Elizabeth Fuentes (ALN).- Perú se empeña en dar a conocer nuevos destinos turísticos más allá de la buena gastronomía y Machu Picchu. Las autoridades han puesto en acción un ambicioso plan para levantar las visitas a la antigua ciudadela de adobe, Chan Chan, considerada la más grande del mundo y cercana a las playas de Huanchaco, lo que aumenta el atractivo de los visitantes. Pero hay que verla pronto porque esta joya arqueológica tiene los siglos contados.
La ciudad peruana de Trujillo, donde se ubican las ruinas de la ciudadela de Chan Chan, fue incluida por la revista Forbes entre los destinos más baratos para viajar este año. “Las playas del norte de Perú son una excelente opción para viajes de bajo presupuesto…”.
Pero además de barata, la zona norte de Perú también es hoy el objetivo central de las autoridades turísticas del país, empeñadas en imponerla en el mapa como un sitio obligado para los viajeros curiosos, utilizando a Chan Chan y las playas de Trujillo como el mejor de los anzuelos. De hecho, este año se pondrán en marcha seis proyectos para continuar con las investigaciones y tareas de conservación en la antigua ciudadela, levantada toda en adobe por la civilización Chimú y preservada milagrosamente después de 600 años de haber sido construida.
Cualquier guía turístico contará que la civilización Chimú fue la “primera verdadera sociedad de ingeniería en el Nuevo Mundo”, como dijo el ingeniero hidráulico Charles Ortloff, del departamento de antropología de la Universidad de Chicago, a una publicación del Instituto Smithsonian.
Los métodos de ingeniería de la civilización Chimú eran desconocidos en Europa y América del Norte hasta finales del siglo XIX
Allí señaló que los métodos de ingeniería Chimú eran desconocidos en Europa y América del Norte hasta finales del siglo XIX. Chan Chan llegó a ser la ciudad más grande de América y se considera la construcción de adobe más grande del mundo. Contiene 10.000 estructuras, paredes de 10 metros de alto de alto y decenas de laberintos y calles. Sus palacios y templos estaban decorados con frisos elaborados porque sus gobernantes eran fabulosamente ricos.
Lo que hay que saber antes de ir
Situada en la costa del Pacífico, Chan Chan fue la sede del poder de un imperio que se extendía a 600 millas desde el sur de Ecuador hasta el centro de Perú. Allí llegaron a vivir 60.000 personas, las cuales se regían por una estricta jerarquía basada en la creencia de que todos los hombres no fueron creados iguales. Según el mito Chimú, el sol pobló el mundo creando tres huevos: oro para la élite gobernante, plata para sus esposas y cobre para todos los demás.
Pero también hay que saber que esta reliquia se encuentra a pocos kilómetros de las playas de Huanchaco (11 minutos en auto), una zona llena de hoteles, hospedajes (los más lujosos ascienden a 80 dólares la noche) y decenas de buenos restaurantes frente al mar, lo que hace que la visita a Chan Chan sea algo más que una obligación o curiosidad cultural.
La mala noticia es que si bien el Instituto Nacional de Cultura de Perú está apoyando los esfuerzos para preservar el sitio, levantando estructuras protectoras en forma de toldos y endureciendo los frisos, lo cierto es que las lluvias han hecho su labor y Chan Chan amenaza con derretirse definitivamente hasta convertirse en puro barro.
Algunos creen que se debería construir un techo enorme sobre Chan Chan y una cerca para rodear la ciudad, pero el tamaño de la antigua capital y la zona donde se ubica hacen casi imposible semejante esfuerzo.
Así que mientras el agua continúe su trabajo y alguien consiga la solución definitiva para preservarla, la ciudadela de Chan Chan bien merece una visita.