Daniel Gómez (ALN).- ¿En qué se parece el gobierno de Iván Duque al régimen de Nicolás Maduro? Estos por primera vez tienen algo en común: las críticas a la oficina de la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet. A Duque no le gustó el informe que presentó Bachelet sobre Colombia la semana pasada y lo criticó con dureza. Hasta el punto de rebajarse al nivel de Maduro y Cabello cuando estos descalificaron a Bachelet y la ONU por su trabajo en Venezuela. ¿Es la actitud de Duque una buena noticia para el régimen de Maduro? ¿En qué situación deja el gobierno de Colombia a Juan Guaidó? ¿Acaso no hay que tomarse en serio a la ONU?
Está claro que Iván Duque y Nicolás Maduro son dos polos opuestos. El primero es presidente de un gobierno democrático. El segundo no. El primero respeta las instituciones, la oposición, la política. El segundo no. El primero es reconocido a nivel internacional. El segundo no…
Se podrían seguir sacando diferencias, pero lo llamativo es que por primera vez Duque y Maduro coinciden en algo: el desprecio al trabajo de Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.
El informe de Bachelet sobre Colombia registró 36 masacres en el país en 2019. La cifra más alta desde 2014, antes de que se firmara el acuerdo de paz. También denunció torturas de militares contra inocentes, asesinatos de activistas de derechos humanos, y recomendó una mejor supervisión de las fuerzas policiales.
Nada de esto sentó bien en Bogotá. Duque dijo que el trabajo de Bachelet “fue una intromisión a la soberanía del país” y que contenía “imprecisiones”. El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, agregó que la ONU “no tiene que andar opinando de la estructura institucional del Estado”. El expresidente Álvaro Uribe comentó que “sin proponérselo, [el informe] estimula la acción de los asesinos”. “Chambonadas (inexactitudes)”, sentenció por su parte el comisionado presidencial para los acuerdos de paz, Enrique Archilla.
Estas reacciones del gobierno de Duque contra Bachelet son prácticamente idénticas a las del régimen de Maduro cuando la ONU puso en el foco a Venezuela.
Bachelet quiere monitorear los juicios a presos políticos en Venezuela
“Mentira, Michelle Bachelet, no le mientas al mundo. Es un informe hecho por especialistas vinculados al Departamento de Estado”, dijo Maduro. “El informe humilla al pueblo venezolano”, agregó la vicepresidenta Delcy Rodríguez. “Rechazamos absolutamente todas las partes de ese mal llamado informe”, señaló el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quizá en una de sus críticas más suaves a Bachelet. El resto fueron insultos. “Ratificamos nuestra posición ante su informe errático y sin rigor alguno”, concluyó el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, la semana pasada desde Viena, antes de reunirse con Bachelet.
No sólo es la reacción contra el trabajo de la ONU. Duque y Maduro han operado de forma similar al bloquear el trabajo de los funcionarios de Bachelet. Maduro tardó casi un año en facilitar la llegada de la alta comisionada a Caracas, poniendo un sinfín de excusas y bloqueos. Duque, según informó la revista Semana, también hizo lo propio impidiendo que el relator de Bachelet, Michel Forst, visitara Colombia para actualizar sus informes.
¿Se equivocó Duque?
“Todo esto demuestra que en política no hay buenos y malos. Que no debemos entender la política de forma binaria. Los políticos de izquierda y derecha pueden coincidir en no respetar las normas de los derechos humanos, y así lo demuestran Duque y Maduro, aunque son casos muy distintos y con una diferencia enorme en su respeto a las normas”, dijo al diario ALnavío la politóloga venezolana Maryhen Jiménez, investigadora en la Universidad de Oxford.
“Al final hay un principio de poder, jerárquico y vertical, que es común entre Maduro y Duque. Es la defensa del principio de la unidad de poder del Estado, una concepción conservadora”, apuntó a este diario Ysrrael Camero, analista político y representante de Un Nuevo Tiempo en Madrid.
