(EFE).- El Gobierno de Estados Unidos abrió este jueves su programa de inversión para instalar 500.000 cargadores eléctricos en las carreteras del país, al remarcar que el «futuro es eléctrico» en el mundo del transporte.
Con este programa, la Administración de Joe Biden busca potenciar la compra de vehículos eléctricos, crear empleos y combatir la crisis climática.
«El futuro es eléctrico», remarcó Jennifer Granholm, secretaria de Energía, en una conferencia de prensa en Washington junto con el titular de Transporte, Pete Buttigieg.
Según datos oficiales, Estados Unidos cuenta actualmente con solo 100.000 puntos de carga en sus carreteras, y lo ideal es que haya un puesto cada 50 millas (80,5 kilómetros).
En este sentido, Buttitieg indicó que los fondos anunciados este jueves solo son el principio y advirtió que «EE.UU. debe estar preparado para liderar la revolución en el transporte eléctrico».
El Gobierno de Biden invertirá 7.500 millones de dólares en total, de los que 5.000 millones ya están disponibles para ser transferidos a los estados que justifiquen un uso adecuado de esos recursos.
Los 50 estados del país, el Distrito de Columbia y Puerto Rico tendrán hasta agosto para solicitar los fondos del Gobierno federal y detallar cómo planean instalar estos cargadores.
«Esta red cargadores para vehículos eléctricos debe ser totalmente accesible para todos los usuarios, independientemente de si viven en una zona urbana o rural», detallaron funcionarios gubernamentales en una llamada con periodistas para comentar la iniciativa.
La segunda parte de la inversión, de 2.500 millones de dólares, será un plan de subvenciones que se pondrá en marcha más adelante.
El plan tiene como objetivo que haya 500.000 puntos de carga en todo el país en los próximos cinco años.
Los funcionarios defendieron que se crearán «empleos bien remunerados que ayudarán a desarrollar a la clase media» y se impulsará «la descarbonización de la economía» de Estados Unidos.
Biden visitó el martes una fábrica de estaciones de carga en Tennessee, mientras que el miércoles recibió en la Casa Blanca a un grupo de empresarios del sector eléctrico para abordar su plan de transición hacia las energías limpias.
Esta inversión forma parte del gran plan de infraestructuras de 1,2 billones de dólares aprobado por el Congreso el pasado noviembre como uno de los grandes éxitos de la Administración Biden.
La ley contempla 550.000 millones de dólares en nuevas inversiones en infraestructuras en los próximos cinco años, además de 65.000 millones de dólares para mejorar la banda ancha y 7.500 millones dólares para crear la red de estaciones de recarga de coches eléctricos, entre otras partidas.