Redacción (ALN) .- El periodista y exsecretario general de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús «Chúo» Torrealba, analizó la situación por la que está pasando la oposición venezolana y cuáles son los planes a seguir antes de las primarias para elegir a un candidato presidencial para 2024.
A continuación la entrevista exclusiva que ofreció Torrealba a Alnavío:
- La Plataforma Unitaria informó que iniciará un proceso de consultas con todos los sectores del país para determinar la fórmula para celebrar las elecciones primarias en las que elegirán al candidato presidencial de 2024. ¿Va la oposición por el camino correcto?
Es curioso, la selección del candidato forma parte del camino. Ahora, habría que preguntarse si es el principio, la mitad o el final del camino. Yo creo que sería más bien el tema de la selección del candidato presidencial, el mecanismo, el instrumento, la modalidad, el procedimiento, el reglamento, etc; parte de las últimas cosas que habría que definir porque de qué agrupamiento sería ese candidato y qué política expresaría y aglutinaría a ese agrupamiento.
Ese tipo de cosas tienen que ser definidas y no por preciosismo metodológico, sino porque precisamente unas cosas terminan imponiendo su lógica a las otras. Los caballos y las carretas siempre van juntas, pero si ponen las carretas delante de los caballos no obtienes los resultados que quieres, que es movilidad. Aquí tenemos una situación similar.
Es evidente que existe una desconexión profunda entre las direcciones político partidista de la oposición, las propias bases de los partidos de la oposición, y las propias masas opositoras sin partido. Esa desconexión es aún más profunda con el resto del país.
En la dirección político partidista de la oposición hay personas que al parecer siguen pensando que estamos en el año 2019, 2017 y 2014; incluso hay gente que pareciera que pretende regresar al año 1998 sin entender que tales regresos no solamente pudieran no ser positivos, sino que sencillamente no son posibles y factibles. Entonces, ante este país que tenemos hoy, que tiene siete millones de venezolanos fuera de nuestras fronteras, que está disputando con Haití el último lugar en cuanto a pobreza en la región, un país que, sin embargo, sigue teniendo unos niveles de emprendimiento económico muy superiores a la media mundial, en este país que tenemos hoy no existe una mirada que desde la oposición comprenda y exprese las realidades de este país que tenemos en 2022. Lo primero que hay que tener es una propuesta para Venezuela.
- ¿Cómo debería ser esa propuesta, según el punto de vista de Chúo Torrealba?
Necesitamos hacerle una oferta creíble y de futuro a los venezolanos, y esa oferta no es un discurso. El futuro no es un discurso, es esencialmente un mapa que señale objetivos, rutas, caminos transitables, creíbles y sobre todo inclusivos; que la gente cuando vea el mapa diga ‘aquí estoy yo’. Una vez que se tiene más o menos claro cuál es el diseño a proponerle al país, habría que ver con sinceridad cuántos coincidimos con ese diseño. Hay sectores que son distintos al oficialismo que no necesariamente coinciden con una visión que exprese una democracia abierta y productiva, una sociedad inclusiva y responsable, una democracia política funcional y transparente; hay sectores que sencillamente quieren salir de Maduro, pero no del madurismo; que quieren que haya un cambio de elenco, pero no un cambio de sistema y de Gobierno.
Con esos sectores incluso podrían estar planteadas una alianza electoral, pero no más que eso. Es necesario que además de las alianzas electorales, haya un cuerpo político con alguna coherencia que le haga al país esa oferta de futuro y tenemos que ver quiénes pueden coincidir en eso. Una vez que eso esté claro, vamos a definir cómo se escoge el candidato; pero si es de una formación basta con que salga un grupo y diga que este es el reglamento, el diseño de las primarias, la comisión electoral; eso si lo que se quiere es un candidato para perder o para dirimir las jefaturas dentro del decreciente mundo de la política partidista opositora. Si lo que quiere es un candidato para ganar, que es posible por cierto, entonces es distinto.
Estamos hablando de un candidato de todo el no oficialismo, un espectro tan amplio que va desde el Partido Comunista de Venezuela hasta María Corina Machado. Habría que buscar un mecanismo que haga posible esa coincidencia electoral, pero para que eso sea creíble tiene que tener en su centro un agrupamiento que sí haya coincidido previamente en una propuesta política.
