Carlos Moreno (ALN).- Jorge Arreaza, el canciller de Nicolás Maduro, busca aliados para sacar adelante el proyecto de Declaración Universal contra Medidas Coercitivas Unilaterales. Se reúne con ONGs y gobiernos aliados tratando de acelerar el plan para tenerlo listo antes de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se inician el martes 24. El objetivo es detener la conformación de una Comisión de Investigación contra Maduro desde el Consejo de DDHH, y también captar más titulares que las pruebas que expondrá Colombia sobre la alianza del régimen y la guerrilla de las FARC y el ELN.
La tormenta política sobre Nicolás Maduro arrecia en Naciones Unidas y este busca estrategias para guarecerse. Los 12 millones de firmas que aseguró tener para rechazar las políticas del gobierno de Donald Trump en su contra, no tienen pegada para ganar titulares ni quitarle el protagonismo a Colombia con las pruebas de la alianza de su régimen con las FARC y el ELN.
En la ONU habrá más argumentos en su contra que a favor. El Informe Bachelet está aún caliente y existen muchas probabilidades de que se conforme una Comisión de Investigación desde el Consejo de Derechos Humanos que podría motivar un dictamen desde la Corte Penal Internacional.
Varias ONGs y líderes políticos hacen presión para que se active una Comisión de Investigación contra Maduro desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La iniciativa viene apoyada por organizaciones como Amnistía Internacional, Cofavic, Espacio Público, Global Centre Of Responsability to Protect, Human Rights Watch, Provea, Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, Civilis Derechos Humanos, Comisión Internacional de Juristas y Cepaz. También hay representantes de la oposición venezolana como María Alejandra Aristiguieta, embajadora de Juan Guaidó en Suiza, y Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López.
Maduro reconoce que necesita algo más contundente después de informar que no iría a Nueva York porque se sentía más seguro en Venezuela.
Por eso ha instruido a Jorge Arreaza, su canciller, a que mueva las piezas de la diplomacia para lograr sacar adelante el Proyecto de Declaración Universal contra Medidas Coercitivas Unilaterales en la ONU.
Un contraataque político que busca distraer los focos y retomar el hilo discursivo del imperialismo norteamericano y el bloqueo en contra de su régimen como respuesta a la crisis humanitaria de Venezuela.
Arreaza adelantó sus gestiones en el Panel Bienal sobre medidas coercitivas unilaterales en el 42º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde surgieron algunas consideraciones a favor, provenientes de voceros de Irak, Sudán, Rusia, Irán, Palestina, Belarús, Malasia y Angola, según una nota publicada por la Cancillería.
“Hay una situación difícil en Venezuela, que no tendríamos sin las sanciones, ni el bloqueo. A pesar de eso, el presidente Nicolás Maduro no ha escatimado esfuerzos en inversión social, no hemos cerrado escuelas, ni hospitales, hemos hecho un gran esfuerzo por mantener las políticas a pesar del bloqueo”, sostuvo el viernes pasado Arreaza en el Panel Bienal.
Una fuente de la Cancillería de Maduro en Caracas aseguró el viernes pasado al diario ALnavío que la conformación de la Comisión de Investigación desde el Consejo de Derechos Humanos era un quebradero de cabeza para el régimen y ahora concentran toda su energía en bloquearlo.
El canciller de Maduro también opera intentando atraer el foco hacia su agenda por encima de la atención que gana el gobierno de Colombia, pero plantea un discurso poco coherente.
El viernes pasado pedía a la Administración de Iván Duque un diálogo y afirmaba que Maduro está abierto a ello, tal como lo solicitó Antonio Guterres, secretario general de la ONU, aunque fue Maduro quien declaró “alerta naranja”, movilizó 3.000 soldados y desplegó el sistema de misiles en la frontera con Colombia hasta el 28 de septiembre.
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“Yo les digo, el presidente Maduro está dispuesto al diálogo con el gobierno de Colombia para evitar una situación que pueda llevarnos a un conflicto militar (…) para poder coordinar la seguridad en la frontera, tanto de nuestro territorio, como en el de ellos”, señaló, al tiempo que calificó de falta de respeto al presidente Iván Duque por asegurar que sólo dialogaría con Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela.
Jorge Arreaza se prepara junto con la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, para llevar al estrado de Naciones Unidas los argumentos del régimen sobre una conspiración internacional orquestada por Estados Unidos y Colombia para derrocarlo.
Mientras, el gobierno de Duque afina la “batería de pruebas” de la relación y protección de Maduro a los insurgentes de las FARC y el ELN, un expediente que ya pasó por la Organización de Estados Americanos (OEA) y abrió la puerta para la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), y que presentará con más detalles en Naciones Unidas.