Pedro Benítez (ALN).- A poco más de una semana de la primera vuelta de la elección presidencial colombiana (29 de mayo) el senador, exalcalde de Bogotá, y líder de la izquierda de ese país, Gustavo Petro, sigue cómodamente al frente de todos los sondeos de opinión pública con lo cual estaría asegurado su triunfo en esa instancia.
Sin embargo, está ocurriendo algo curioso si nos atenemos a los datos que proporcionan esas encuestas. Petro parece haber llegado a un techo en términos electorales; entre el 38 y 43% de las preferencias. Un techo bastante alto que lo pone al borde de llevarse la Presidencia en la primera vuelta, y aunque eso es lo que su campaña precisamente está buscando hoy luce muy cuesta arriba que lo consiga.
Pero, por otro lado, ninguno de sus competidores parece capaz de alcanzarlo. Esos mismos datos indican que al candidato de la centroizquierda, Sergio Fajardo, se lo ha tragado la polarización, tal como le pasó hace cuatro años.
En el caso del también exalcalde de Medellín, Federico “Fico” Gutiérrez, luego una espectacular subida de 18 puntos en dos meses también se ha estancado en 24%. Es decir, Petro le lleva entre 16 y 20% de ventaja.
En este sistema de dos vueltas para ganar se necesita sumar más del 50% de los votos en la primera. De lo contrario, los dos candidatos más votados disputarán una segunda ronda.
¿A segunda vuelta?
Dando ya por descontado que Petro ganará la primera vuelta del 29 de mayo, la estrategia (o esperanza) de sus rivales consiste en ocupar el segundo lugar en esta para competir con él en la segunda instancia, en la que se supone habría altísimas probabilidades de recibir el voto anti Petro y así derrotarlo.
Sin embargo, esas mismas encuestas señalan que Petro le ganaría con comodidad la segunda vuelta a Gutiérrez, que todavía sigue siendo su más cercano rival.
Durante casi dos años Petro ha liderado en solitario la intención de voto. Entre un 25 y 28% de las preferencias. Hasta hace dos meses se daba como un hecho que se impondría en la primera vuelta, pero con armar una coalición sería suficiente para derrotarlo en la segunda y definitiva vuelta electoral prevista para el 19 de junio.
No obstante, el candidato presidencial del izquierdista del Pacto Histórico (así se llama la coalición que lo postula) tuvo un fuerte tirón al alza durante varias semanas. Ninguno de los escándalos que lo han rodeado ha afectado (aparentemente) su ascenso en las preferencias del público, como, por ejemplo, la visita de su hermano Juan Fernando Petro a la cárcel de máxima seguridad de La Picota que obligó al aspirante presidencial a dar explicaciones y distanciarse de su hermano menor. O su controversial oferta de “perdón social” a corruptos y narcos.
Gustavo Petro marca la agenda
Por el contrario, Petro ha marcado sistemáticamente la agenda de la campaña, en buena medida gracias a declaraciones como las del comandante del Ejército Nacional, Eduardo Zapateiro; la críticas poco veladas del mismo presidente Iván Duque en su contra; y, no podía ser de otra manera, las del siempre controversial expresidente Álvaro Uribe.
Con buena parte de la sociedad colombiana deseando un cambio (se puede discutir si ese cambio será para bien o para mal) y con ganas de castigar a la élite política, todas ese tipo de críticas a quién favorecen es a Petro.
Éste, por su parte, hace campaña no contra sus rivales en la carrera presidencial, sino contra el Gobierno de Duque y en particular contra elexpresidente y su legado. En realidad, Petro ha estado en esa cruzada desde por lo menos el 2010; ganándose (entre muchos aspirantes) el puesto como de peor enemigo político de Uribe.
Sus radicales propuestas contra la industria del petróleo y del carbón por razones ambientales, fuentes importantes de divisas para el país, mientras promete gastar más; su compromiso de estatizar los fondos privados de pensiones; o sus cuestionamientos al sistema electoral; no son el centro del debate sino quien puede ganarle.
¿Aspirantes profesionales?
Su caso es muy parecido a los de Andrés Manuel López Obrador y Luis Ignacio Lula Da Silva. Se postularon tantas veces que se transformaron en aspirantes profesionales a la Presidencia de sus respectivos países. Pero en el proceso, de derrota en derrota, fueron consolidando una importante base electoral que al final los llevó al Gobierno.
Y como ocurrió con ellos también emergió un bloque en contra. Solo que en la actual Colombia no hay un partido, coalición o candidato (como sí ocurrió en 2018) frente a Petro. Solo el miedo a él y el deseo de cambiar.
En ese sentido, ha aparecido un nuevo aspirante en la disputa que reúne todas las características del outsider. El independiente anti partido Rodolfo Hernández. Un empresario de 77 años, exalcalde de Bucaramanga, cuyo ascenso se había detenido en 13,1%; pero que según la Encuesta Invamer difundida en las últimas horas ha llegado al 20%.
Hernández estaría ganando adeptos en todas las regiones del país y quitándoles votos tanto a Petro como a Federico Gutiérrez.
De modo que la semana que viene será para Colombia un cierre de campaña casi de infarto. Unas elecciones que serán entre el deseo mayoritario del electorado por el cambio y el miedo a Petro.