Antonio José Chinchetru (ALN).- Información, instituciones, infraestructura, industria, integración, inclusión e inspiración son las siete ideas que maneja Iván Duque para que la “economía naranja” se convierta en el motor económico y de la paz en Colombia. Se refiere a las actividades relacionadas con la cultura, la propiedad intelectual y la tecnología.
El presidente electo de Colombia, Iván Duque, puso el broche de oro a la Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular que se celebró en Madrid. Cerró la jornada con una intervención sobre la “economía naranja”, a la que quiere convertir en uno de los grandes motores económicos del país suramericano. Se refería a los sectores relacionados con la cultura, la propiedad intelectual, la tecnología y otras actividades de tipo intelectual. Representa 3,4% del PIB colombiano, por encima del café y la minería.
Duque dijo que la economía naranja reúne cuatro grandes bloques. El primero es “el patrimonio ancestral: festivales, carnavales, gastronomía, museos y centros arqueológicos”. El segundo es el de las artes, que incluyen artes visuales como pintura, escultura y fotografía, así como las escénicas. Entre estas últimas citó el teatro, la danza, los títeres, la zarzuela y la ópera.
El tercero son los medios de comunicación, incluyendo el cine, y el cuarto engloba “las creaciones funcionales”. Entre estas citó “la publicidad, la arquitectura, el diseño, el diseño de joyas y la juguetería”. Los cuatro bloques, dijo, generan en Colombia “más de un millón de empleos entre directos e indirectos”.
“La economía naranja es una industria limpia que va a ser una de las grandes fuerzas económicas de nuestro país”
Duque sostuvo que la economía naranja “es una industria limpia, va a ser una de las grandes fuerzas económicas de nuestro país para el año que viene”. También afirmó que “tiene que ser uno de los nuevos fundamentos de la construcción de la paz. Porque una sociedad donde los niños crecen con amor por la cultura, por la música, por la danza, es una sociedad que tiene edificada un mayor antídoto contra cualquier forma de violencia”.
Duque aportó siete ideas “contundentes”, a las que identificó como otras tantas íes, “para que esa economía naranja crezca y se convierta en el futuro de Colombia”. Son información, instituciones, infraestructura, industria, integración, inclusión e inspiración.
Sobre la información dijo que “necesitamos medir bien el poder de estos sectores, para saber cuántas empresas se crean, cuántas mueren, por qué mueren, dónde exportan, cuánto exportan, cuántas personas emplean”. El presidente electo de Colombia sostuvo que esa información debe ser “la base para tomar las mejores decisiones de política pública, porque esos sectores han crecido de manera casi silvestre, sin contar con un ecosistema de políticas públicas, de emprendimiento”.
Mecenazgo y apoyo empresarial a la cultura
Las instituciones tienen que ver con cómo “defender la propiedad intelectual” y “manejarla globalmente”. Destacó que debe haber “instituciones públicas, privadas y público-privadas con mecanismos de apoyo al mecenazgo, donde las empresas puedan constituir y avalar el concepto de responsabilidad cultural empresarial”. Asimismo, defendió que “las empresas que apadrinen el sector cultural tendrán descuentos tributarios y mecanismos para darse a reconocer en la sociedad”.
“Tenemos un país con reservas limitadas de petróleo pero reservas ilimitadas de talento”
Afirmó que la infraestructura es necesaria “porque tenemos jóvenes con todo el talento en las zonas más apartadas del país”. Y añadió: “Tenemos un país con reservas limitadas de petróleo pero reservas ilimitadas de talento”. En su opinión, “la infraestructura tiene que ser el camino donde ese talento pueda llegar, presentarse, crecer y convertirse en un instrumento de transformación social”.
En referencia a la industria, defendió su vínculo con el sistema educativo para identificar el talento “desde edad temprana”. Apostó por “encontrar desde las etapas primarias de la formación cuáles son esas habilidades y nutrirlas”.
La gran apuesta por la integración es crear “un ‘Mico’, un Mercado Interamericano de Contenidos Originales, donde nuestros productos se puedan cocrear, codistribuir, coproducir, coconsumir, coproteger”. Sostuvo que “eso permite que rompamos fronteras, porque si tenemos esa coproducción como eje central de esa innovación cultural, el producto que se hace en un país es considerado también del país donde están los coproductores”.
“La sexta i es la inclusión”, dijo. Sobre ello, explicó lo siguiente: “No se trata solamente de promover el emprendimiento, sino también de entender que la cultura es un mecanismo para cerrar brechas sociales”. Afirmó que “si permitimos que ese conocimiento sea inclusivo, incluyente, tendremos una sociedad donde las oportunidades no solamente van fluyendo, sino que la generación de empleo cultural se convierte también en una avenida donde el talento se multiplica a través de la propiedad intelectual generando ingresos”.
La última idea es la inspiración: “Cómo vamos a inspirar el cambio, cómo lo vamos a lograr”. Se refirió a “nuestros héroes de la economía naranja transmitiendo con su ejemplo a la juventud venidera”.