Juan Carlos Zapata (ALN).- Hace un año fue la megaconspiración que intentó sacar a Maduro del poder. El protagonista militar de esta evento, hace un balance. ¿Fue un fracaso? ¿Qué se logró? ¿Y qué nuevas revelaciones hay sobre la mesa?
El general Manuel Cristopher Figuera era el jefe de la policía política de Nicolás Maduro. Desde el Sebin fue uno de los que armó lo que más tarde se va a llamar la megaconspiración en la que aparecieron involucrados jerarcas militares y de inteligencia, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, el boliburgués dueño de Globovisión, Raúl Gorrín, y algunos testaferros de los grupos de poder. Hoy el general hace el balance para el diario ALNavío. El general ahora explica por qué no actuaron los otros protagonistas cuando les tocaba actuar.
La fecha sirve también para hablar de la situación del país, de Maduro, los bunkers y la seguridad cubana de Maduro, del narcotráfico, de Diosdado Cabello, del general Vladimir Padrino López, de la Fuerza Armada, y los miedos del régimen de Maduro, de Delcy y Jorge Rodríguez y Cilia Flores. Hay mucho que contar.
-A un año de la operación de la operación contra Nicolás Maduro, ¿Cuál cree que es el balance? ¿Qué se logró?
-Se logró que buena parte del mundo se diera cuenta de la situación en Venezuela. Se hizo una fisura que cada vez se hace más ancha.
-Cree que esa fisura existe. Hasta ahora la gran presión para fracturar a la Fuerza Armada no ha funcionado.
-La presión no es para fracturar a la Fuerza Armada sino para que tomen conciencia. El mundo se ha dado cuenta que Maduro ha permitido la corrupción y ha corrompido a los altos mandos militares para mantenerse en el poder. En estos momentos hay todo un proceso investigativo con el tema de la droga y lo que ocurre en los estados Falcón, en Zulia, en Carabobo no es diferente a lo que ocurre en Táchira, en Amazonas, en Apure, en Bolívar, en Sucre, en Delta Amacuro. Es un tema bien sensible.
-Sea lo que sea, la Fuerza Armada no ha actuado. Así que la estrategia de la presión ha fracasado. No le ha dicho a Maduro que se vaya o que se ponga a un lado.
-Porque lamentablemente están comprometidos en esa corrupción, en ese esquema de antivalores. Los jefes. Pero ha habido subalternos que han intentado que su voz sea escuchada para que se cambie el rumbo. Porque muchos subalternos han tratado de rebelarse pero han sido agredidos de manera inclemente, torturados e incluso matados. No podemos hablar de la institución como un todo. Lamentablemente la institución es uno de los rehenes de Maduro para mantenerse en el poder. Hay voces que están clamando que cambie ese modelo.
-Pero Estados Unidos presiona. Juan Guaidó hace lo mismo. Puede haber presión de algunos factores de la Fuerza Armada. Pero allí sigue Maduro, en el poder. Y la Fuerza Armada le brinda apoyo a Maduro. La operación antidrogas del Comando Sur no los asusta. Después del 30 de abril la Fuerza Armada se ha pronunciado en comunicados y con discursos de lealtad y de apoyo a Maduro.
-No sé qué medidor tiene usted sobre la operación del Comando Sur y más de 20 países en el Caribe. Yo tengo otra información distinta a esa de que no se han asustado. Hay oficiales de distintas graduaciones que no tienen nada que ver, que son honestos, y eso les preocupa. Sobre los discursos de lealtad, muchos son preparados para que ellos los digan y dar la sensación de compromiso con quienes ellos llaman su Comandante en Jefe que no es otro que el dictador Maduro, que ha mostrado toda su faceta de dictador después del 30 de abril. Esas manifestaciones de lealtad no son tales. Tengo este ejemplo. Cuando circuló el mensaje que envié recordando lo que yo le dije a Maduro el 10 de abril de 2019 de que cambiara el rumbo, la primera respuesta de algunos oficiales fue insultándome por teléfono. Pero después, desde teléfonos desconocidos se identificaban y me apoyaban. Decían: Mira, soy tal, y tuve que responder aquello porque esa fue la orden que me dieron. Y me decían que le habían ordenado que no comentara el mesaje, que no lo reenviara. Le estoy hablando de oficiales superiores, incluso. Eso tiene una lectura. Es el miedo, es el terror que sufren los militares. No se les olvida lo que le hicieron a Jesús García Hernández, a Rafael Acosta Arévalo, que el general Raúl Baduel está secuestrado y el general Miguel Rodríguez Torres sigue preso. Hay cierto temor pues cuando no se tienen escrúpulos y se actúa con la saña con la que actúa Maduro, con la saña de un carnicero, genera cierto miedo. Pero el miedo se acaba. Poco a poco se va acabando.
