Daniel Gómez (ALN).- El presidente de EEUU, Donald Trump, se resiste a hacer lo que ha hecho la mayoría de sus aliados, como los primeros ministros de Israel y Reino Unido; el jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó; y medios de comunicación afines: dar como ganador a Joe Biden. Trump seguirá agotando la vía judicial.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue sin reconocer a Joe Biden como vencedor de las elecciones del pasado 3 de noviembre. Agotará la vía judicial, porque sigue defendiendo la tesis del fraude. Pero mientras pone sus últimas esperanzas en los tribunales, la política le muestra otra realidad: para la mayoría de sus aliados Joe Biden ya es el presidente electo de Estados Unidos.
Benjamin Netanyahu
El caso más llamativo es el de Benjamin Netanyahu. En sus 11 años como primer ministro de Israel, nunca había tenido tan buenas relaciones con Washington como durante el gobierno de Trump. Véase el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí o el plan de paz entre Israel y Palestina trazado por Trump, el cual favorece claramente los intereses de Netanyahu.
Sin embargo, nada de esto impide que el primer ministro israelí se rinda a la evidencia y felicite a Joe Biden.
“Felicidades Joe Biden y Kamala Harris [vicepresidenta electa de EEUU]. Joe, hemos tenido una relación personal larga y cálida durante casi 40 años y te conozco como un gran amigo de Israel. Espero trabajar con ustedes dos para fortalecer aún más la alianza especial entre Estados Unidos e Israel”, dijo Netanyahu.
Boris Johnson
Otro poderoso aliado de Trump que felicita a Biden es el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson.
“Felicidades a Joe Biden en su elección como presidente de Estados Unidos y a Kamala Harris en su logro histórico [ser la primera mujer vicepresidenta de EEUU]. EEUU es nuestro aliado más importante. Espero trabajar juntos y compartir prioridades, desde el cambio climático, hasta el comercio y la seguridad”, dijo.
A Trump siempre le gustó Johnson. Lo elogió públicamente en sus tiempos de canciller por su firmeza a la hora de abordar la salida de la Unión Europea. Lo llamaba amigo. Ya como primer ministro celebró decisiones controvertidas de Johnson, como la de cerrar el Parlamento. Además, ambos prometían un gran acuerdo comercial entre Washington y Londres para superar el Brexit.
George W. Bush
El baño de realidad para Trump también asoma desde el bando republicano. George W. Bush, presidente entre 2001 y 2009, deseó suerte a Biden, agradeció su “patriótico discurso” -aquel en el que pidió la unidad de todos los estadounidenses- y, sobre todo, dijo que las elecciones fueron “justas e íntegras”.
“Aunque todos tenemos nuestras diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre que se ha ganado la oportunidad de liderar y de unificar nuestro país (…) Los estadounidenses pueden confiar en que estas elecciones fueron en esencia justas, que su integridad fue defendida y su resultado es claro”, dijo Bush, que en el pasado tuvo algún encontronazo con Trump por sus críticas a la prensa, o su actuación en las protestas raciales por el asesinato de George Floyd.
Juan Guaidó
Juan Guaidó también tuvo felicitaciones para Biden. El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela es reconocido como presidente encargado del país gracias a la mayor coalición internacional en más de medio siglo, una coalición que ha liderado el gobierno de Trump. Pese a la simpatía por Trump, Guaidó fue realista y aceptó al candidato demócrata como futuro presidente de EEUU.
“Felicitamos a Joe Biden, a Kamala Harris y al pueblo estadounidense. Juntos trabajaremos por asegurar el restablecimiento de la democracia, la libertad y los derechos humanos del pueblo de Venezuela”, dijo Guaidó.
Medios de comunicación
Los medios de comunicación también se revelaron contra el discurso del fraude de Trump. Fox News, una cadena cercana al mandatario republicano, ha colocado un banner en todas sus páginas que reza: “Joe Biden, presidente electo”.
New York Post, otro diario que simpatiza con Trump, publicó un editorial en el que le pedía “detener la retórica de las elecciones robadas”. Si no lo hace, agregó, “llevará a su gente a la irrelevancia y marginará su propia voz. Sus años en la Casa Blanca han transformado la nación, pero negarse a salir ahora hará que a sus enemigos les resulte más fácil deshace