Entonces creo que el camino es el correcto, pero está tomado a contravía, es decir, al revés. Están empezando por el final, no por el principio. Hay que empezar con la construcción de acuerdos sólidos, y de una propuesta inclusiva que el país vea con agrado porque exprese la realidad que hoy tenemos. Y que esa formación tenga la gravitación necesaria para estimular entonces esa gran alianza de todo el país no oficialista, que sea capaz de seleccionar un candidato bien sea por primarias, por acuerdos o consensos; pero un candidato que el país que quiere un cambio vea que no es de los egoísmos partidistas opositores, sino que sea un candidato de la esperanza creíble.
- A las primarias opositoras previstas para 2023 le sobran candidatos o eso es lo que cree el analista político Aníbal Sánchez que estima que una veintena de opositores desea presentarse en este proceso. ¿Qué opinión le merece esto?
El problema no es que los precandidatos sean muchos o pocos, el problema es qué es lo que expresa su propia existencia. Si un precandidato lo es porque su discurso, su presencia política expresa a una franja del país, a un conjunto de sectores sociales y tiene una propuesta de cómo llegar al poder para desde allí colocar al Estado al servicio de la sociedad para impulsar los cambios que son urgentes e indispensables; entonces la existencia de ese precandidato está absolutamente justificada. Así uno no esté de acuerdo con su manera de ver el mundo, la política y el país.
Pero si parte importante de esos candidatos son para dirimir los temas de liderazgo al interior de la oposición y no para llegar al poder y cambiar el país; sino para establecer quién tiene derecho a qué pedazo de la torta de la solidaridad internacional, quién tiene derecho a un volumen de los recursos que puedan llegar al país por vía de las billeteras digitales, si es eso por su puesto esas precandidaturas no tienen sentido.
Ahora, hay otro aspecto sobre este mismo punto que me parece central, que es el tema de la diarreica profusión de precandidaturas en la oposición se resuelve de una manera expedita que es dando el ‘oposicionómetro’ a la gente.
Qué sentido tiene que, por ejemplo, llegue alguien desde la Alianza Democrática que diga vamos a hacer primarias, pero no nos vamos a medir con la gente que en Voluntad Popular y Primero Justicia ha estado alentando una política que es golpista, que busca atajos, que alentado invasiones extranjeras porque esos no son mecanismos democráticos; y las primarias es un procedimiento democrático que no admite anti demócratas en su seno. Ese es un discurso posible, factible, pero absolutamente errado desde mi opinión.
También es errado que alguien desde el G4, alias Plataforma Unitaria, diga vamos a hacer primarias, pero los únicos que no podrán participar son quienes hayan participado en la judicialización de los partidos, quienes se hayan atrevido a arrebatar las siglas de los partidos históricos a sus legítimos dirigentes porque esos son alacranes, etc.
- Pero con tantos aspirantes ¿Qué es lo más importante para que las primarias convoquen a los militantes opositores?
Lo importante es que el arco de fuerzas que se logre concertar sea tan amplio que pueda derrotar al régimen y para eso es indispensable que sea el venezolano el que decida. Entonces, que se puedan postular todos, pero que sea el pueblo con su voto el que seleccione. Esto no es un concurso de egos, de belleza o simpatía, esta es una escogencia política. Al escoger un nombre y un apellido se está escogiendo también a un equipo y una determinada manera de entender la estrategia de cómo llegar al poder y qué hacer con el poder.
Aquí ha habido grupos políticos que dicen que van a llegar al poder porque le van a poner una braga anaranjada a Nicolás Maduro; y lo van a mandar a Guantánamo. Esa es su idea del cambio, es decir; más o menos hacer lo mismo que Chávez prometió y no logró cuando decía que iba a volver polvo cósmico a la oposición.
Hay gente cuya propuesta, supuestamente democrática, es un chavismo al revés; es volver polvo cósmico al madurismo. Hay gente que lo está planteando y hay otros que dicen que no, y que dicen que se debe postular una nueva teoría de cambio que sea para todos; incluso para los que hoy están en el poder. Lo cual por cierto no implica impunidad, ni amnesia, ni borrón, ni cuenta nueva. Los corruptos y los violadores de derechos humanos que paguen ante la justicia; pero que aquí no se criminalice ninguna formación política por el solo hecho de serlo.
