(EFE).- La colombiana Caterine Ibargüen, décima en la final de triple salto de los Juegos Olímpicos de Tokio, no pudo repetir su triunfo de Río de Janeiro 2016 ante el dominio de la venezolana Yulimar Rojas, que «tuvo el día perfecto para realizar sus sueños».
Ibargüen se quedó en esta ocasión muy lejos de la lucha por las medallas que se cerró con el bronce de la española Ana Peleteiro con un salto de 14,87 metros. Su mejor registro en la final fue 14,25, muy lejos de los 15,17 de su oro en Río de Janeiro.
SE VA «FELIZ» DE TOKIO
«Estoy feliz por lo hecho aquí en Tokio. Estoy orgullosa de haber portado la bandera de nuestro país y creo que soy una privilegiada por poder disfrutar de unos Juegos más. Tocó adaptarnos a todas las medidas, pero igual lo disfrutamos», confesó la deportista antioqueña.
«Sentí mucho el apoyo de Colombia, hice lo que tenía que hacer y lo mejor fue que lo pude disfrutar de una nueva oportunidad de estar en unos Juegos Olímpicos, que es algo para pocos», señaló.
«EL DÍA PERFECTO» DE YULIMAR
La victoria en Tokio fue para la venezolana Yulimar Rojas, que se colgó el oro y logró el récord del mundo con 15,67 metros.
«Estoy súper contenta por ella y aprovecho para felicitarla. No era un secreto que ella venía para grandes cosas y que gracias a Dios se le dio aquí en la pista. Creo que tuvo el día perfecto para realizar sus sueños», concluyó.