(EFE).- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo este viernes en vilo al continente y la tensión con Estados Unidos al prolongar su indefinición sobre la Cumbre de las Américas; a la que no asistirá si Cuba, Nicaragua y Venezuela no están invitados.
Aunque había prometido una postura definitiva para este día, el mandatario argumentó que espera una respuesta formal de Washington a su petición de invitar a todos los países al encuentro. Aunque la Casa Blanca ya confirmó que no invitó a Venezuela ni a Nicaragua.
«Vamos a esperar a que formalmente nos respondan; y a partir de ahí vamos a tomar una decisión. No se trata de confrontarnos, el presidente (Joe) Biden es una gente respetuosa»; declaró en su conferencia matutina, que se realizó en Sinaloa, en el noroeste del país.
El mandatario pidió esperar un comunicado formal del Departamento de Estado de Estados Unidos a pesar de que el coordinador de la Cumbre de las Américas; Kevin O’Reilly, confirmó el jueves que no invitó a Venezuela ni a Nicaragua al evento que tendrá lugar del 6 al 10 de junio en Los Ángeles. Aunque se mostró ambivalente sobre Cuba.
«Vamos a esperar a ver qué resuelven, de todas maneras México va a participar, nada más que si no se invita a todos los países, yo no voy a asistir», insistió.
López Obrador eleva la presión hacia EEUU
La postura del presidente de México es una «apuesta arriesgada» para elevar la presión hacia el Gobierno de Estados Unidos; que necesita que la cumbre sea un éxito político; consideró Emerson Segura, asesor parlamentario en el Senado, en entrevista con Efe.
“El presidente López Obrador busca una postura más cómoda para negociar con Estados Unidos otras cosas; busca tener un saldo a favor a nivel bilateral con Estados Unidos”, argumentó Segura, quien también es asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi).
López Obrador ha puesto a Washington en una posición incómoda al condicionar su asistencia a que la Casa Blanca invite a todos los países de la región, incluyendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela, a la cita en Los Ángeles.
Su postura la han secundado Bolivia, Guatemala y naciones de la Comunidad del Caribe (Caricom). Mientras que países como Argentina, Honduras y Chile; han replicado las críticas aunque sin retirar su asistencia.
Por ello, Segura advirtió que “lo menos importante ahora, incluso para Estados Unidos, es la agenda»; pues «la Cumbre de las Américas se convirtió en un espacio de negociación y de golpeteo político».
El Gobierno de México, indicó el analista, se ha aprovechado del contexto interno de Estados Unidos, que celebra elecciones intermedias en noviembre próximo; y de los gobiernos latinoamericanos que ahora son más críticos con Washington.
«Antes bastaba con que el presidente de Estados Unidos hiciera este llamado para que se reunieran los países; pero creo que la reconfiguración nos dice que los incentivos para que algunos países asistan son bajos«, opinó.
¿Amigos americanos?
El mandatario recordó en su conferencia que la postura de México en la cumbre, a la que asistiría el canciller Marcelo Ebrard en su lugar; será impulsar una integración económica de América y que se «tengan organismos que protejan los derechos por igual de todos los países».
«¿Va a ser Cumbre de las Américas o va a ser Cumbre de los amigos de América? Porque si se excluyen, ¿de qué continente son esos países? ¿No son de América?», ironizó.