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos).
Abogados rechazan fallo
El equipo legal que lleva la defensa de Glas, liderado por el estudio de abogados belga Juscogens, aseguró que la resolución judicial que ordenó al exvicepresidente seguir en prisión es «carente de fundamentación jurídica suficiente, evidenciando una clara falta de imparcialidad en el proceso».
Para los letrados, la decisión no sólo ignora los argumentos presentados, sino que «subraya la existencia de un sesgo que socava los principios básicos de justicia y equidad».
La Justicia ecuatoriana ya negó también semanas atrás la excarcelación de Glas para entregarlo a México como solicitaban sus abogados, bajo el argumento de tener aún una pena vigente pendiente de terminar de cumplir.
Si bien en un inicio un tribunal de primera instancia había declarado la detención de Glas como ilegal y arbitraria al haber vulnerado la inviolabilidad de una sede diplomática, otra corte superior de apelaciones cambió ese aspecto para considerarla legal y no arbitraria.
«Ratas y garrapatas en celda»
La defensa de Glas se reafirmó en un comunicado en que su celda «presenta ventilación insuficiente, filtraciones de agua, ratas, garrapatas y luz eléctrica limitada», lo que advierten que «aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud».
Esto en contra posición a informes difundidos en medios que apuntan a un buen estado de salud de Glas y a elementos de su celda como un colchón ortopédico.
También, denunciaron que el exvicepresidente tiene una «atención médica deficiente» para tratar diferentes dolencias como «espondilitis anquilosante, hipertensión arterial, rinitis alérgica, osteoartritis degenerativa, gastritis crónica, asma bronquial, colitis crónicas, trastorno de ansiedad generalizada y depresión mayor con síntomas psicóticos».
Apuntaron así que las autoridades dieron una «respuesta inadecuada» al presunto intento de suicidio que tuvo Glas a los pocos días de ingresar en La Roca por sobredosis de medicamentos, cuando tuvo que ser trasladado al Hospital Naval de Guayaquil.
Denuncian tratos crueles
Asimismo, aseguraron que Glas ha sido víctima de «trato cruel e inhumano», al encontrarse «sometido a vigilancia constante por guardias armados, incluso durante las pocas reuniones con sus abogados», lo que apuntaron que genera una situación de estrés continuo y viola su privacidad.
A ello agregaron «periodos largos de incomunicación y restricciones severas en su acceso a representantes legales y familiares».
Los abogados consideraron que los informes médicos se contradicen e instaron a la comunidad internacional y a los organismos de derechos humanos a seguir de cerca la situación de Glas e incluso conformar una comitiva de médicos y técnicos independientes para verificar su estado de salud y sus condiciones de detención.
Glas fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa (2007-2017), y entre 2013 y 2017 ocupó el cargo de vicepresidente, así como también durante los primeros meses del mandato presidencial de Lenín Moreno (2017-2021), hasta que comenzaron las investigaciones en su contra.