Zenaida Amador (ALN).- Venezuela es tema de debate internacional. Las naciones han sido llamadas a fijar posición y actuar en consecuencia. De allí que hasta se haya asomado la opción de una invasión militar liderada por Estados Unidos. Por su parte, Rusia analiza la opción de tener presencia militar en la isla venezolana de La Orchila.
El gobierno de Nicolás Maduro se ha convertido en el nudo de las contradicciones. La inestabilidad interna, la crisis multifocal que afecta al país, el incumplimiento de obligaciones y el éxodo masivo de venezolanos han terminado por generar un impacto global difícil de cuantificar. Venezuela es tema de debate internacional, sobre el cual las naciones han sido llamadas a fijar posición y actuar en consecuencia. De allí que hasta se haya asomado la opción de una invasión militar liderada por Estados Unidos.
Mientras tanto, Maduro ha reforzado sus alianzas estratégicas, principalmente con China, Turquía y Rusia, como una forma de evadir las sanciones que otras naciones le han impuesto a su gobierno. A la par que esto evoluciona, otros factores de la geopolítica mundial también siguen su curso y crecen las tensiones políticas y comerciales de Estados Unidos con los “aliados” de Maduro.
Maduro ha reforzado sus alianzas estratégicas, principalmente con China, Turquía y Rusia, como una forma de evadir las sanciones que otras naciones le han impuesto a su gobierno. A la par que esto evoluciona, otros factores de la geopolítica mundial también siguen su curso y crecen las tensiones políticas y comerciales de Estados Unidos con los “aliados” de Maduro
Vladimir Putin, quien recientemente le dio su apoyo ante el inminente desconocimiento mundial a su segundo período presidencial, acaba de lanzar una señal muy clara: Rusia debe reforzar su capacidad defensiva ante las amenazas externas. El mensaje, que fue dado a su alto mando militar, tiene como tema de fondo la posibilidad de que Estados Unidos deje el Tratado de Eliminación de Misiles de Corto y Medio Alcance (INF).
En octubre pasado el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que su gobierno podría poner fin al INF porque “Rusia ha violado el acuerdo. Lo han estado violando durante muchos años y no sé por qué el (ex) presidente (Barack) Obama no negoció ni se retiró (…) Hemos respetado el acuerdo, pero desafortunadamente Rusia no lo ha respetado, por lo que vamos a rescindirlo, vamos a retirarlo”. Frente a esto Rusia no se ha quedado inerte.
En todo caso, las recientes palabras de Putin se producen a sólo días de haber firmado un tratado de armas con el Gobierno venezolano, de movilizar dos bombarderos para realizar maniobras en Venezuela, y de dejar saber que analiza la opción de tener presencia militar en la isla venezolana de La Orchila, según dijo la agencia estatal rusa de noticias TASS.
Si bien el embajador ruso en Venezuela, Vladimir Zaemskiy, dijo que es un invento periodístico, la versión de TASS indica que “las autoridades rusas han tomado una decisión (y el presidente venezolano Nicolás Maduro no se opuso) de desplegar aviones estratégicos a una de las islas de Venezuela en el Mar Caribe, que tiene una base naval y un campo de aviación militar”.
La idea “es incluir a Venezuela en misiones de aviación de largo alcance”, tal como lo explicó al periódico ruso Nezavisimaya Gazeta el coronel Shamil Gareyev, de la Academia de Ciencias Militares. “Nuestros bombarderos estratégicos no sólo no tendrán que regresar a Rusia cada vez, sino que tampoco necesitarían reabastecimiento aéreo de combustible en unas misiones de patrullaje en las Américas. Nuestros aviones Tu-160 llegan a su base en Venezuela, realizan vuelos, ejecutan sus misiones y luego son reemplazados en forma rotativa”, afirmó.
Nicolás Maduro, por su parte, aprovechó la efeméride del 17 de diciembre (aniversario de la muerte de Simón Bolívar) para afirmar que “puede ser que una fuerza entre, pero sí pueden saber es que no van a salir vivos de aquí (de Venezuela) porque el pueblo va a defender con su vida el derecho a la paz y a la soberanía de Venezuela”. Además, ordenó que la milicia (un cuerpo forjado por el chavismo en paralelo a la Fuerza Armada) debe tener acceso a los fusiles, los misiles y a los tanques. Se trata de 1,6 millones de milicianos que dependen de la Presidencia de la República y que son activados por el Gobierno en defensa de la soberanía y del socialismo.
Para Nicolás Maduro y Rusia la guerra ya comenzó en Venezuela
Más que discursos
Aunque desde los tiempos de Hugo Chávez se suele hablar de que Venezuela enfrenta una “guerra económica” como una manera de justificar el cerco a la actuación del mercado y de las empresas privadas, en paralelo se ha dado un verdadero discurso bélico asociado a la defensa de la revolución bolivariana, algo clave dada la estructura cívico-militar que determina a los grupos de poder del chavismo.
Las palabras se han traducido en gasto militar y en la entrega de importantes cargos al alto mando y prebendas diversas a los efectivos castrenses. Datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz muestran que Venezuela gastó 5.657 millones de dólares en armamento, equipos militares y material antimotines entre 1999 y 2016, pero hay otras estimaciones privadas que apuntan a montos superiores.
Desde 2017, con el despliegue de las sanciones internacionales contra el gobierno de Nicolás Maduro, la búsqueda de dotación militar se ha dirigido hacia China y Rusia.
Qué trajeron los aviones rusos a Venezuela
Moscú no esconde su poderío militar. Esta semana Putin destacó que el presupuesto de defensa de Estados Unidos llega a 725.000 millones de dólares, mientras que el de Rusia es de 46.000 millones de dólares. No obstante, para su país no será difícil llevar a cabo trabajos de investigación y desarrollo y fabricar misiles terrestres en respuesta a la salida de EEUU del Tratado INF y en 2019 continuará fortaleciendo el potencial de combate de las fuerzas nucleares estratégicas.