Antonio J. Chinchetru (ALN).- En sólo dos meses, José María Aznar ha pasado de ser un apestado para la dirección del PP a ser recibido con todos los honores por la cúpula del partido. En sentido inverso, el expresidente del Gobierno ha transitado un camino que le ha llevado de pedir la reforma de la principal formación de centroderecha española a proclamar que se siente “orgulloso” de pertenecer a ese partido. Todo eso ocurrió en un escenario en principio complejo para la organización y para Aznar, una comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga si hubo financiación ilegal del PP.
El Partido Popular se ha reconciliado con el que liderara su refundación sobre los cimientos de la extinta Alianza Popular y le llevara por primera vez al Gobierno de España. José María Aznar y el PP han enterrado el hacha de guerra. Tanto el antiguo jefe del Ejecutivo como la dirección del partido lo escenificaron este martes en el Congreso de los Diputados. El ambiente no era el más favorable para ninguno de los protagonistas, puesto que Aznar acudía a la Cámara Baja para testificar en la comisión de investigación sobre la financiación irregular del mayor partido de centroderecha español.
Cuando Aznar llegó al Congreso de los Diputados se fundió en un abrazo con el presidente del PP, Pablo Casado. Un gesto así hubiera resultado impensable si Mariano Rajoy hubiera seguido al frente de la formación. El distanciamiento, y hasta la antipatía personal, entre los dos anteriores presidentes del Partido Popular no habían hecho otra cosa que agrandarse con el paso de los años.
Fuentes de la sede del PP en la Calle Génova de Madrid dijeron a ALnavío que Aznar y el PP ya están “más que reconciliados”. Añadieron que “ya se demostró cuando Pablo Casado se reunió con los expresidentes”. Se referían a los encuentros que mantuvo, tras resultar elegido, el actual líder de los populares tanto con Aznar como con Antonio Hernández Mancha, que lideró Alianza Popular dos años.
Las fuentes coinciden en destacar que Aznar no recupera el liderazgo, ni tan siquiera “moral”, del partido
Desde el Grupo Parlamentario Popular, las fuentes que hablaron con este diario consideran que lo ocurrido este martes en el Congreso de los Diputados es la escenificación de la reconciliación. Dijeron que “fue importante que estuviera toda la dirección, Pablo Casado, Teodoro García Egea (secretario general) y Dolors Montserrat (portavoz parlamentaria) acudieron a respaldar a Aznar”.
Las fuentes coinciden en destacar que Aznar no recupera el liderazgo, ni tan siquiera “moral”, del partido, pero sí ven que su figura vuelve a cobrar peso en el PP. La interpretación difiere en un punto. Mientras una de ellas dice que “hubo los gestos porque se ha producido la reconciliación”, la otra sostiene que “Aznar se impulsa como un referente que vuelve a ser querido”.
Pablo Casado forjó el reencuentro
Ante la pregunta de quién ha dado el paso para la reconciliación, desde Génova sostienen que “siempre que se reencuentran dos, son ambos lo que lo hacen, no uno sólo”. Lo que sí tienen claro tanto en Génova como en el Grupo Parlamentario es que esta situación no podría haberse producido si Rajoy siguiera al frente de la organización. Las fuentes del partido apuntan que “lógicamente influye que Casado sea el actual presidente, aunque no se puede descartar que hubiera ocurrido si Soraya Sáenz de Santamaría fuera la presidenta, pero eso entra tan sólo dentro del campo de las hipótesis”.
El análisis que llega desde el grupo parlamentario es diferente en un matiz: “Este reencuentro ha sido posible tan sólo por Pablo Casado, es la conexión que puede reunir en torno a él todas las sensibilidades del partido. Con Soraya Sáenz de Santamaría hubiera sido muy diferente”.
Las fuentes parlamentarias comentaron cómo fue percibido por Aznar el trato que le dio su partido y cómo valoró la formación el modo en el que se desenvolvió Aznar en la comisión de investigación. En su intervención mantuvo duros enfrentamientos con los representantes del PSOE, Rafael Simancas; Podemos, Pablo Iglesias; ERC, Gabriel Rufián; y Ciudadanos, Toni Cantó.
“A Aznar le gustó y se sintió cómodo por recuperar ese papel de ser un referente para el partido”
“A Aznar le gustó y se sintió cómodo por recuperar ese papel de ser un referente para el partido. Era evidente que hubo mucha conexión con Pablo Casado”, señalaron. También sostuvieron que “la sensación que dejó en el grupo parlamentario fue que este hombre está en forma. Incluso Pablo Iglesias, que es una referencia de la izquierda actual, no estuvo a la altura de Aznar”.
Esta valoración positiva en ambos sentidos es posible tan sólo porque Rajoy ya no está al frente del PP. Más allá de la mala relación personal entre él y Aznar, las discrepancias entraban también el terreno político.
Desde hacía tiempo, Aznar no ahorraba críticas a la acción de Gobierno y la línea que en la formación de centroderecha había marcado su sucesor. El distanciamiento era tal que la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), nacida para ser el think tank del PP, terminó desvinculándose orgánicamente del partido. A principios de julio de este año, un mes después de la moción de censura que desalojó a Rajoy de La Moncloa, Aznar llegó a pedir la “refundación” del PP.
En sentido contrario, Rajoy y el PP habían tenido un comportamiento similar. Desde la dirección del PP la estrategia de los últimos años consistió en marcar distancias con el legado político de Aznar. Tanto es así que no se le invitó al congreso del PP del 20 y 21 de julio, en el que se iba a elegir al sucesor de Rajoy como presidente. Que no se cursara invitación alguna a quien lideró a los populares 14 años (de 1990 a 2004) fue un gesto muy significativo por parte de la formación. Y el simbolismo fue todavía mayor debido a que sí se invitó a Antonio Hernández Mancha, que presidió Alianza Popular tan sólo dos años (de febrero de 1987 a enero de 1989).