(EFE).- A bordo del navío «Beagle», el geógrafo Stewart McPherson y sus compañeros del llamado proyecto «Darwin 200» seguirán los pasos del científico británico Charles Darwin al surcar los mares durante dos años con el objetivo de formar a los ecologistas del mañana.
Lejos de denunciar y compartir los problemas naturales que nuestro planeta enfrenta por el calentamiento global y la acción humana, «Darwin200» se centra “en encontrar soluciones y respuestas a los problemas reales”, afirmó su líder McPherson a EFE.
El número ligado al nombre del naturalista responde a la cantidad de jóvenes de todo el mundo que se formarán en cada puerto en el que el barco atraque, cuya travesía comienza hoy en la ciudad inglesa de Plymouth (sur) -pasará en los próximos días por Tenerife-, y participarán en actividades de conservación propias de cada zona.
“No son seleccionados por sus carreras universitarias, los seleccionamos por lo que ya han hecho (…) algunos a sus 16 años han plantado miles de árboles para reforestar bosques, o proyectos para salvar especies en peligro”, explicó el geógrafo británico.
Los ecologistas contribuirán con sus actividades en las diferentes investigaciones que el proyecto Darwin acomete: la situación de los corales, el impacto de los plásticos o soluciones a la contaminación.
“Se cree que para 2030 haya más plástico en los océanos que peces”, alertó McPherson, por tratarse de un problema crítico que esconde el impacto de los microplásticos, “pequeñas partículas que acaban en las aguas y que durante el viaje buscaremos sus concentraciones.”
McPherson avisó que “el calentamiento global avanza más rápido de lo que hubiéramos imaginado, es una enorme amenaza”, con el paso del tiempo “irá a peor si no actuamos ahora.”
“Muchos de estos problemas pueden ser resueltos, (…) y muchas veces está en nuestro poder resolverlos”, defendió el geógrafo, que como ejemplo para paliar la pérdida de hábitat plantarán cientos de árboles en Brasil.
El navío «Beagle»
El navío «Beagle», entre otros de sus cometidos, intentará atraer a millones de personas y concienciar del estado del ecosistema en su travesía global que le mantendrá dos años en las aguas.
“Si a la gente no le importa, nada va a pasar. Le tiene que importar para que la conservación funcione”, sostiene el líder de «Darwin200» que para ello organizará numerosos eventos educativos.
En su tarea de concienciación, el barco pasará por Argentina (Buenos Aires y Puerto de Santa Cruz donde Darwin concentró parte de su trabajo), Brasil (Salvador de Bahía y Río de Janeiro), y las islas Galápagos, antes de regresar el verano de 2025 al Reino Unido.
“Todos importamos, todos podemos hacer el cambio. Todos podemos contribuir a hacer un mundo mejor” alienta McPherson, “Si quieres puedes, ya sea reciclando, replantando o ayudando a diferentes proyectos de conservación. Está en nuestras manos.”