Hay distintas visiones; pero ahora ¿Quién debe escoger ese candidato que exprese una visión que sea mayoritaria y que pueda ser el rostro de la esperanza y del cambio? Quien puede hacerlo es el ciudadano (…); en unas primarias universales, no secuestradas, ni víctimas de una operación de apropiación indebida como ocurrió con la tarjeta de la Unidad.
- Henrique Capriles y Henri Falcón estarían en esa lista. ¿Hacen bien estos dos políticos en volverse a lanzar por la presidencia del país o es tiempo de buscar caras nuevas en la oposición?
Que se presenten todos. Pero las caras nuevas tienen que irrumpir y emerger. No pueden condicionar su presencia al hecho que les den espacios; que los otros se aparten, que los otros sean bonitos y se hagan a un lado. Eso no ocurre en la política. Las caras nuevas tienen que expresarse con claridad y con fuerza y reclamar su espacio, sino jamás van a aparecer.
Además, de nuevas tienen que ser densas. Ya nosotros tenemos experiencias en estos 23 años que hemos vivido de proyecto autoritario en el poder; que hemos visto emerger caras nuevas que no tenían muchas otras cosas que ofrecer al país. Y está bastante claro que la juventud no es en sí misma una virtud como la experiencia tampoco es garantía de éxito.
Tienen que ofrecer una propuesta que sea clara, responsable e inclusiva, sean nuevos o veteranos. Lo que no puede seguir ocurriendo es que los políticos profesionales presenten como única credencial que son viejos zorros; porque se demostró que no saben cómo son las cosas.
Y tampoco se puede permitir que aparezcan caras nuevas cuya única ventaja sea precisamente que merecen el beneficio de la duda porque nadie los conoce. Eso es igual que un salto al vacío; y eso no se lo puede permitir un país en una situación de crisis como la que atravesamos.
Necesitamos políticos de nación, sean nuevos o ya veteranos; que tengan el valor de intentar conducir a la nación. No como algunos que guardan silencio cuando deberían hablar para orientar al país; y hablan mucho cuando es evidente que ya no tienen nada que decir.
- ¿Será acertado elegir ese candidato en 2023 o considera que debería haberse realizado el proceso este año?
El futuro no existe y si uno no utiliza el tiempo que tiene hoy para hacer las cosas que tiene que hacer; entonces no tienes ningún derecho a esperar que venga un futuro diferente. El tema no es si elegir el candidato en 2023 pueda ser prematuro o lejano; el tema es que hay que hacer cosas ya para que esa elección sea acertada y victoriosa.
Aquí hay que convocar ya a una cumbre de la oposición partidista venezolana. Porque ninguno de los cuatro sectores en las que está fracturada la oposición; tiene entidad política o autoridad moral suficiente para convocar a los demás a nada. Cuando María Corina Machado dijo que están dispuestos a participar en primarias, pero con algunas condiciones; donde no participen las mafias, está diciendo su visión acerca de lo que deben ser esas primarias.
De las Fuerzas Emergentes, Antonio Ecarri ha dicho que plantea medirse, pero no en unas primarias secuestradas, sino en una gran consulta nacional abierta. Yo creo que cada uno se merece imaginar las primarias como ellos quieran; pero el tema es que no existe hoy en el país un centro de gravedad donde esas distintas visiones puedan ser debatidas.
No existe nada similar a la MUD de 2015 o la Coordinadora Democrática en 2004. Hay que forzar la construcción de ese espacio en el que en plan de igualdad se puedan conversar; discutir y concertar las normas de ese proceso de unificación electoral; y eso hay que hacerlo rápido. Todos los grupos opositores están desesperados por hablar con Maduro en México o en la Casa Amarilla, pero se la pasan en eso. Si son capaces de hablar con Maduro por qué no pueden hablar entre ellos. Yo les propondría que en vez de estar pensando si se selecciona el candidato en 2023 o 2024; hay que hacer ya una especie de cumbre de la oposición partidista venezolana. Con el objetivo de que sus egos y sus proyectos grupales o personales dejen de estorbar a la causa del país que quiere cambio.