-Los grupos de poder tampoco se han dividido. Se mantienen unidos los grupos de Diosdado Cabello, el de Tareck El Aissami, el de los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. Siguen unidos por el poder. ¿Cómo romper esa unidad? Al cabo de un año no ha saltado ningún factor que los traicione. Ahí sigue el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno, y tanto que ese especuló de que se iba para Turquía; y sigue Raúl Gorrín, testaferro de la cúpula.
-Están vigilados. Quienes puedan tomar una acción de esa naturaleza están vigilados. Ellos pertenecer a una gran mafia. Si alguien quiere salirse de allí, digamos Gorrín, que sabemos que su fortuna es mal habida, y estaba dispuesto a cooperar para que Maduro saliera y seguir disfrutando de su fortuna. ¿Hasta cuándo les puede durar eso? Están jugando a la resistencia.
-¿Algunos de esos grupos puede decir hasta aquí llegamos?
-Se ha filtrado alguna información. Que algunos tienden puentes. Que hay conversaciones para negociar una salida. Es posible. Con toda la riqueza que tienen, por el daño que han hecho, por lo que han saqueado, no duermen tranquilos. De eso estoy seguro. No tienen paz.
-¿Dónde vive Maduro?
-No duerme nunca en la misma cama.
-¿Usted que sabe de los bunkers?
-Existen. Hay muchos más de cuatro. No sé si por todo lo que ha ocurrido sigue estando allí (en esos que conocí cuando era director de Inteligencia). En la Comandancia del Ejército hay bunkers. Hay espacios. Hay diferentes construcciones que pueden ser utilizadas como bunkers. Maduro estaba viviendo, hasta el momento en que yo estuve allá, en Fuerte Tiuna.
-El que no ha aparecido más es el hijo de Maduro, Nicolasito.
-Ese es otro que quedó el descubierto. La gente se da cuenta de cómo viven, qué hacen, qué no hacen, cómo mienten. ¿Para qué va a salir? ¿Cómo le pide uno a la gente que se sacrifique si yo ando en mi gran camioneta, que no me falta combustible y como bien? Vivo a mis anchas como si fuera un rey, mientras hay gente en la calle pasando horas y horas tratando de poner un poco de combustible y si lo consigue tiene que pagarlo en dólares. Personas que comen una sola vez al día para que les rinda. ¿Cómo va a salir este joven a decir qué? Cada vez cuesta más utilizar el simbolismo. Les resulta más difícil usar patria, soberanía.
-¿Usted cree que toda esa jerarquía es narcotraficante?
-Sí. Ya no me quedan dudas de Maduro y el grupo en el poder. En estos momentos no me quedan dudas con toda la información de carácter investigativo y oficial que yo poseo. No me queda duda porque no es posible que se hayan utilizado barcos de PDVSA para el tráfico de drogas. No me quedan dudas que hayan usado lugares para que salieran embarcaciones o submarinos artesanales para el transporte de la droga. Y allí están involucrados lo militares navales y algunos gobernadores. No me queda duda cuando se le baja potencia a los radares para que no capten algunas aeronaves que entran por corredores que utilizan para el tráfico.
-Por qué si el grupo que controla el poder es narcotraficante hoy combate el narcotráfico. La semana pasada, Diosdado Cabello anunció una operación contra el narcotráfico en Falcón y dijo que eso se iba repetir en varios estados de Venezuela. ¿Cómo se explica esto?
-Yo no sé si Diosdado Cabello habrá tenido conversaciones sobre ese tema con los Estados Unidos; o el mismo Maduro. Alguno de esos que aparecen en el cartel que publicó el fiscal de los Estados Unidos debe estar diciendo: Yo quiero colaborar. Ahí está el ejemplo del general Clíver Alcalá, que se entregó. La información que tengo es que está en disposición de colaborar. Hay un ejercicio de sobrevivencia por algunos de ellos. Y habrá quien quiera deslindarse de esta cuestión del narcotráfico.
-¿Es decir, Cabello aparece anunciando este operativo, él que no es ministro ni fiscal antidrogas, para deslindarse?
-Eso sugiere muchas cosas. El a veces dice cosas que a veces uno no se explican. Recuerda que él dijo que el capitán Acosta Arévalo estaba a buen resguardo y después apareció moribundo en el tribunal y más tarde murió, y Cabello no era fiscal, ni miembro de un tribunal ni de un órgano de justicia.
-¿Cuál es su opinión de Cilia Flores? (Esposa de Maduro). Usted la conoció.
-Corrupción, tráfico de influencia, nepotismo.
-¿Cuál es su opinión sobre la vicepresidenta Delcy y el ministro Jorge Rodríguez?
-Constituyen un enigma. Era impensable que ellos avalaran este sistema de torturas de maltrato cuando de alguna manera ellos sufrieron cosas como esas.
-Por la muerte de papá.
-Si. Pero, además, son personas preparadas, que estudiaron. Pero son muy ambiciosos del poder.
-¿Y su opinión sobre Tareck El Aissami?
