Elizabeth Fuentes (ALN).- Cada vez aumenta más la calidad de los motorhomes y autos rodantes, esfuerzo destinado a quienes tienen todo el tiempo para viajar cómoda y lujosamente sin los inconvenientes de un aeropuerto ni de reservar un hotel. Ya hay quien piensa en vivir en ellos para siempre. Como todo, los motorhomes ya no son lo que eran. Aquellos vehículos enormes y feos que se pusieron de moda en los años 80 y se pasearon por las carreteras de medio planeta como un nuevo símbolo de estatus, se transformaron luego en objeto de la burla colectiva por el mal gusto que implicaba poseer uno en ciudades como Caracas o Ciudad de México, no precisamente diseñadas para autos de semejante envergadura.
Arrumados, abandonados, la mayoría convertidos en chatarra, su ciclo de vida parecía haber llegado al final. Pero las nuevas fortunas y muchos babyboomers, que decidieron retirarse del mundo laboral temprano para dedicarse a recorrer el mundo, dieron un campanazo de alerta a las casas fabricantes y al cabo de pocos años ya tenían en stock distintos modelos de casas y mansiones ambulantes.
Un motorhome garantiza la libertad de tener un hogar en cualquier parte
La mayoría, dado el actual boom por la gastronomía y la buena comida, le han dedicado su mayor esfuerzo a ese área del hogar. Otros lucen un bar completo en su interior y permiten abrir el espacio de la cocina hacia el aire libre, sea un campamento, una autopista o un estacionamiento. Poseen habitación con cama matrimonial, litera para dos personas adicionales, TV pantalla plana y baño completo con ducha. Nada de armar y desarmar la sala para convertirla en el dormitorio: ahora los motorhomes son exquisitos, habitables pero, como antes, muy caros.
De hecho, hay todo un segmento dedicado a la fabricación de este tipo de capricho. Lo mínimo indispensable serían 74.675 dólares, el costo de un Open Range 3X Fitth Weel de la casa fabricante Highland Ridge, que tiene una cocina completa diseñada para abrirla al aire libre, un patio lateral y en su interior todas las comodidades de una pequeña casa amoblada con buen gusto. El pequeño detalle es que se trata de una casa rodante. Es decir, se necesita de un buen vehículo que la conduzca.
De allí en adelante, tanto en esta marca como en otras más sofisticadas, al momento de poseer un motorhome de lujo, el dinero manda y se pone difícil. Los trailers de Anderson Mobile States pueden llegar a 1.800.000 dólares, que fue lo que pagó Will Smith por ese lujo extremo que los fabricantes bautizaron como The Studio, y que el actor adquirió para utilizarlo mientras filma cualquiera de sus películas. Esta empresa ofrece trailers para reuniones de negocios, para hacer camping, para montar un estudio de cine y TV o, si se quiere, para salir a recorrer mundo. Otro de sus modelos, The Heat, es una casa de dos pisos sobre cuatro ruedas cuyo precio también se alza por encima del millón de dólares.
Con spa, con helicóptero, con el auto incorporado
Pero ha sido la empresa alemana Futuria la que lleva la delantera en diseño y posibilidades. El Futuria Sport+Spa es de un lujo asiático e incluye la posibilidad de incorporar el coche al motorhome -para cualquier escapada más ligera de equipaje-, así como un bar, asientos de cuero y un spa igual de rodante que el resto de toda aquella opulencia. ¿El precio? Un poco más de 800 mil dólares, toda una ganga si se compara con el costo de una casa con semejante boato. Mucho más económico, digamos que casi la mitad de este precio, es el Morelo Empire Liner, de producción alemana también, y el cual publicitan como “un reino sobre ruedas”, haciendo hincapié en su poco peso -cuatro toneladas- y la libertad que implica. “Declare su autonomía -dicen-, el buen gusto no necesita de un sitio fijo. Con una cocina completamente equipada y un baño de lujo, usted puede disfrutar la libertad de tener un hogar dondequiera”.
Algunos lucen un bar completo en su interior y permiten abrir el espacio de la cocina hacia el aire libre
¿El más caro del mundo? El EleMMent Palazzo, que sube hasta los 3 millones de dólares y fue presentado en Dubai, como debe ser. Todo el exterior es dorado -como para pasar inadvertido- y el interior es blanco y rojo, una exageración en todo el sentido de la palabra.
De aquí en adelante, lo que resta es averiguar el estado de las carreteras, que no son precisamente las mejores en América Latina. Solo Chile, El Salvador y República Dominicana cuentan con un buen servicio. El resto de los países no mantienen las carreteras en estado óptimo ni cuentan, en su mayoría, con parqueaderos seguros para la aventura que significa tener un hogar en cualquier parte.