Juan Carlos Zapata (ALN).- Evo Morales tiene la ventaja. Todas las encuestas lo dicen. Pero falta el remate. En el comando de campaña del mandatario no están seguros de alcanzar el 40% de los votos este domingo y al mismo tiempo sacarle 10 puntos de ventaja al expresidente Carlos Mesa para así evitar la riesgosa segunda vuelta.
Si hay una segunda vuelta, no hay quien asegure el triunfe de Evo Morales, que busca una cuarta reelección para un total de 18 años en el poder. Lleva 14. Y para la recta final de la campaña, con el propósito de asegurarse el triunfo en la primera vuelta, ha recurrido a dos mensajes:
1-Arremeter contra las recetas del FMI poniendo como ejemplo lo que acaba de ocurrir en Ecuador, y la crisis en Argentina. Lenín Moreno tuvo que echar marcha atrás con las reformas. La protesta ha dejado al gobierno de Quito en franca debilidad. Por otro lado, Mauricio Macri se enfrenta a un escenario electoral complicado. Nadie augura que pueda ganarle al peronista Alberto Fernández y a la expresidenta Cristina Kirchner. Macri pactó un acuerdo con el FMI y tampoco pudo doblegar la crisis económica.
2-Un Evo Morales mucho más pragmático en lo económico. Con un discurso directo hacia el mundo empresarial. Tanto local como internacional. Se vende como el hombre que pueda garantizar la estabilidad para que los empresarios hagan negocios y ganen dinero.
La crisis de Ecuador y el FMI ponen a ganar a Evo Morales en Bolivia
Pero a dos días del cierre de campaña esto es lo que dicen las encuestas:
Ipso Bolivia refleja que Evo Morales llega al 40% y Carlos Mesa al 22%.
Si el pronóstico es acertado, el Presidente de Bolivia evita la segunda vuelta. Pero Ipso es una encuestadora a la que se aprecia cercana al oficialismo.
Vía Ciencia otorga a Evo Morales un 38,8% de los votos y a Carlos Mesa un 28,4%.
Si bien en este sondeo Morales obtiene poco más de 10 puntos por encima de su más cercano rival, el candidato de Comunidad Ciudadana, no alcanza el ansiado 40%.
La encuesta del diario Página 7 descubre que la intención de voto favorece a Evo Morales con el 33% y a Carlos Mesa con el 26%.
Aquí, Evo Morales ni gana por 10 puntos de ventaja a Mesa ni tampoco obtiene el 40% de los votos. Por lo que habría segunda vuelta en diciembre.
Esta encuestadora también refleja que si hay segunda vuelta Carlos Mesa le ganaría Evo Morales, 44% contra 39%.
Esto es lo que teme el expresidente de Ecuador, Rafael Correa. Teme la segunda vuelta. Y ve que le complicaría el escenario a Evo Morales.
Las encuestas coinciden en un universo de indecisos que se mueve entre el 16 y el 20%.
A Evo Morales la experiencia electoral le brinda cierta seguridad para descartar los números que arrojan las encuestadoras que le son desfavorables. Es más optimista que los analistas de su comando de campaña.
Sin embargo, el hecho de que ahora vaya por la vía de poner en el debate la posibilidad de un golpe de Estado, alerta sobre su propia inseguridad en el triunfo. Dice que hay planes de golpe de Estado para desconocerlo. Dice que tiene pruebas.
Si el mandatario enfatiza en un discurso anti FMI, para señalar lo que haría la “derecha” si gana en Bolivia, la oposición también enfatiza en que su candidatura es ilegítima, en virtud de la derrota que sufrió en el referendo de 2016 y que le impedía ser candidato otra vez. La candidatura tiene ese peso de plomo en el ala. Un tema que ha servido para movilizar a buena parte de la oposición que llama a desconocerlo en caso de ganar otra vez. En esto basa Evo Morales la denuncia del supuesto golpe de Estado. La verdad es que si hay que señalar a alguien de haber desconocido un resultado electoral, el referendo, es a Evo Morales.
Cómo la izquierda iberoamericana se blinda para que Evo Morales no pierda el poder
Evo Morales se empeñó en buscar este cuarto mandato. En el escenario sigue siendo el favorito, aunque en esta ocasión el esfuerzo ha sido mayor. Y con riesgos. La historia hubiera sido otra de haber aceptado los resultados del referendo. Pero se encandiló con los consejos de aquellos que desde América y Europa le dijeron que era un líder imprescindible y que los líderes imprescindibles no abandonan el poder. Que el pueblo los merece. Que el pueblo lo merece a él.