Daniel Gómez (ALN).- En declaraciones a ALnavío cuando era asesor de campaña de Joe Biden, Juan Verde dijo que Donald Trump “seguía el manual del dictador”. En una nueva entrevista con este diario recuerda que el tiempo le ha dado la razón tras lo ocurrido en el Capitolio. Por eso insiste en que el impeachment propuesto por los demócratas “debe prosperar”. De no hacerlo, agregó, “se mandaría una señal muy negativa de cara al futuro cuando un líder político cometa un golpe de Estado fallido sin que eso tenga consecuencias”.
El español Juan Verde es uno de los 1.100 invitados a la toma de posesión de Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Fue uno de los asesores que le llevaron a conquistar la Casa Blanca. Ahora, como consejero senior de la agencia Atrevia y líder del Partido Demócrata de EEUU, analiza cuáles serán las líneas maestras del gobierno de Biden en entrevista con el diario ALnavío.
Cabe insistir en que las opiniones de Verde en la entrevista son personales. No habla en nombre del Ejecutivo, ni de los demócratas. Por eso evita pronunciarse sobre el significado de la invitación de Carlos Vecchio, embajador en Washington del equipo del opositor venezolano Juan Guaidó, a la asunción de Biden. Estos son temas, dijo, que abordará el equipo de exteriores del presidente. Aunque tras las palabras del secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, el apoyo de Washington al gobierno interino está prácticamente garantizado.
De lo que sí habla Verde es de la situación de Venezuela. En la entrevista comparte sus pensamientos sobre cómo abordará Biden la crisis del país latinoamericano. También analiza cómo será la relación de EEUU con Cuba, y, de forma más amplia, con América Latina.
En temas de política interna, cabe destacar una declaración que ofreció Verde en una conversación con ALnavío durante la campaña electoral. Entonces advertía que Donald Trump seguía “a rajatabla el manual del populista y dictador”. El asalto al Capitolio, al corazón de la democracia estadounidense, por parte de un grupo de fanáticos alentados por Trump, en parte le dio la razón. De ahí que los demócratas estén moviendo un nuevo proceso de destitución en contra del todavía mandatario.
– Se ve una fuerte presencia militar en Washington. ¿Se espera una toma de posesión tensa?
– Ahora mismo Washington está absolutamente militarizado. 5.000 soldados armados. Hay más soldados en Washington que en Irak y Afganistán juntos. La última vez que hubo una presencia militar de estas características en Estados Unidos fue durante la Guerra Civil. Aunque creo que todo transcurrirá de manera pacífica, no quita que haya algunos grupos queriendo generar problemas. Pero estoy convencido de que la toma de posesión de Biden será el verdadero comienzo de una nueva era.
– Una nueva era que Joe Biden comienza hablando de reconciliación.
– La temática en todos los eventos que habrá este miércoles está dirigida a la necesidad de unificar al país y apostar por la reconciliación. El presidente hereda un país polarizado y tremendamente dividido. Van a ser cuatro años muy difíciles. Pero si alguien puede afrontar esto es Biden. Es un político que en los más de 40 años que estuvo en el Senado se caracterizó por ser una persona capaz de tender puentes con los republicanos. También le ayudará el hecho de tener mayoría en el Senado a la hora de tomar decisiones desde una posición de poder.
– Hay quienes dicen que Trump ya inició la campaña para 2024. Pero un proceso de destitución que lo inhabilite para esas fechas suena como una posibilidad. ¿Podría prosperar?
– Podría hacerlo. Después del 20 de junio, el Senado es demócrata. Y habiendo en las dos Cámaras mayoría demócrata, las posibilidades de que esto prospere son muy reales. Es extremadamente importante que se pueda votar. De no hacerlo, se mandaría una señal muy negativa de cara al futuro cuando un líder político actúe de manera unilateral, y cometa un golpe de Estado fallido sin que eso tenga consecuencias. Creo que debe prosperar el impeachment. Es una responsabilidad del Congreso.
– ¿Inhabilitar a Trump y hablar de reconciliación no es contradictorio?
– No es una cosa o la otra. Hay que conciliar a un país tremendamente polarizado, pero al mismo tiempo el Congreso tiene que tomar medidas. Tenemos que ser capaces de llevar a cabo este proceso y terminarlo. El impeachment se puede hacer en seis meses, se puede hacer en un año, pero se tiene que hacer. Trump ha actuado como muchos dijimos que iba a actuar: de manera dictatorial y amenazando la estabilidad de la democracia.
– ¿Cuáles serán las medidas de Biden en el corto plazo?
– Lo más urgente es la crisis sanitaria. Ya se sabe del plan para vacunar a 100 millones de personas en 100 días. Será una iniciativa muy ambiciosa, con un plan estratégico nacional que no existía antes. El segundo punto, que casi va en paralelo, es la recuperación económica del país. Y en tercer lugar existe una necesidad de proyectar la imagen de Estados Unidos en la comunidad internacional, de restablecer nuestra credibilidad.
– ¿Qué se puede esperar de este nuevo gobierno en relación con Venezuela?
– En mi opinión, el aislamiento y el ignorar un país no es la mejor forma de conseguir cambios. Sí podemos esperar una nueva era de intentar llegar a acuerdos en algunas áreas donde tiene sentido hacerlo. Eso no significa que Biden esté de acuerdo con el régimen, ni que no reconozcamos que Venezuela es una dictadura. Necesitamos restablecer la democracia en Venezuela. Eso es prioritario. Y Trump no hizo absolutamente nada en ese sentido. Después de Trump, Venezuela no está más cerca de la democracia que hace cuatro años. De hecho, probablemente la situación sea todavía peor. Y lo que hay que hacer es buscar puntos de encuentro.
– ¿Y qué pasará con La Habana? Trump ha devuelto a Cuba a la lista de promotores del terrorismo, poniendo punto y final al deshielo iniciado por Barack Obama y Joe Biden. ¿Se avecina otro proceso de deshielo?
– Sí veo un acercamiento con Cuba, pero para dialogar. Hay que entender que la situación no es la que era hace cuatro, ocho años. Quizá ahora comience el inicio de un nuevo proceso de acercamiento. Pero eso no significa que haya concesiones ni un restablecimiento de lo que había antes. Nada se dará a cambio de nada.
– ¿Y qué esperar de la política de Biden hacia Latinoamérica?
– No ha habido un presidente que conozca mejor Latinoamérica que Biden. Viajó en 18 ocasiones a la región. Estuvo en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Y luego ha nombrado como máximo responsable de la política exterior hacia América Latina a Juan González, quien conoce mejor que nadie la región. Veremos una política multilateral, que dé relevancia a la OEA y al Banco Interamericano de Desarrollo. Tengo muchísimo optimismo en la relación con Latinoamérica. Estoy convencido de que se hará todo lo posible para que América Latina sea una alternativa en sectores estratégicos, en sectores que se tengan que reubicar como la manufactura de medicamentos, la energía o los minerales. Tenemos una proximidad cultural, histórica y grandes acuerdos económicos existentes.