“El informe de Naciones Unidas es veraz. El problema es que Bachelet está planteando temas complejos. El tema de la droga. De la violencia. Le está metiendo el dedo en la llaga al presidente Duque”
Incluso el diario El Espectador de Colombia publicó en un editorial que la narrativa de Duque y su gobierno coincide con la de Maduro: “No es casualidad que estrategias similares se hayan usado en otros países donde los informes de la ONU han causado incomodidad por contradecir narrativas oficiales, incluyendo a Venezuela. No se trata de que el Gobierno se quede en silencio ante los relatos críticos, pero sí que no patee la mesa cuando algo no le gusta. La ONU ha sido una aliada fundamental a lo largo de los años en la construcción de la institucionalidad colombiana, así como en el avance de los procesos de paz y la recuperación del dominio territorial por parte del Estado. Quitarle la legitimidad es aislar al país y permitir que los discursos extremistas sean los que definan la política colombiana”.
La internacionalista Beatriz de Majo, experta en Colombia y Venezuela, considera que el gobierno de Duque cometió un error de comunicación. “Realmente no fue elegante. Pero esta no es la parte que importa. Lo que importa es que las Naciones Unidas están poniendo el dedo en un callo muy duro como es el proceso de paz”.
De Majo añadió que el problema de fondo en Colombia es que no hubo una política real de pacificación cuando se firmaron los acuerdos de paz. Y que la ONU, con su informe, está poniendo sobre la mesa estos problemas.
“El informe de Naciones Unidas es veraz. El problema es que Bachelet está planteando temas complejos. El tema de la droga. De la violencia. Le está metiendo el dedo en la llaga al presidente Duque, porque lo cierto es que no puede con el problema de la pacificación. Pero también es cierto que desde el primer momento que se firmó la paz una parte importante de las FARC los rechazó, y crearon las disidencias”, comentó De Majo.
¿Sigue teniendo Duque legitimidad para criticar a Maduro?
Que Duque y Maduro coincidan en el desprecio a la ONU también tiene implicaciones en Venezuela.
“Maduro seguramente usará las palabras de Duque a su favor en su batalla contra la ONU. Es lo que hace siempre. Pero no le servirá de nada. El fondo de las acusaciones en contra de Venezuela en el informe Bachelet es de un peso tal, que nadie las va a negar”, dijo De Majo.
Hoy por hoy, el principal argumento contra Maduro en materia de derechos humanos es el informe de Bachelet. Este documento demuestra y explica cómo el régimen persigue, reprime, tortura y mata. Lo hace con pruebas sólidas. Testimonios. Imágenes. Trabajo de campo. Versiones de uno y otro lado. Todo lo contrario que aquel informe que presentó Duque ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York para probar que Maduro ampara a grupos terroristas, y que finalmente acabó en el olvido porque varias de las pruebas aportadas resultaron ser falsas.
Maryhen Jiménez considera que con sus críticas a la ONU, “Duque perdió legitimidad” para hablar de los derechos humanos en Venezuela. “Pero esto tiene que ser relevante para las personas en Colombia. No creo que toda decisión interna de un país tenga que ser interpretada desde el conflicto en otro”, agregó.
Por su parte, Ysrrael Camero admite que las críticas de Duque le hacen “un flaco favor a Juan Guaidó”, aunque llama al análisis:
“El apoyo que hemos recibido de Colombia deriva de una coincidencia de intereses y agendas. Venezuela es el aliviadero de las FARC y el ELN. También está el tema de la presión migratoria. Tenemos un enemigo común, que es Maduro y su régimen, pero la agenda de seguridad y defensa de Colombia va más allá”, dijo.
Camero también recordó que desde el lado de Guaidó “hay que apoyar las gestiones de Bachelet y de las Naciones Unidas. Debemos mantenernos ahí”.