Daniel Gómez (ALN).- Enero de 2019. La relación entre el gobierno de Pedro Sánchez y el régimen en Venezuela vivía momentos delicados. España acababa de reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado. Antes había dicho que Nicolás Maduro era un presidente ilegítimo. El conflicto diplomático era evidente, así que entra en juego el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell. Este convoca al gabinete de crisis en Venezuela. La respuesta que recibe desde allá le dejó marcado de por vida: No tenemos gabinete de crisis.
Josep Borrell, quien asumirá el domingo como alto representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, se despidió del cargo de canciller de España este jueves. Lo hizo en un acto público en la Casa de América de Madrid, donde, aprovechando que todavía es ministro, pidió un último deseo:
“Tenemos que reforzar las estructuras administrativas del Ministerio de Asuntos Exteriores. Un país como España no se puede permitir el sistema consular que tiene. Los consulados son la primera imagen que se tiene de España en el exterior. Y este tiene que estar a la altura. El nuestro no lo está”.
“Tenemos que reforzar las estructuras administrativas del Ministerio de Asuntos Exteriores. Un país como España no se puede permitir el sistema consular que tiene. Los consulados son la primera imagen que se tiene de España en el exterior. Y este tiene que estar a la altura. El nuestro no lo está”.
Josep Borrell se dio cuenta del deterioro del sistema consular en enero de 2019. Cuando la crisis diplomática vivida entre Madrid y Caracas por el reconocimiento al presidente encargado Juan Guaidó y el anterior desconocimiento al régimen de Nicolás Maduro.
“Cuando fue la crisis diplomática con Venezuela convoqué a nuestro gabinete de crisis allá. La respuesta fue que no lo hay. No hay gabinete de crisis”, contó Borrell.
Esto le marcó. Desde entonces, ha hecho esfuerzos personales por arreglarlo. “Sé que es un trabajo más propio del subsecretario que del ministro, pero es algo que no podemos consentir. Lo que en año y medio no da tiempo”, dijo.
Por eso Josep Borrell pide una remodelación del sistema diplomático de España. “Queremos un sistema moderno, de este siglo y no del anterior”. Reconoció que para eso hace falta inversión, y que con un gobierno en funciones y sin presupuestos es difícil, pero es una tarea que hay que implementar para ser influyentes en el mundo, añadió.
Sobre la influencia de España en las cuestiones internacionales, aseguró que con el gobierno de Pedro Sánchez el país ha vuelto a ganar peso en la escena global.
“Los gobiernos del PSOE y el de Aznar [el expresidente español José María Aznar] fueron influyentes. El de Aznar fue influyente, no de la forma en la que nos gustaría, pero lo fue. Poco a poco fuimos perdiendo peso. Nos convertimos en discípulos de Alemania, hasta que llega Pedro Sánchez recuperamos el terreno perdido”, apuntó.
Josep Borrell dice que para resolver la crisis de Venezuela hay que cambiar la estrategia de sanciones
Para Borrell, el mayor golpe de efecto de Sánchez fue la decisión de acoger el barco de migrantes Aquarius en junio de 2018. “Era el barco que nadie quería y España dijo que venga. Sabemos que así no se resuelve una crisis migratoria, pero fue un cambio y España puso la crisis migratoria en la agenda de Europa”.
Sin embargo, Josep Borrell sostiene que no hay golpe de efecto que valga. Que si España quiere ser un país influyente, debe empezar por modernizar su sistema consular. Que no ocurra como ocurrió en Venezuela.