-Es ambicioso del poder. Es el poder por el poder. Todos los grupos que están allí están por el poder. Han tenido la oportunidad de hacer cosas elevadas, nobles. ¿Y por qué no lo han hecho?
-Siguen en el poder. No tienen dinero. El país se derrumba. No los reconoce la comunidad internacional. Pesan sobre ellos acusaciones por narcotráfico. Pero siguen en el poder.
-Sí. Pero llegará el momento en que no podrán sostenerse más. ¿A quién van a gobernar? ¿A un poco de zombis? En estos días alguien me preguntaba que por qué yo había dado ese paso. Un general es un hombre de Estado. Y yo no podía llegar allí para convertirme en un vigilante de las tropelías de Maduro y sus secuaces. Yo tenía que hacer recomendaciones oportunas, tal como lo hice. Al mismo Diosdado una vez le plantee que se pusiera al frente de PDVSA porque veía que la situación del país estaba crítica. Y me dijo: Yo no quiero saber nada del Ejecutivo. Me cortó. No me dejó siquiera que le explicara. Yo planteaba que se recuperaran empresas, algunas cosas, porque el país iba a un despeñadero. Y cuando le señalé a Maduro que cesara la Constituyentes, fue por el análisis que hacíamos en el centro de estudios de la patria. Allí hacíamos esos análisis.
-Usted cree que el 30 de abril se justifica y el balance ha sido bueno.
-Se justifica, a todas luces. El balance no ha sido el mejor. Todavía esos malhechores permanecen en el poder. Pero si no lo hubiese yo, tal vez lo hubiesen hecho otros muchachos. Quedaron al descubierto. Ahí está el Informe Bachelet. El informe de Acnur.
-Pero eso no es producto del 30 de abril, eso tiene una dinámica propia que es la crisis humanitaria.
-Pero se le prestó más atención por lo que ocurrió el 30 de abril. Quiero puntualizar algo. Ya a finales de diciembre de 2018 y principios de enero de 2019, había conversado con el general Vladimir Padrino López. Porque había que hacer algo. Yo tenía información de lo que estaba ocurriendo. Le entregaba informes al Presidente. Creo que ni los leía. Si los hubiese leído se hubiera dado cuenta de que algo estaba en marcha. Yo estaba dispuesto a hacer cualquier cosa. Y así se lo hice saber a Padrino. Pero entonces me encuentro con que Padrino López había tenido conversaciones con Estados Unidos, el general Iván Hernández Dalla había tenido conversaciones, Maikel Moreno había tenido conversaciones con los Estados Unidos, pero yo no. Habían tenido conversaciones relacionadas con el cambio y la salida de Maduro. Yo no. Cuando Maduro denuncia que yo hablé con la gente de la CIA, le digo que yo hablé porque tú me mandaste, y los cuatro mensajes que me instruyó se los di a la CIA. Yo podía haber hecho algo, y solo. Pero cuando me plantean la idea de que van a hacer algo dentro de la norma, de lo constitucional, que Maikel Moreno había redactado un documento que revisé, y lo vi perfecto, de modo que solo faltaba que me incorporara a ese grupo, y participar. Y de repente cuando se tuvo que adelantar para que no hubiera un derramamiento de sangre, nadie actuó. Y se quedaron ahí, y ahora resulta que son los más patriotas de la galaxia. Eso no lo pueden negar.
-A qué atribuye por qué no actuaron.
-Habría que preguntárselo a ellos. Maikel Moreno quería ser él quien dirigiera la transición. Entiendo que el general Padrino también quería. Las ambiciones de ellos. Las ambiciones políticas.
-Y por qué si quedaron al descubierto, allí siguen, no se les ha castigado.
-Una sociedad de cómplices. Incluso, he llegado a pensar que lo hicieron para sacarme a mí del juego. Como sabían que yo no era comprable, tenían que sacarme del juego.
-Ahora lo harán sin usted.
-Lo que les queda es salvar su pellejo. Tendrán que buscar la manera de cómo lo hacen. Para dónde se van a ir con esa solicitud de la fiscalía de los Estados Unidos. Con elementos criminalísticos probatorios de lo que ellos están haciendo. Van a tener que sacar la valentía de presentarse. Como lo hizo Clíver Alcalá. Por qué no nombran abogados. Porque hay muchos elementos que los involucran.
-¿Usted cree que Cabello se le puede voltear a Maduro?
-No sé si voltearse es lo correcto. Hay que darle la interpretación adecuada. Todos están así por Maduro.
-Ni Cabello deja a Maduro ni Maduro puede con Cabello. Es un juego perverso.
-Allí todo el mundo anda cuidándose de todo el mundo. Unos dudan de otros.
-La seguridad de Maduro es cubana?
-Sí.
-¿Cuánta gente lo rodea?
-En cada casa donde tenía su guarida había un grupo de funcionarios de seguridad cubana.