Antonio José Chinchetru (ALN).- El consejero delegado del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, criticó en el Congreso del Ceapi la labor del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela. Los exministros Trinidad Jiménez (PSOE) y Josep Piqué (PP) defendieron que siga ejerciendo de mediador.
El papel de Europa en la búsqueda de una solución a la crisis política, económica y social que sufre Venezuela se coló de lleno en la mesa redonda sobre integración regional desarrollada en el Congreso Iberoamericano para Presidentes de Compañías y Familias Empresarias del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi), celebrado la semana pasada en Madrid.
Ante una audiencia formada por 350 empresarios de toda América Latina (que sumaban un patrimonio total de unos 31.800 millones de euros / 37.500 millones de dólares), el consejero delegado del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, dedicó duras palabras a la mediación del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela.
En un giro del debate, en el que participaban el presidente de honor del Ceapi y exsecretario general iberoamericano, Enrique V. Iglesias, y los exministros españoles de Asuntos Exteriores Trinidad Jiménez (PSOE) y Josep Piqué (PP), la búsqueda de una salida a la crisis venezolana cobró protagonismo.
El que introdujo el asunto fue Iglesias, quien sostuvo que el país latinoamericano no podía participar en los procesos de integración regional por su modelo económico. Apuntó que Europa estaba siendo activa en el intento de lograr una salida mediante la intermediación de Rodríguez Zapatero y El Vaticano, “que también está en Europa”.
“Posiciones contradictorias” en España
Cebrián: “Desde que han empezado las negociaciones se ha triplicado el número de presos políticos en Venezuela”
Cebrián intervino entonces para señalar: “La percepción que tenemos es que Europa no está ayudando a reestablecer la democracia en Venezuela”. Tras afirmar que “las posiciones desde España son contradictorias”, lo explicó: “Hay un expresidente socialista del Gobierno español que ha influido muchísimo en el proceso de tratar de devolver la democracia, y hay otro expresidente, en cuyo Gobierno estuvo Trinidad Jiménez, que no coincide”. Aunque no daba nombres, se refería en primer lugar a Felipe González y en segundo a Rodríguez Zapatero, con el que fue ministra Jiménez.
Hablando sobre Zapatero, Cebrián sostuvo: “Desde que han empezado las negociaciones se ha triplicado el número de presos políticos en Venezuela”. El consejero delegado del Grupo PRISA concluyó: “La sensación que existe es que, debido a los intereses del petróleo, o cualquier otro tipo de interés, la presión de los países democráticos para devolver la democracia a Venezuela, y especialmente de los países europeos, es muy débil”.
Trinidad Jiménez respondió que “quienes hemos ejercido responsabilidades de gobierno somos conscientes de las limitaciones, de hasta qué punto podemos influir, podemos presionar y podemos tener un cierto grado de éxito. Se trata de un país en el cual ni siquiera Estados Unidos, porque conocemos la historia respecto a otros países, tiene la capacidad a través de sanciones, a través de políticas, a través de diálogo, de influir en un proceso que pertenece solamente a dicho país”.
Así, Jiménez continuó diciendo: “¿Que nos gustaría que avanzaran de otra manera? Claro que sí. ¿Pero tenemos capacidad disuasoria, coercitiva, para exigir una responsabilidad a la Unión Europea? Pues difícilmente no”.
La exministra socialista defendió el papel de su antiguo jefe en el Ejecutivo español: “Se plantean negociaciones, diálogos, que tienen que ser necesariamente aceptados por todas las partes. Eso significa el Gobierno y la oposición. En ese proceso está el presidente Rodríguez Zapatero, porque él ha sido designado como mediador”.
Y añadió: “Creo que está haciendo una labor ingrata, muy compleja y que ya desde el principio se sabía que iba a tener mucha dificultad. Pero creo que hay que dejar que siga trabajando mientras sea aceptado por todos los actores”.
“Minimizar daños y costos”
Tras expresar la “repugnancia política y moral” que le produce el régimen de Nicolás Maduro, Josep Piqué sostuvo: “Hay que hacer las cosas intentando minimizar los daños y los costos de todo este proceso, pensando fundamentalmente en los ciudadanos venezolanos, que requieren de toda nuestra solidaridad y todo nuestro apoyo”.
En su opinión: “Evidentemente se podría establecer sanciones más duras, pero que afecten fundamentalmente a la clase dirigente. La única salida a toda esta situación es un cambio de régimen que sea lo más pacífico posible. Y, para que ese cambio de régimen lo más pacífico posible se pueda producir, a lo mejor hay que buscar vías de escape para las personas que hoy están al frente de ese país. Y, mientras tanto, agotar todas las vías y todas las posibilidades”.
Sin citar a Rodríguez Zapatero por su nombre, dudó de su eficacia pero defendió que siguiera ejerciendo de mediador: “Y yo soy, no escéptico, sino como dicen ahora los pedantes, lo siguiente, respecto a las posibilidades de mediación que se están llevando a cabo. Pero creo que debemos respetarlas y, por lo tanto, pensar que a partir de ahí podemos encontrar alguna luz, combinándola con el absoluto rechazo de la comunidad internacional a las características del régimen venezolano”.
Trinidad Jiménez: “Hay que dejar que Rodríguez Zapatero siga trabajando mientras sea aceptado por todos los actores”
Acto seguido, el exministro del PP agregó: “Pero en estos momentos una eventual acción de la comunidad internacional para derrocar al régimen venezolano no sé qué consecuencias tendría. Por lo tanto, yo me lo pensaría dos o tres veces antes de ir en esa dirección radical”.
A modo de conclusión, Piqué sostuvo: “Estamos hablando de un régimen que no sólo es autoritario y represor, sino que además es profundamente corrupto. Por lo tanto, no está pensando en los intereses de su país sino en sus intereses. Y, teniendo en cuenta estas circunstancias, así deberíamos tratar este problema”.
Acto seguido, Cebrián planteó otra cuestión, relacionada con la anterior: “¿Es posible y deseable establecer una negociación política sin la condición previa de que la oposición no esté en la cárcel? Si uno está negociando y hay uno con una pistola encima de la mesa y el otro está desarmado, la negociación es un poco desigual”. Enrique V. Iglesias contestó: “Me parece muy aceptable esa afirmación, crear las condiciones de confianza que permitan que todo el mundo crea en lo que traiga a la mesa”.