Redacción (ALN).- Para 2024, año de las elecciones presidenciales en Venezuela, se presentan varios escenarios a nivel político y económico. El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, expuso en su cuenta de Instagram que para este año se espera «ruido y plata».
«El ruido más importante será sobre la calidad de la elección (inhabilitaciones). Aquí el riesgo es la fractura opositora, que podría a la desmotivación electoral, regalándole al chavismo lo que busca. Pero también existe la posibilidad de que la oposición sea más estratégica y racional, buscando mecanismos creativos de unificación alrededor de otra figura habilitada y de relativo consenso (Barinas)», detalló.
León explicó que, en ese caso, «el riesgo sería la nicaragüización del proceso electoral, ante su incapacidad de garantizarse un triunfo electoral, incluso en una elección sesgada».
Maduro afirma que Venezuela tiene “crecimiento económico continuo”
Igualmente, existe «la posibilidad de que la conflictividad internacional lleve a un ambiente convulso que ‘justifique’, la suspensión de la elección». Y, finalmente, existe el escenario en el que el chavismo decida «usar a Maduro para hacer el trabajo rudo de pulverizar a la oposición con su control institucional y luego decide sustituirlo por otro líder más popular que, siendo fresco, podrá reiniciar negociaciones con USA».
¿Y dinero?
El profesor universitario también estima la circulación de «mucha plata».
«La elección exige al gob un incremento de gasto público que será muy importante. Ya Maduro había reservado dinero para esa eventualidad, pero en adición recibe un incremento significativo de ingresos, producto de la flexibilización de sanciones petroleras», analizó.
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«Más allá de que esta decisión americana de flexibilizar es correcta, pues las sanciones previas habían fracasado estrepitosamente, no es menos cierto que Maduro se beneficia y le da margen para presentar algunos éxitos de gestión en pleno año electoral. Aunque USA puede tomar represalias por falta de reciprocidad de Maduro en la negociación, no luce probable que esa reversión sea total, ni rápida, por lo que la nación aumentará su presupuesto 2024 y se notará en el consumo y aumento de PIB», precisó.
En ese sentido, de acuerdo con León, la «incertidumbre entonces no es si habrá crecimiento económico en el 2024 o no, sino cuál es la magnitud del mismo y esta va desde 3% para el escenario pesimista hasta 12% para el optimista. Si tuviera que apostar en una proyección, diría que el 2024 será un año con mucho ruido, pero muchas más nueces».